Ca?ete, de aprendizaje en Atenas
Ahora lo importante es conseguir meter el comando esp¨ªa en Atenas. Tenemos que lograrlo como sea.
El presidente se puso serio.
¡ªLa empresa es vital: hay que llegar a las tripas de los hospitales griegos para saber c¨®mo se cose a los pacientes con heridas de 10 cent¨ªmetros sin hilo y sin tijeras¡ no, vendas tampoco¡, y a ver c¨®mo se trata a los que blasfeman contra el plan de ajuste de Bruselas. Sobre todo a esos. Luego me hacen un buen informe para que podamos poner en marcha en Espa?a esas valiosas t¨¦cnicas en los hospitales p¨²blicos, que la vida es dura, todos tenemos que sufrir ¡ªunos m¨¢s que otros, tambi¨¦n es verdad¡ª, los bancos centrales aprietan y adem¨¢s ahogan, y ya est¨¢ bien de tanto mimo, que si esc¨¢neres, sondas y otras zarandajas, que hasta les cambiamos las s¨¢banas a diario¡
¡ª?Y hasta les damos medicinas que curan enfermedades!, dijo Ana Mato, escandalizada.
¡ª?Ah!, ?Es que hay medicinas que no curan, monina?, contest¨® Ana Pastor, que para eso es m¨¦dica y le ten¨ªa una man¨ªa a la Mato que para qu¨¦.
¡ª?Y hierbitas, les damos muchas hierbitas!, insist¨ªa Ana Mato.
Estaba muy animado el presidente Rajoy, que su gur¨² de cabecera, Arriola, con ¨¦l yo me las ten¨ªa tiesas, que me parec¨ªa un fantasma, y cuando un fantasma de verdad dice de alguien f¨ªsico que es un fantasma, ustedes ya saben lo que quiere decir el fantasma fet¨¦n. Pues Arriola, digo, que hab¨ªa venido a una cena de matrimonios, aprovech¨® con rapidez entrenada un momento en el que se call¨® Celia Villalobos, por atragantarse con un espeto de sardinas, o similar, para decirle a Mariano que cuanto m¨¢s burro fuera mejor le saldr¨ªan las encuestas¡
¡ªOye, mano de santo. Y si les recortas a los votantes cuestiones primordiales, como el hospital de su padre, tanto mejor. A m¨¢s miedo, m¨¢s tranquilos, que aqu¨ª no se mueve ni dios, acojonados como est¨¢n, que no saben si ma?ana les vamos a bajar el sueldo o subirles el metro. O las dos cosas, que para qu¨¦ cortarnos¡ Van a culpar a Zapatero y a Rubalcaba¡
De ah¨ª ¡ªde ah¨ª y de cuatro cubatas, todo hay que decirlo¡ª surgi¨® la idea de los hospitales griegos.
¡ªOye, que si ellos ya han pasado por estas, lo mismo sacamos algo de c¨®mo han sobrevivido¡
Y ah¨ª.
¡ªQuiten, quiten. Mato no, que ya saben que se atropella un poco cuando habla en p¨²blico¡
¡ªPues anda que en privado¡
¡ªCalla, Pastor, calla. Dec¨ªa que ya he decidido que vay¨¢is Arias Ca?ete y t¨² misma. M¨¢s que nada para que nos enteremos de algo.
¡ª?Y por qu¨¦ Arias?
¡ªPero, hombre, ?no te has dado cuenta? Si es igualito a Demis Roussos. Le pones una t¨²nica, le ti?es el pelo, y ya. A ver, Miguel, c¨¢ntanos algo, que es por el bien de la patria¡
¡ª¡ Quiero bailar contigo esta canci¨®n, canta, r¨ªe, baila, hazme so?ar!!! Y espera, espera, que esta otra me queda muy bien: ???Adi¨®s, amor, adi¨®s, no tienes que llorar¡!!!
Es que se embalaba.
¡ªY si las quieres en ingl¨¦s, en ingl¨¦s, que ya sabes c¨®mo me las gasto: ???Goodbye, my love, goodbye, goodbye and au revoir!!!
¡ªMuy bien, Miguel, muy bien. Ensaya un poquito m¨¢s, anda, que ese gorgorito final¡
¡ªHombre, yo hubiera preferido Juanito Valderrama, pero si es por Espa?a¡
El comandante del Centro Nacional de Inteligencia al que se le encomend¨® la misi¨®n lo prepar¨® todo en un santiam¨¦n.
¡ªLes hemos hecho una documentaci¨®n falsa a nombre de Tom¨¢s Roussos, que siempre podr¨¢ decir que es un primo espa?ol que tiene Demis. El de Ana Pastor es el de verdad. Les hemos puesto que son un cantante flamenco¡
¡ª?Eso, eso, Juanito Valderrama!: ???Un coro de serafines hay en el altar mayor, que est¨¢ mi ni?a tomando su primera comuni¨®n!!!
¡ª¡ Y su doctora personal.
¡ªLa que me espera, o¨ª decir a Ana Pastor¡
Me met¨ª en el avi¨®n porque nunca hab¨ªa estado en Grecia. Siempre me hab¨ªa dado mucha pereza, que para antig¨¹edades ya estaba yo mismo, que ni recuerdo cu¨¢ndo empec¨¦ a ser un fantasma. Lo mismo soy contempor¨¢neo del Parten¨®n, tantos siglos deambulando¡ Me llev¨¦ a Azor¨ªn, para que hiciera juego con el paisaje. Por lo pedregoso, digo. Despegaba el avi¨®n y se oy¨® una canci¨®n¡
¡ª???Y adi¨®s mi Espa?a querida, dentro de mi alma te llevo metida, y aunque soy un emigrante, jam¨¢s en la vida yo podr¨¦ olvidarte!!!
¡ªY mientras los pasajeros prorrump¨ªan en un estruendoso y coordinado ol¨¦, yo capt¨¦ a la Pastor:
¡ªLa que me ha hecho el presidente¡ No me nombra ministra de Sanidad y ahora tengo que acompa?ar a este¡
¡Y es que la ministra de Fomento estaba m¨¢s que quemada, que en los ¨²ltimos meses se hab¨ªa dedicado en cuerpo y alma a hacer la catedral de Zamora con palillos, a ver si as¨ª al menos la nombraban madrina de las fiestas, que no ten¨ªa ni para media hora de trabajo¡ a la semana. Montoro no la dejaba gastar ni un duro, que la ten¨ªa a raya¡
¡ªYa te autoric¨¦ el camino rural que me pediste¡
¡ªPero si era de 26 metros¡
¡ªYa, ya, pero hasta te di un cr¨¦dito extraordinario de 12 euros para que pusieras un cartelito¡
¡ªPues me cost¨® 20 el rotulador y tuve que poner ocho de mi sueldo¡
En el Hospital General de ?tica, 40 grados a la sombra, les recibieron muy bien.
¡ªAs¨ª que quiere ver el hospital a ver si se ingresa para perder unos kilitos¡ Pues eso lo tenemos chupado, que ya hemos decidido dar de comer medio pl¨¢tano a cada paciente, a ver si llegan hasta octubre, cuando caer¨¢n m¨¢s euros del BCE¡ Oiga, y ahora que le miro, es usted igualito a un tipo que canta trikitrikitriki¡
¡ªMe lo dicen mucho, s¨ª¡
¡ªLa barba, Arias, que se te mueve, o¨ª a Ana Pastor que le susurraba al ministro¡
¡ªPues aqu¨ª tenemos una de nuestras mejores salas, estaba diciendo uno de los jefes del hospital ante un solar de cemento que parec¨ªa el parking, que es donde aplicamos a los enfermos uno de nuestros tratamientos de fama mundial, la solterapia, que en griego la llamamos helioterapia, que ya suena de otra manera.
¡ª?Y c¨®mo funciona?, pregunt¨® Ana Pastor en su condici¨®n de especialista.
¡ªNada, f¨¢cil. Los sacas aqu¨ª, a la solana, y ya. Son 46 grados con el cemento, as¨ª que al que no se le seca la herida para qu¨¦ vamos a seguir¡
En una sala m¨¢s peque?a hab¨ªa seis o siete enfermos. Y un frigor¨ªfico.
¡ªCon estos ensayamos la t¨¦cnica que aqu¨ª denominamos la crioterapia de Pericles. Estamos en fase de experimentaci¨®n, pero tiene buena pinta. Les metes la cabeza y as¨ª est¨¢n seis o siete horas. Por lo menos se quedan sin habla.
¡ª?Y alguna otra t¨¦cnica?
¡ªS¨ª, bueno, antes utiliz¨¢bamos las risoterapia, pero lleg¨® un tipo de Bruselas y nos pregunt¨® que de qu¨¦ nos est¨¢bamos riendo¡ Y es verdad: ?de qu¨¦ nos podemos re¨ªr? As¨ª que lo cambiamos por la lloroterapia, pero no es lo mismo. Quer¨ªamos probar la mentaralamadredeangelamerkelterapia, pero a¨²n no hemos empezado¡
A las operaciones sin bistur¨ª ni hilo ni desinfectantes ni vendas no entraron, que ya hab¨ªan visto suficiente.
Antes de despedirnos, Yorgos Aristopoulos, el director, nos recibi¨® muy amablemente y nos llev¨® a un aparte: ?Y no tendr¨¢n ustedes una aspirinita por ah¨ª? Por cierto, ?le han dicho alguna vez que es usted igualito que Demis Roussos?¡
Volvimos a Espa?a. Azor¨ªn, el pobre me preguntaba: Oye, Leandro, ?y no pod¨ªas haberme tra¨ªdo a otro viaje m¨¢s alegre, que vuelvo con el cuerpo del rev¨¦s?...
En cuanto le dieron el parte a Mariano¡
¡ª???Me voy a hacer un rosario con tus dientes de marfil!!!
¡ª?Basta, Miguel, basta!, grit¨® Ana Pastor, que ya no pod¨ªa m¨¢s.
¡ El presidente les mand¨® a ver a Montoro. ¡°Corriendo¡±, dijo concretamente.
¡ªA ver, Pastor. Que sumar t¨² sabes. Mil, tres mil, setenta mil, doce, quince, ochocientos mil¡ ?Cinco millones que nos vamos a ahorrar, y eso solo con lo de los pl¨¢tanos! Que si la solterapia usamos¡ Primero, que lo prueben en Andaluc¨ªa.
Informaron a Ana Mato.
¡ª?Qu¨¦ guay!, dijo.
Ma?ana, siguiente cap¨ªtulo: El caso del cuchillo asesino.
Babelia
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