Ni?os de ayer, ni?os de hoy
Los tres chiflados, irregular adem¨¢s de an¨®mala, pero nunca despreciable, se desmonta por s¨ª misma
Si a un espa?ol que fue ni?o en los a?os ochenta le preguntan por Spanky, por Alfalfa o por Herman Monster, es seguro que su mente saldr¨¢ disparada inmediatamente hasta las ma?anas de los s¨¢bados y al m¨ªtico La bola de cristal, programa contenedor donde se emitieron algunas de las mejores series infantiles que la embrionaria televisi¨®n estadounidense de los cincuenta y sesenta (algunas procedentes de cortometrajes ya exhibidos en cine) fue popularizando despu¨¦s en medio mundo. Entre esas series (La pandilla, La familia Monster¡), sin embargo, nunca tuvo un hueco Los tres chiflados, programa del mismo corte que, por ejemplo, s¨ª despierta semejantes efectos nost¨¢lgicos en los adultos argentinos.
LOS TRES CHIFLADOS
Direcci¨®n: Peter y Bobby Farrelly. Int¨¦rpretes: Sean Hayes, Will Sasso, Chris Diamantopoulos, Sofia Vergara, Stephen Collins. G¨¦nero: comedia. EE UU, 2012. Duraci¨®n: 92 minutos.
?Nostalgia, he ah¨ª la clave. Seguro que los hermanos Farrelly sent¨ªan lo mismo antes de hacerse cargo de esta versi¨®n cinematogr¨¢fica contempor¨¢nea de las correr¨ªas del grupo c¨®mico que aliment¨® su ni?ez, pero al ver la pel¨ªcula, peque?os detalles dan cuenta de que parece algo irrecuperable. Los tres chiflados, en versi¨®n 2012, es una anomal¨ªa en s¨ª misma. Ni los ni?os son los mismos, ni el cine es el mismo, ni los padres son los mismos. Ni siquiera los Farrelly son aquellos salvajes de Algo pasa con Mary. Ahora el slapstick, la comedia f¨ªsica exagerada, las ca¨ªdas, los martillazos, los cabezazos, ya no est¨¢n de moda. Hasta los Looney Tunes se han aligerado. De modo que, a pesar de la nostalgia, la pel¨ªcula adolece, digamos, de contemporaneidad: por ejemplo, cuando en el inicio se parodia el musical de hu¨¦rfanos (Oliver!, Annie¡) pero luego se acaba explicando el chiste.
Alimentada como la serie de original de efectos de sonido que simulan martillazos, cabezazos, dedazos al ojo y ca¨ªdas varias, Los tres chiflados, irregular adem¨¢s de an¨®mala, pero nunca despreciable, se desmonta por s¨ª misma con un ep¨ªlogo en el que, a trav¨¦s de personas interpuestas, los autores de la pel¨ªcula aclaran a los ni?os que los martillos son de goma y que todo se debe a los efectos especiales. No sea que los ni?os de hoy, imb¨¦ciles por naturaleza, acaben en el hospital por no saber en qu¨¦ consiste el cine.
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