Voces

Los concursos de talentos son una tradici¨®n hist¨®rica en las televisiones. Desde el ¨¦xito de Operaci¨®n Triunfo la b¨²squeda se centra en el mundo de la canci¨®n. Existe un porqu¨¦. La canci¨®n permite examinar las dotes de alguien de manera p¨²blica, evidente y en tan solo dos minutos. Pocos talentos podr¨¢n expresarse de manera tan contundente y r¨¢pida. Debe de ser un poco m¨¢s complicado dar con un buen ingeniero aeron¨¢utico o un gran escritor. As¨ª que la televisi¨®n, que carece de sistema respiratorio para nada con aliento largo, abraza la canci¨®n como asignatura de examen. De ah¨ª que la necesidad haya creado la demanda.

La voz es un programa triunfador que ha importado Boomerang a Espa?a desde su invento holand¨¦s. El ¨¦xito en otros pa¨ªses termin¨® por convencer a Telecinco de que era mejor explotarlo en su cadena matriz que en Cuatro para la que fue adquirido en un principio y que ya colaboraba con la productora en Pek¨ªn Express junto al presentador m¨¢s valorado de la televisi¨®n comercial espa?ola, Jes¨²s V¨¢zquez. La Voz, como antes El n¨²mero uno en Antena 3, no centran el inter¨¦s sobre el aspirante a cantante, sino en el jurado, verdadero protagonista y que en otros pa¨ªses ha invitado a artistas como Alejandro Sanz, Christina Aguilera, Carlos Vives, Carlinhos Brown o Tom Jones. El primer a?o de Operaci¨®n Triunfo ya dej¨® surtida la canci¨®n mel¨®dica para una generaci¨®n.

Mejor urdido que programas precedentes, en La voz tambi¨¦n compite el jurado, que permite al concursante que pasa la criba elegir profesor. Ah¨ª Melendi, que es el rey del metaplasmo en sus canciones, ha demostrado naturalidad y encanto gracias a su ausencia de rigidez. Es el inicial vencedor. La ¨²nica duda sobre la continuidad exitosa del formato llegar¨¢ cuando los cuatro equipos de catorce voces est¨¦n formados. Ahora las conversaciones entre los jurados resisten gracias al montaje ¨¢gil que tambi¨¦n frena el abuso habitual del p¨²blico que aplaude a todo y el presentador que lo presenta todo varias veces. Pero vistas las carencias para explicar algunas elecciones y eliminaciones lo complicado ser¨¢ generar un proceso formativo para los concursantes. Aunque no es la m¨²sica lo que se persigue, aborrecida por la televisi¨®n actual, sino el cruel rigor de los concursos.