El sonido maduro de The Kooks desembarca en el festival Dcode
The Kooks act¨²an el 15 de septiembre en el DCode Festival, en Madrid En 2011 publicaron su tercer a?o desp¨²es de tres a?os de sequ¨ªa
Lidiar con la fama es complicado. Cuando se alcanza la gloria sin haber dejado de ser apenas un adolescente las decisiones empiezan a recaer sobre uno mismo sin que muchos par¨¢metros de lo que est¨¢ bien o mal se hayan sometido a¨²n a la prueba de la experiencia. Esto lo saben bien The Kooks. Los chicos de Brighton publicaron su primer disco, Inside in, inside out en 2006 con los 18 reci¨¦n cumplidos. La prensa musical aprovech¨® su tir¨®n para enemistarlos de cara al p¨²blico con los Arctic Monkeys al m¨¢s puro estilo Beatles contra Stones y de ah¨ª la historia de siempre: se dej¨® de prestar atenci¨®n a la m¨²sica para alimentar la controversia.
Pero la banda se ten¨ªa que enfrentar a un enemigo a¨²n m¨¢s poderoso: el reto del segundo ¨¢lbum. Las expectativas eran muy altas y Konk (2008), precedido por un single pegadizo como fue Always where I need to be, dio el pelotazo en su primera semana a la venta antes de desinflarse como un globo pinchado por las casillas de los charts.
La presencia de The Kooks en el festival madrile?o Dcode el 15 de septiembre ser¨¢ la nueva oportunidad para el p¨²blico espa?ol de comprobar los cambios que tanto se han empe?ado en atribuir al sonido de su tercer disco. La esencia del grupo sigue ah¨ª a pesar de haber salpimentado sus canciones con un poco de electr¨®nica. Tras el escarmiento de Konk, la innovaci¨®n se ha vuelto una preocupaci¨®n para ellos, aunque el resultado ha sido muy superficial. "La m¨²sica moderna simplemente se fija en la historia, donde antes ten¨ªa m¨¢s sentido el concepto de romper las reglas. Ahora todos somos muy conformistas, y los chavales se contentan con escuchar una y otra vez lo mismo, lo cual es bastante triste. Por eso nosotros intentamos a?adir un poco de experimentaci¨®n, aunque a las grandes audiencias al final les vaya a dar igual", cuenta Hugh Harris, guitarrista de la banda y uno de los dos ¨²nicos supervivientes de la formaci¨®n original junto con el cantante Luke Pritchard.
¡°Hay cosas por las que merece pasar dificultades. Ha habido altibajos. Nos topamos con el ¨¦xito muy pronto, y cuando no nos qued¨® m¨¢s remedio que hacer algunos cambios tuvimos que hacerlos con el aliento de la opini¨®n p¨²blica encima¡±, confiesa.
A la marcha de su bajista en la ¨¦poca de ese segundo disco, no sin raci¨®n de pol¨¦mica, se sum¨® la de Paul Garred, el bater¨ªa, antes de lanzar el tercero y ¨²ltimo hasta la fecha, Junk of the heart (2011), esta vez por motivos de salud: una lesi¨®n en el brazo le imped¨ªa seguir tocando al ritmo habitual.
Su presencia en el Dcode? ser¨¢ la oportunidad para comprobar los cambios que? atribuyen al sonido de su tercer disco
¡°Hemos cambiado, es cierto, y no ser¨ªamos los Kooks si remplaz¨¢semos a los miembros cada semana. Pero siempre he pensado que es bueno para los m¨²sicos relacionarse con tantos otros como les sea posible, y en el primer momento en que tocamos con Alexis [Nunez, bater¨ªa sustituto,? procedente de la banda Golden Silvers] fue fant¨¢stico¡±, reconoce el guitarrista.
Los tres a?os que transcurrieron hasta el lanzamiento de Junk of the heart fueron complicados. La crisis creativa y la inseguridad se hab¨ªan instalado en el seno del grupo y hab¨ªa que exorcizar ese demonio que es repetirse. ¡°Estuvimos grabando en Nueva York. Quer¨ªamos evolucionar todo lo que pudi¨¦semos, pero las composiciones no estaban funcionando y decidimos empezar de nuevo¡±.
Prueba de lo fulgurante que fue su ascenso es el hecho de que no hab¨ªan teloneado a ning¨²n otro grupo en los ¨²ltimos siete a?os, seg¨²n afirma Harris. Por eso los pasos dados en pos de su supervivencia han supuesto en parte una cura de humildad a ciertos niveles, como el de probar la experiencia de abrir un concierto para otra banda. Tal ha sido el caso con Foster the People en su reciente gira por Estados Unidos. ¡°Fue bastante raro, pero somos buenos amigos, y nos apoyaron cuando est¨¢bamos grabando el disco, as¨ª que fue m¨¢s que nada una gira con amigos¡±.
La aventura de The Kooks empez¨® en el lugar que se ha convertido en la mayor f¨¢brica de ¨¦xitos salidos de las islas en la ¨²ltima d¨¦cada: la Brit School. La instituci¨®n que vio nacer el fen¨®meno Adele o Amy Winehouse fue tambi¨¦n el punto de encuentro del grupo. ¡°Yo estaba en una clase con Adele. Ya por aqu¨¦l entonces era una cantante incre¨ªble, pero no ten¨ªa ni idea de que iba a tener tanta importancia en el mundo de las artistas femeninas¡±.
Ahora que la art¨ªfice de Rolling in the deep es el mayor superventas del mundo, Harris no ve descarado que los artistas brit¨¢nicos vuelvan al punto de mira del mercado norteamericano. ¡°Sigue siendo complicado. Ellos prestan mucha atenci¨®n a los charts, y es dif¨ªcil colarse en esas listas porque tienen sus propios ideales y m¨²sica de su propia cosecha. Pero ahora puede que dirijan su atenci¨®n hacia la m¨²sica brit¨¢nica¡±, reflexiona el pelirrojo guitarrista. ¡°A¨²n as¨ª, igual ahora no es el mejor momento para centrarse en la m¨²sica brit¨¢nica, aunque presiento que algo va a ocurrir pronto¡±.
Antes de aterrizar de nuevo en Espa?a, al grupo a¨²n le queda una cita muy importante en casa. Una ¨²nica fecha en Londres compartiendo escenario con dos pesos pesados de las dos ¨²ltimas d¨¦cadas: Noel Gallagher, guitarrista de Oasis, y Graham Coxon, su hom¨®logo en Blur. ¡°Probablemente ahora escuche m¨¢s a Blur, pero en esos d¨ªas de rivalidad me gustaba m¨¢s Oasis, as¨ª que supongo que debo lealtad a Oasis¡±, comenta entre risas reconociendo que ese d¨ªa les va a costar mucho no ponerse nerviosos para "estar a la altura".
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