Da?os colaterales
Takeshi Miike afronta el remake de la pel¨ªcula de Kobayashi, galardonada en Cannes en 1962 En cierto sentido, no est¨¢ lejos del que firm¨® la vibrante ¡°13 asesinos¡± (2010)
Galardonada con el premio especial del jurado en el festival de Cannes, ¡°Harakiri¡± (1962) merece ser considerada como una de las obras mayores en la trayectoria de Masaki Kobayashi: rodada un a?o despu¨¦s del ambicioso tr¨ªptico de ¡°La condici¨®n humana¡± (1959-61) y dos a?os antes de la monumental inmersi¨®n en la tradici¨®n fant¨¢stica oriental que supuso ¡°El M¨¢s All¨¢¡± (1964), la pel¨ªcula adaptaba una novela de Yasuhiko Takiguchi para impugnar el c¨®digo de honor de los samur¨¢is a la luz de una firme convicci¨®n humanista. En su momento, ¡°Harakiri¡± invitaba a ampliar su lectura m¨¢s all¨¢ del drama de ¨¦poca: segu¨ªa vivo el recuerdo de la arrogancia japonesa durante la Segunda Guerra Mundial y el contempor¨¢neo desprecio del poder ante las protestas y reivindicaciones del pueblo aportaba un inmediato punto de referencia a la trama de la pel¨ªcula.
Takeshi Miike afronta el remake de la pel¨ªcula de Kobayashi ¨Co la nueva adaptaci¨®n de la novela- con el rigor y la severidad en primera l¨ªnea de su estrategia. En cierto sentido, este Miike no est¨¢ lejos del que firm¨® la vibrante ¡°13 asesinos¡± (2010) ¨Cremake de una pel¨ªcula dirigida por Eichi Kud? en 1963-, pero, a primera vista, no puede haber dos pel¨ªculas m¨¢s distintas: si en la anterior Miike intentaba armonizar su mirada exc¨¦ntrica y su po¨¦tica de la crueldad con la fascinaci¨®n por la portentosa ¨Cy tremendamente pl¨¢stica- estrategia militar de un peque?o grupo de ronin enfrentado a un ej¨¦rcito, aqu¨ª su principal foco de inter¨¦s es el convulso interior de su protagonista, el samur¨¢i sin due?o Tsukumo Hanshiro (Ebizo Hichikawa), que acude a la mansi¨®n de un clan ajeno para, presuntamente, sacrificarse con honor a trav¨¦s de la ceremonia del harakiri, con la intenci¨®n de poner fin a sus penurias econ¨®micas.
El cineasta respeta la estructura narrativa y la disposici¨®n de los flash-backs del original, pero somete su escritura a tal ejercicio de contenci¨®n que, quiz¨¢ sin pretenderlo, subraya algunos excesos en el clasicismo de Kobayashi: Miike renuncia en todo momento a las angulaciones de c¨¢mara efectistas y, as¨ª, logra que algunos de los momentos m¨¢s violentos de la trama ¨Ccomo esa evisceraci¨®n con espada de bamb¨²- refuercen su potencial para el trastorno. La extrema abstracci¨®n del original, que atrapaba al espectador entre los f¨¦rreos m¨¢rgenes de un ritual claustrof¨®bico y enfermizo que se iba reformulando en astuto ¨Cy suicida- acto de venganza, encuentra aqu¨ª una importante zona de ventilaci¨®n en el dram¨¢tico y brutal flash-back narrado por el protagonista: lo que se cuenta no es menos duro que en la versi¨®n de Kobayashi, pero aqu¨ª Miike aprovecha la ocasi¨®n para desarrollar una mirada humanista que, probablemente, siempre hab¨ªa permanecido latente en su cine.
El ¡°Harakiri¡± de Miike acaba apelando a nuestro presente de una manera que quiz¨¢ el propio cineasta no se hab¨ªa planteado: esos samur¨¢is despojados por el poder de su funci¨®n social no son s¨®lo los da?os colaterales de un periodo concreto de la historia japonesa. En ellos se pueden reconocer todos los miembros de esa clase media global que ha entrado en fase de demolici¨®n.
Ficha t¨¦cnica
Direcci¨®n: Takeshi Miike.
Int¨¦rpretes: Ebizo Hichikawa, Koji Yakusho, Naoto Takenaka, Hikari Mitsushima, Eita, Kazuki Namioka.
G¨¦nero: Drama. Jap¨®n-Gran Breta?a, 2011.
Duraci¨®n: 126 minutos.
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