Palmar¨¦s irreprochable en un buen festival
"Esta edici¨®n ha conseguido una secci¨®n oficial m¨¢s que aceptable"


Entre los festivales internacionales de Serie A el de San Sebasti¨¢n tiene que ingeni¨¢rselas para conseguir no ya lo que quiere sino lo que puede. Nadie discute que a Cannes le corresponde la parte del le¨®n, que los anhelos de los productores y los directores de cualquier parte est¨¢n colmados si la plataforma publicitaria y el prestigio que aporta Cannes decide seleccionar sus obras. La Mostra de Venecia, que se celebra inmediatamente antes que el festival de San Sebasti¨¢n, adem¨¢s de disponer de un presupuesto superior al de este, se supone que tiene un potencial atractivo para que el cine de autor (con la impotencia expresiva, la impostura y las pretensiones vacuas que tantas veces acompa?a a ese concepto elitista) desee competir en ¨¦l.
Ante obst¨¢culos tan complicados de superar, Jos¨¦ Luis Rebordinos y su equipo han logrado en esta edici¨®n no solo algo fundamental como que un mont¨®n de estrellas del cine internacional, con el colorido y la fascinaci¨®n que despierta su legendaria presencia entre el p¨²blico y los informadores, hayan presentado aqu¨ª sus pel¨ªculas, sino tambi¨¦n una secci¨®n oficial m¨¢s que aceptable y que las paralelas (c¨®mo lamento que la obligaci¨®n profesional me haya privado del placer de revisar el ciclo dedicado a ese poeta tan original como perturbador llamado Georges Franju) no tengan desperdicio.
Hab¨ªa varias pel¨ªculas que no ser¨ªan merecedoras de estupor al otorgarles la Concha de Oro
Tanto esfuerzo para lograr un festival meritorio lo puede arruinar parcialmente el palmar¨¦s de los jurados, que tantas veces agreden al sentido com¨²n premiando lo grotesco o la transparentemente inestrenable, aunque des por supuesto que sus integrantes son gente cultivada y con desarrollado sentido del gusto. Afortunadamente, el que presid¨ªa en esta ocasi¨®n la productora m¨¢s fiel y contumaz del cine independiente norteamericano ha otorgado unos premios mayoritariamente irreprochables para los espectadores que no hayan perdido la cabeza o militen en el esnobismo tonto y el rebuscamiento con in¨²til af¨¢n de trascendencia.
Hab¨ªa varias pel¨ªculas que no ser¨ªan merecedoras de estupor al otorgarles la Concha de Oro. En la casa, era una de ellas. Su director, Fran?ois Ozon, es un especialista en navegar por aguas turbias, relaciones enfermizas, personajes inquietantes. A veces, con resultado irregular. No en esta ocasi¨®n. En la casa provoca en el espectador un desasosiego similar al que viven sus protagonistas. Son un profesor progresivamente obsesionado con los relatos que escribe un alumno suyo, experto en manipulaci¨®n emocional, sobre la familia de un compa?ero al que desprecia, aunque tenga un notable inter¨¦s por seducir a la madre de este. Ni ellos ni nosotros tenemos claro lo que es realidad y lo que es ficci¨®n, pero el perverso talento del director te mantiene enganchado en este juego de verdades, medias verdades y mentiras. Es una pel¨ªcula muy bien escrita, interpretada y rodada. La Concha de Oro y el reconocimiento a su esplendido gui¨®n, que adapta una obra de teatro de Juan Mayorga, son irreprochables.
San Sebasti¨¢n ha tenido el olfato o la sabidur¨ªa de seleccionar El artista y la modelo y Blancanieves, dos de la pel¨ªculas m¨¢s originales y hermosas (para mi gusto, la tercera ser¨ªa Grupo 7) que ha parido este a?o el cine espa?ol. Fernando Trueba, Concha de Plata al mejor director, consigue un arte poderoso, sutil y conmovedor haciendo el retrato en blanco y negro, con matices, con sentimiento, con inteligencia, de un anciano escultor obsesionado por crear una obra maestra antes de largarse. Su relaci¨®n con la joven, carnal, vitalista y desarmante mujer que le sirve de modelo, con la naturaleza, con su incertidumbre o su sensaci¨®n de fracaso est¨¢ admirablemente descrita.

Y habr¨ªa que convencer a la gente esc¨¦ptica de que prescindieran de sus prejuicios ante el cine mudo y en blanco y negro para que disfrutaran de la gracia y el lirismo de Blancanieves, Premio Especial del jurado. Imagino que esa pereza inicial tambi¨¦n la sintieron ante The artist y luego salieron encantados del cine. La arriesgada pel¨ªcula de Pablo Berger no se apunta a una moda. Es un proyecto muy personal y sentido que tuvo la mala suerte de que se le adelantara en su consecuci¨®n la preciosa The artist.
El actor que m¨¢s me ha impresionado en el cine a concurso se llama Jean Rochefort, una gloria con causa del cine franc¨¦s. Su interpretaci¨®n en El artista y la modelo es poderosa y perdurable. No ha ganado. S¨ª lo ha hecho Jos¨¦ Sacrist¨¢n, lo m¨¢s soportable de la insoportable El muerto y ser feliz. Una permanente y pretenciosa, aunque banal, voz en off se encarga de contarnos anticipadamente, plano a plano, lo que va a decir, hacer y sentir su personaje. Imagino que eso representa una broma de mal gusto para cualquier actor que se respete. Es el problema de ponerse a las ¨®rdenes de alguien que va todo el rato de listo, rarito, experimental y artista. El premio de interpretaci¨®n femenina a Macarena Garc¨ªa, hubiera sido aun m¨¢s justo si lo hubiera compartido con sus excelentes compa?eras de reparto en Blancanieves, incluida una ni?a maravillosamente expresiva. De la decepcionante pel¨ªcula de Lauren Cantet Foxfire ya se me ha olvidado todo, incluida la galardonada interpretaci¨®n de Katie Coseni.
En su segundo a?o como director del festival de San Sebasti¨¢n, Jos¨¦ Luis Rebordinos ha hecho un trabajo notable, un festival con vida. Exigirle la perfecci¨®n ser¨ªa tan injusto como absurdo.
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