Fuerza (musical) y austeridad (teatral)
La tentaci¨®n de afrontar 'Boris Godunov', en el Real, como una s¨ªntesis de la historia de Rusia se debe quiz¨¢s a la perdurabilidad de los conflictos y situaciones
El estreno de Boris Godunov se sit¨²a entre la publicaci¨®n de Guerra y paz, de Tolst¨®i, y la de Los demonios, de Dostoievski. Eran a?os de gloria para la cultura rusa. En cierto modo el car¨¢cter literario se percibe tambi¨¦n en la ¨®pera de Mussorgski, como ha se?alado el music¨®logo Carl Dahlhaus. La ¨®pera aporta una fuerza irresistible para comprender mejor los temas de siempre: el poder y la gloria; el destino colectivo de un pueblo; el ser humano y sus circunstancias.
La tentaci¨®n de afrontar Boris Godunov como una s¨ªntesis de la historia de Rusia se debe quiz¨¢s a la perdurabilidad de los conflictos y situaciones. Herbert Wernicke as¨ª lo plante¨® en uno de los mejores espect¨¢culos que se programaron en la d¨¦cada de los noventa en el Festival de Salzburgo. En la nueva producci¨®n del Real, Johan Simons trata tambi¨¦n de traspasar fronteras temporales. Est¨¢ bien como punto de partida, pero su resoluci¨®n es irregular. Logra transmitir intensas emociones teatrales en la escena de la locura y muerte de Boris, o en la de la catedral de San Basilio, e infunde un considerable distanciamiento en actos como el polaco, o escenas como la de los aposentos del zar, por mucho que las buenas intenciones se intuyan y hasta se justifiquen. Simons es un director conceptual al que no le gusta caer en sentimentalismos inmediatos forzando siempre la invitaci¨®n a la reflexi¨®n. Su est¨¦tica es de arte povera o vinculada a la uniformidad de los reg¨ªmenes comunistas. Es simbolista en la utilizaci¨®n de los objetos y materiales. Se inclina con frecuencia ante un sentido chirriante del gusto, aunque tambi¨¦n consigue escenas sugerentes. Aplicando a rajatabla sus reglas del juego ha conseguido excelentes espect¨¢culos como Sentimenti, sobre Verdi, con materiales de antracita, en la Cuenca del Ruhr, o una original mirada sobre El castillo de Barbazul en Salzburgo. Sin embargo el propio desarrollo a ultranza de sus criterios le ha hecho patinar en ¨®peras como Simon Boccanegra en Par¨ªs. A su Boris Godunov de Madrid le falta un punto de redondez, lo que llev¨® a divisi¨®n de opiniones entre el p¨²blico.
Desde el punto de vista musical y teatral Boris Godunov es una de las obras maestras absolutas de la historia de la ¨®pera. El conocido music¨®logo Jos¨¦ Luis T¨¦llez lleva muchos a?os afirmando que se deber¨ªa visionar obligatoriamente cada a?o en todos los colegios e institutos para mostrar a los j¨®venes estudiantes las infinitas posibilidades que tiene un g¨¦nero como la ¨®pera. Tal como est¨¢ el horno educativo no creo que sea viable esta audaz iniciativa. En Madrid, Boris siempre ha levantado pasiones. Recuerdo un entusiasmo delirante en una versi¨®n de la ?pera de Varna, Bulgaria, en el teatro de La Zarzuela en 1978, en la que se valoraron al m¨¢ximo los cuerpos estables de teatro y coro, tal vez como respuesta a la exclusiva cultura de los divos que entonces imperaba (Hasta el mism¨ªsimo Boris Christoff hab¨ªa encarnado antes el papel de Boris en Madrid). A?os despu¨¦s se en pleno apogeo reivindicativo de la ¨®pera como teatro levantar¨ªa un gran entusiasmo la lectura esc¨¦nica de Piero Faggioni. Actualmente el p¨²blico se ha hecho m¨¢s exigente y demanda que todo est¨¦ a primer nivel, lo musical y lo esc¨¦nico.
Para las representaciones de Madrid se ha optado por la versi¨®n original de 1872 con el a?adido de la escena de San Basilio de 1869. Con ello el protagonismo del coro se refuerza, lo que permite comprobar la madurez que detenta el coro titular del Real que dirige Andr¨¦s M¨¢spero. La Sinf¨®nica de Madrid se mostr¨® a un nivel sobresaliente a las ¨®rdenes de un sensible y dominador Hartmut Haenchen. Este grado de calidad en coro y orquesta es lo que antes tanto se admiraba de las compa?¨ªas estables que ven¨ªan del Este. En eso hemos ganado, y mucho. Entre los cantantes brill¨® a nivel excepcional el Pimen del bajo ruso Dmitry Ulyanov. Groissb?ck realiz¨® un Boris muy bien teatralizado, tal vez con un registro vocal m¨¢s agudo de lo ideal para el personaje, pero en cualquier caso con una gran musicalidad. En general y pese a algunas desigualdades el reparto vocal fue bastante homog¨¦neo. Asisti¨® a la representaci¨®n la Reina Sof¨ªa, todo un ejemplo de fidelidad a la m¨²sica y a la ¨®pera.
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