Paula Ortiz: ¡°Ahora mismo, parar de crear es la muerte¡±
Aragonesa, menuda y recia, amante del mito y de la f¨¢bula, la directora ha parido este a?o su ¨®pera prima, una historia de mujeres en tres tiempos que retrata Espa?a y las edades de la vida
Cuando esta treinta?era entra a la cafeter¨ªa del C¨ªrculo de Bellas Artes, en Madrid ¨Cataviada con un vestido largo, rojiblanco, de motivos cl¨¢sicos y hombros al aire, sandalias de plataforma y pelo liso en coleta¨C, no viene sola. En ella va encarnada su pel¨ªcula, esa ¨®pera prima bien digna, titulada De tu ventana a la m¨ªa, por la que fue nominada a los Goya. Paula Ortiz (Zaragoza, 1979) es en s¨ª ese hilo de lana que une a tres mujeres, tres paisajes y tiempos del siglo XX. Un imaginario dram¨¢tico e intimista que ha construido desde dentro y fuera, en el que hay personajes trabajados, pero tambi¨¦n escenarios: invernaderos repletos de cris¨¢lidas y plantas venenosas; espacios abiertos en guerra y pisos agobiantes en paz; v¨ªas de tren que conducen al futuro; amapolas que se rompen como amores s¨®lidos; pliegues de telas vaporosas, cartas que no se escriben, pero llegan¡ Mucho realismo y mucha magia.
Peque?a, resultona, parlanchina¡ Parece ambiciosa; en cuanto abre la boca surgen relatos atados con lazo a su memoria de infancia, y un discurso en plan te¨®rico (no en vano es profesora) que ella mantiene a raya. Somos lo que hemos sido, viene a decir su obra. ¡°De eso va el filme, de las edades de la vida. Cada mujer es una, es un tiempo. Y cada golpe, cada pasi¨®n, cada decisi¨®n tienen su manera de vivirse¡±, dir¨¢ luego.
La suya personal es una historia de decisi¨®n y coraje, hasta parir esta obra inicial, desde su condici¨®n de outsider del gremio. Ella va contando, y el que escucha la imagina plantando semillas desde el origen de los tiempos: sus cuentos de infancia, su ambiente familiar, sus estu??dios de literatura, su tesis en Estados Unidos hasta convertirse en doctora en Teor¨ªa de Gui¨®n de Cine, sus pinitos con varios cortometrajes-larva hechos mari??posa con tres duros, sus lecturas cons??tantes, sus viajes en el AVE a Madrid en busca de ayuda y de eco central, pens¨¢ndolo todo. Hasta esa canci¨®n de Fito P¨¢ez cuya letra usa en una secuencia y define bien a sus personajes femeninos: ¡°?Qui¨¦n dijo que todo est¨¢ perdido? Yo vengo a ofrecer mi coraz¨®n¡¡±. Su largo??me??traje, estrenado hace unos meses, ofrece eso, esperanza, y ha sido para ella pura pasi¨®n, pero tambi¨¦n un proceso tortuoso de iniciaci¨®n en el que hubo de renunciar a mucho de su imaginario. ¡°La obra cuenta lo que quer¨ªamos contar, no traiciona lo inicial¡±, afirma. Pero se le nota un pe??l¨ªn constre?ida. ¡°Estoy bien¡±, repite, ¡°estoy como el personaje de Violeta una vez ha madurado y dado el paso decisivo de su vida, je, je¡±.
Internet obliga al cambio de modelo, a buscar salidas para todos
Lo cierto es que ha tra¨ªdo su criatura al mundo en un momento convulso: crisis, aumento del coste de lo cultural, recorte de subvenciones, pirater¨ªa¡ Est¨¢ satisfecha (¡°Creo que tiene el recorrido que en principio le quer¨ªamos dar¡±) y tambi¨¦n preocupada. ¡°La tecnolog¨ªa obliga al cambio de modelo, pero tambi¨¦n abre nuevas v¨ªas para rentabilizar la creaci¨®n art¨ªstica. O lo contrario, la mata, pero ahora se ven m¨¢s pel¨ªculas que nunca¡±. Internet ha socializado mucho la cultura, es innegable, dice. ¡°Cuando estudiaba en Los ?ngeles funcionaba muy bien una iniciativa llamada Netflix, te dejaban los DVD en el buz¨®n de casa, y luego mut¨® a online. Por ¨¦tica protestante o personal, que s¨¦ yo: all¨ª le dan m¨¢s valor a la creaci¨®n. El pirateo es una cosa cultural. Es como cuando escuchas a un m¨²sico tocar en un parque: disfrutas de su m¨²sica, pues vas y le das algo. Sientes que se lo debes. Tiene que haber una manera de salir, de que unos y otros creemos y ganemos. En el cine espa?ol, quiz¨¢ plataformas como Filmotech, Filmin¡ Funcionar¨¢n. Ante todo, yo quiero que mis obras se vean. Y con calidad¡±.
?Y por qu¨¦ ir a ver su pel¨ªcula y no la ¨²ltima de Batman, por ejemplo? [Se r¨ªe]. Creo que hay que ver las dos. Cuantos m¨¢s imaginarios e historias diferentes, mejor. Todo ayuda a posicionarse y tener criterio, incluso lo malo, para poder decir: ¡°No me gusta esto tan maniqueo de buenos o malos¡¡±. ?Y por qu¨¦ la nuestra¡? Bueno, intenta ser un viaje emocional, un tapiz de experiencias femeninas, de universos propios fuera del canon del cine comercial. Mundos nuestros no muy contados.
Mi pel¨ªcula va de las edades de la vida. Cada mujer es una edad, un tiempo
Pero la ¨¦poca de la posguerra s¨ª se ha tratado. ?Por qu¨¦ no incluir una mujer actual? Pues, mira, exist¨ªa en el gui¨®n original. Pero se quit¨® por esas cosas del cine, es muy larga, dej¨¦mosla en pel¨ªcula de ¨¦poca¡ Esas circunstancias ahora no se dan, pero s¨ª las emo??ciones. Lo que me gustaba al escribir el gui¨®n, por ejemplo, del personaje de posguerra (In¨¦s, Mari??bel Verd¨²) era mostrar ese campo arra????sado del que te tienes que levantar, reconstruir. Esa memoria se ha recuperado m¨¢s en datos y hechos, pero poco en lo ¨ªntimo, lo afectivo. Las protagonistas se ba??san en mi familia, mi abuela, mis t¨ªas abuelas¡ Todas tienen experiencias as¨ª. Y hay un detalle, adem¨¢s de lo estoico y heroico, que me apasiona. Al cont¨¢rmelo, no se sent¨ªan v¨ªctimas, ni lo consideraban un drama, aunque tampoco estuvieran felices de ello; fue lo que fue. Punto. ¡°Tambi¨¦n me acuerdo de lo bue????no¡±, me dec¨ªan, la sensualidad, la sexualidad, esos destellos del mundo femenino¡
?Qu¨¦ tienen de usted los personajes? Violeta (Leticia Dolera) tiene mucho de m¨ª, de mis amigas, mucho de una edad de la vida, esa ¨¦poca en que te tomas las cosas de una manera y das un paso y todo cambia. Violeta es una edad. Yo la tuve. No tocas el suelo, vives en la imaginaci¨®n, con esa decadencia melanc¨®lica. Yo ve¨ªa a Violeta muy Bloomsbury y Virginia Woolf, muy torre de marfil, encerrada en su acuario.
¡°Yo estoy bien¡±, dice en un momento dado. Y es bonito¡ S¨ª, intentan ser tres historias de tres re??cons??truccio??nes personales. Una, an??te la muerte; otra, ante la enfermedad (Luisa Gavasa), y el de Violeta es el paso m¨¢s grande, es de conciencia. Decide y act¨²a. Las circunstancias arrastran a las otras. Pero a ella no, ella elige. Es la m¨¢s importante.
Viendo su pel¨ªcula pens¨¦ en c¨®mo machacan las series de televisi¨®n a los actores. A algunos secundarios no me los pod¨ªa creer¡ los tengo encasillados en un papel. S¨ª, es as¨ª. Y la forma de producir las series en Espa?a contribuye a ello. La producci¨®n es tan feroz, tan r¨¢pida, que se obvian cuestiones fundamentales¡ En la parte de gui¨®n, que es de la que puedo hablar, no se maduran demasiado las cosas. Ves las series norteamericanas y dices, madre m¨ªa ?qu¨¦ complejidad! Aqu¨ª, ?a qu¨¦ te agarras? Al grito, al sainete¡ Algunas se sirven del costumbrismo espa?ol con gracia, pero en otras abunda el chiste f¨¢cil, el machismo¡ La improvisaci¨®n tiene cabida cuando los ejes fundamentales est¨¢n bien claros.
?Es por eso que la ficci¨®n nacional es tan irregular? S¨ª, all¨ª est¨¢ todo tan construido que ves dos segundos de una serie y ya sabes cu¨¢l es. Se respira todo, como las capas de una piel. Y otra cosa: cualquier persona en Espa?a tiene una imagen mental m¨¢s fuerte de Nueva York o Chicago que de Madrid o Zaragoza¡ Lleva un trabajo de reconstrucci¨®n est¨¦tica inmenso, en sentido filos¨®fico. Y c¨®mo han sabido poblar nuestras cabezas con sus ciudades ellos, o los franceses, con las calles de Par¨ªs o el campo¡ Es verdad que son medios, pero hay algo m¨¢s: nosotros hemos tenido un siglo brutal de cambios, esa transici¨®n, esas calles, y no est¨¢ bien usado¡ Mi favorita es sin duda Mad Men. Han elegido un mundo que abarca tantas cuestiones sociales, que me fascina que est¨¦ retratado con esa sublimaci¨®n est¨¦tica y esa hondura¡ Me encanta. Hace unos d¨ªas me pasaron otra, Newsroom, del guionista y productor Aaron Sorkin, sobre la sala de prensa de un informativo, es brutal.
?Y c¨®mo solventar los problemas de hoy en Espa?a, en crisis? ?Qu¨¦ sensaci¨®n tiene usted? Pues creo que abunda un pesimismo que empieza a ser nihilismo, y esto es lo que m¨¢s me preocupa. Una cosa es estar triste, y otra, pensar que no hay posibilidades de nada, que estamos en un callej¨®n sin salida. Es muy peligroso. Y estamos entrando ah¨ª. Es fatal para cualquier ¨¢rea. Parar es la muerte. Es un momento terrible, s¨ª. Pero como decisi¨®n vital, no hay que parar. Yo sigo escribiendo, estoy con dos guiones, uno de ellos es factible; lo podr¨ªa rodar yo misma ma?ana con una c¨¢mara y unos actores a los que consiga convencer¡ [Se r¨ªe] Buried [de Rodrigo Cort¨¦s] fue eso, un espacio, un t¨ªo¡ Hay que plantearse ?qu¨¦ tengo yo ahora para contar lo que quiero? No hay que dejar de contar, menos ahora. Tengo la convicci¨®n de que las buenas historias te dan las salidas. Ahora estoy leyendo mucha tragedia, las cl¨¢sicas, las de Lorca¡ Este de ahora es un momento de tragedia. Se vive as¨ª. Pero cuando las cosas se rompen se crean otras nuevas, te limpias¡ las normas no funcionan, pues hay que cambiarlas. Ah¨ª estamos.
Mis mujeres se reconstruyen con gestos bellos, los usan como v¨ªa
Su pel¨ªcula retrata c¨®mo vivieron otros sus tragedias¡ Y c¨®mo crecen. Son mujeres de los a?os veinte, cuarenta, setenta que se reconstruyen con gestos bellos. Belleza y bondad no como algo superficial, sino como actitud, una v¨ªa. He visto fotos de mi abuela, que se cas¨® en los cuarenta en Teruel, en Villahermosa del Campo, 30 habitantes, un lugar donde no hay nada; era dur¨ªsima la vida, y yo ve¨ªa c¨®mo se peinaban, se hac¨ªan un traje, y si no ten¨ªan nada, se regalaban plantas¡ Usaban la belleza. Mi madre es de all¨ª, y mi padre, del valle del Roncal (Navarra).
Vaya, un valle era un valle, cosa cerrada¡ ?C¨®mo se conocieron? Fue rocambolesco. Fue por culpa de un pantano y una maleta.
?Ah, s¨ª? Cuente¡ Construyeron un pantano en el pueblo y mis abuelos se trasladaron a Zaragoza. A mi padre lo metieron en un seminario, una boca menos, y all¨ª lo enviaron a Roma a estudiar, luego se sali¨®. Un tipo all¨ª le pidi¨® que trajera una maleta a su familia y ¨¦l fue a ese pueblo, estaban en fiestas¡y mi madre andaba cerca. Luego se volvieron a ver en la universidad, coincidieron en la literatura¡ Yo hice filolog¨ªa hisp¨¢nica e iba a estudiar oposiciones por esas cosa que te dice siempre una madre: ¡°T¨², primero aseg¨²rate el salario y luego ya el cine¡¡±. Empec¨¦ a hacer cortos ya en la carrera.
?En qu¨¦ momento decide ponerse en serio a esto? Me dieron beca para la tesis. Era sobre propuestas te¨®ricas de escritura de gui¨®n norteamericanas y ped¨ª traslado a Estados Unidos. Eso me cambi¨® no solo la cabeza, sino la actitud. All¨ª no estudias nada que no puedas aprender aqu¨ª, pero es el modo de plante¨¢rselo lo diferente. Ten¨ªa un profesor maravilloso, guionista. Me dijo: ¡°No puedes hacer una tesis as¨ª, si no escribes uno propio¡±. Me gusta ese planteamiento pr¨¢ctico. Se toman el trabajo como tal. ¡°S¨¦ consciente de lo que quieres hacer porque lo har¨¢s¡¡±. Me curaron las inseguridades, eso del ¡°Ay, no conozco a nadie, no estoy en el circuito¡¡±.
Y d¨ªgame, ?la gente del gremio es colaboradora? Muchos, s¨ª. Pero el cine es muy raro como arte; son procesos tan largu¨ªsimos, con tantas presiones y tanto cambio, tanta inversi¨®n econ¨®mica, t¨¦cnica y de medios humanos¡ Pasan muchas cosas dentro y fuera. Y aparte, est¨¢ el hecho art¨ªstico: hay muchos egos. Yo me he encontrado con la mayor ayuda donde menos lo esperaba, en gente que hace un cine muy diferente, y te pregunta: ¡°?Qu¨¦ te pasa?¡±. ¡°Estoy bloqueada¡±. Y te dicen: ¡°?Quieres que nos pongamos¡?¡±.
?Qui¨¦nes, por ejemplo? Leticia Dolera o los directores Paco Plaza, Miguel ?ngel Lamata¡ Ellos se sentaron a ayudarme, poni¨¦ndose en mi historia y modo de hacer. Y hubo gente, que se supone comulga m¨¢s con tu estilo de cine de autor, que¡ uf, madre m¨ªa¡ He aprendido much¨ªsimo.
?Es usted de las personas que se obsesionan con una historia o es equilibrada, desconecta¡? No, no soy nada equilibrada; lo que tengo entre manos me acompa?a las 24 horas del d¨ªa. Nunca apago el ordenador ni el tel¨¦fono. Y menos ahora que lo tienes siempre contigo. Es maravilloso, pero es una condena.
Los festivales son como un mercado de compraventa de ganado
Ahora que ya est¨¢ en el ajo, autodef¨ªnase, sit¨²ese a usted misma en el paisaje del cine espa?ol¡ Uf, complicad¨ªsimo. Le voy a dar la vuelta. ?Qu¨¦ puedo yo contar que a lo mejor no se cuente? Me gusta, es lo que s¨¦ hacer y es lo que tiendo a hacer, para bien y para mal, el relato esencial, los universos del cuento y la f¨¢bula, el mito¡ Sea en una pel¨ªcula como esta que tiene tintes hist¨®ricos y que quiz¨¢ yo habr¨ªa hecho mucho menos realista¡ La habr¨ªa alejado m¨¢s de ah¨ª, pero daba miedo entonces. Ahora que estoy escribiendo tiendo m¨¢s a eso, al relato de ra¨ªz, al horizonte que separa lo real de lo irreal, que te da otro reflejo. Me gusta mucho Jung y su planteamiento de los imaginarios colectivos. Y en este tiempo de derrumbe son importantes¡
Su nuevo proyecto, ?va de eso? Uno, s¨ª; bueno, los dos. Uno es una ficci¨®n muy esencial, muy salvaje. Y luego no s¨¦: no tengo productor¡ La ¨²nica v¨ªa ahora es la coproducci¨®n fuera. De tu ventana a la m¨ªa la hemos hecho entre tres que vivimos de otra cosa, damos clase, hemos puesto nuestros sueldos, no vivimos del cine¡ Pero conf¨ªo en que saldr¨¢n v¨ªas.
?C¨®mo eligi¨® a los actores? Carlos ?lvarez y Luisa Gavasa estaban desde el principio, son mis maestros. Maribel Verd¨² entr¨® la primera. Le mand¨¦ el gui¨®n. Un profesor en Estados Unidos me dijo que una manera de empezar era pas¨¢rselo a un actor. Y la conversaci¨®n por tel¨¦fono con ella fue surrealista: que yo no soy nadie, que no te aseguro que esto salga¡ Ella era muy consciente de lo que le ped¨ªa. Ha sido motor de la pel¨ªcula. Leticia vino despu¨¦s. Para su personaje, Violeta, hicimos casting. Para m¨ª ha sido un descubrimiento como actriz y persona. Tiene tantos matices, es tan sutil. Era un personaje que me daba miedo, era muy f¨¢cil hacerlo no?o o una lolita, pod¨ªa naufragar si era demasiado joven o guapa. Y Leticia tiene ese algo hipn¨®tico¡
Hay un grupo de directoras portentosas, como Ic¨ªar Bolla¨ªn y otras. ?Se siente arropada ah¨ª? A Ic¨ªar la he conocido ahora en Shangh¨¢i. S¨¦ que corporativamente apoyan, es cuesti¨®n de equilibrios. Esta es una industria muy masculinizada. A las mujeres no se les dan grandes producciones de aventuras, como las de Amen¨¢bar o Bayona¡ Ic¨ªar es la excepci¨®n. A m¨ª me encantar¨ªa hacer algo as¨ª. Y s¨ª, esa fraternidad existe. Yo no las conozco porque vivo fuera, lo cual es ventaja e inconveniente. Me encanta vivir en Zaragoza, doy clases all¨ª, voy escribiendo y te rinde el tiempo, pero est¨¢s desconectada. Ic¨ªar me pareci¨® muy coherente, muy normal. Una persona con la que se puede hablar de t¨² a t¨² de tu situaci¨®n, proyectos o miedos sin que te prejuzgue¡
?En qu¨¦ festivales ha estado ya De tu ventana a la m¨ªa? Se estren¨® en la Seminci en noviembre¡ Los festivales de clase A son los que tienen mercado; nosotros, con una ¨®pera prima pens¨¢bamos que no ¨ªbamos a entrar en ninguno. Y la seleccionaron en Shangh¨¢i. La din¨¢mica es que t¨² estrenas en uno y desde all¨ª ya te ven distribuidoras de todo el mundo. Y s¨ª, esto es como una feria de ganado. Lo pens¨¦ cuando estuve en Cannes¡ La excusa es la alfombra roja de las diez famosas, pero detr¨¢s hay un movimiento de miles de personas vendiendo y comprando. Es un proceso que cuesta digerir. Y nosotros llegamos all¨ª y ¨¦ramos una part¨ªcula min¨²scula, la minipel¨ªcula¡
?Por qu¨¦ habla usted siempre en plural? Porque la pel¨ªcula no es m¨ªa. Si faltara una sola de las piezas no ser¨ªa como es. El cine es arte colectivo. El director mantiene la br¨²jula, pero todos van sumando piezas al puzle¡ Si faltara una de las actrices en el filme, no ser¨ªa as¨ª; si la directora art¨ªstica no fuera quien es, no existir¨ªa ese invernadero; si un amigo m¨ªo no me hubiera ense?ado ese rinc¨®n del Pirineo, no ser¨ªa tal¡ Es un acto integrador, cuanto m¨¢s, m¨¢s va a ganar la peli y t¨² mismo.
Con valor a?adido
Un tesoro de cuentos. De peque?a le regalaron unas cintas de casete de un proyecto de investigaci¨®n que recuperaba la cuent¨ªstica espa?ola, 200 relatos le¨ªdos por actores. Un tesoro que piensa aprovechar. "Ahora se vive una revisi¨®n del cuento popular saj¨®n; los cl¨¢sicos, Blancanieves, Caperucita¡ Nosotros contamos con un imaginario mediterr¨¢neo tan rico, de caracter¨ªsticas muy ¨¢ridas, sin hadas ni duendes¡ El otro d¨ªa me volv¨ª a leer El castillo de ir¨¢s y no volver¨¢s¡ Hay magas, brujas, caminos que se cruzan. Y no lo apreciamos".
Relaciones olvidadas. Los planos y reflejos de las relaciones le interesan. En su pel¨ªcula (en la imagen) dibuja las de mujeres solas, tan de la Espa?a de penuria. "T¨ªas, tietas, primas que compart¨ªan casa y vida¡ formaban parejas c¨®mplices, muy bonitas".
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