El cuento de ¡®Nunca M¨¢is¡¯
Una d¨¦cada despu¨¦s del naufragio del Prestige, que asol¨® parte de las costas gallegas, el Marco de Vigo recoge en una exposici¨®n la versi¨®n de una serie de artistas sobre los da?os ecol¨®gicos y humanos que han causado esta y otras nefastas mareas negras
Las coincidencias hist¨®ricas normalmente invitan a reflexionar sobre las condiciones iniciales de un determinado sistema y, al tiempo, sobre sus evoluciones ¨²ltimas para detectar variables antecedentes y posteriores que, en muchos casos, no est¨¢n demasiado alejadas. El 13 de noviembre de 2002 result¨® ser una fecha doblemente significativa: naufragaba el petrolero Prestige frente a las costas de Fisterra y se inauguraba el Museo de Arte Contempor¨¢nea de Vigo (Marco). Con motivo de ese aniversario de apertura e inicio de una traves¨ªa y del dram¨¢tico suceso se presenta la exposici¨®n A balea negra (La ballena negra), una aproximaci¨®n directa al acontecimiento, con innumerables derivaciones econ¨®micas, art¨ªsticas, sociales, pol¨ªticas y culturales. Accidentes anteriores al Prestige, como los ocurridos en A Coru?a con los petroleros Urquiola (1976) y el Mar Egeo (1990), y las manifestaciones posteriores que se vivieron en Espa?a contra la participaci¨®n en la segunda guerra de Irak, provocada en gran medida por el control de los recursos petrol¨ªferos en Oriente Pr¨®ximo, son algunas de las coexistencias accidentales que permiten al comisario Pedro de Llano recomponer un contexto global para ampliar, por un instante, la curiosa relaci¨®n entre valor y destrucci¨®n, para detectar sinergias y fisuras, bucear en las tradiciones y atravesar fronteras en un mapa marcado por la desigualdad de recursos, la amenaza al medioambiente y, sobre todo, el coraje del individuo por encararlo.
A Balea Negra es una exposici¨®n oportuna para volver la vista atr¨¢s y homenajear diez a?os de vida, y tambi¨¦n de resistencia, del Marco en un presente de p¨¢tina negruzca que envuelve a la cultura para, al tiempo, analizar la cr¨ªtica geopol¨ªtica mundial. Un recorrido de ida y vuelta, circular y plural, que desgrana temas que se arrastran desde la modernidad tomando la industria petrolera y los m¨²ltiples factores que la rodean como una de las principales manifestaciones visibles de las sociedades contempor¨¢neas, mientras se atiende a la explotaci¨®n de la naturaleza, el colonialismo, el mito del progreso infinito o el comercio mar¨ªtimo y su entramado corporativo. Un reto resumido en el pan¨®ptico del museo, eje central del edificio, con la instalaci¨®n Movimiento en falso. Equilibrio y sostenibilidad econ¨®mica, de Dami¨¢n Ortega; una torre de tres bidones de fuel que giran sin parar, met¨¢fora de la fr¨¢gil dependencia de la sociedad respecto del petr¨®leo, recordando insistentemente la inquietud que debemos experimentar atentos a su ca¨ªda.
El hundimiento del Prestige, piedra angular de la exposici¨®n, pero en absoluto ¨²nica lectura, hila diferentes miradas de ¨ªndole hist¨®rica, pol¨ªtica, social, ecol¨®gica y art¨ªstica. Su presencia act¨²a como causa y pretexto en cada una de las salas. La recopilaci¨®n de abundante material documental relacionado con ¨¦l y con los dem¨¢s temas que se tocan en la exposici¨®n es especialmente destacable, acumulando documentos p¨²blicos y privados, que sirven para ilustrar e invitan a seguir investigando. El arte se mezcla con la pol¨ªtica, el dise?o y con formas de organizaci¨®n colectiva espont¨¢nea, dando como resultado una masa heterog¨¦nea que permite escoger, rechazar o simplemente contextualizar, creando el deseo de hablar a trav¨¦s de una voz coral, como sucede con el material de difusi¨®n generado por colectivos y plataformas sociales como Nunca M¨¢is o Burla Negra mezclado con cuadros de Ant¨®n Pati?o y una selecci¨®n de prensa del momento y otros documentos hist¨®ricos.
Todo lo que concierne a los intereses que van m¨¢s all¨¢ del equilibrio natural tiene una gran fuerza persuasoria para entender nuestro mundo. El potente entramado corporativo de la industria petrolera se refleja en muchos de los trabajos presentes en las salas poniendo en tela de juicio el impacto de esta sobre las comunidades. La injusticia social y las condiciones laborales precarias del desguace de barcos en Banglad¨¦s que evidencia la obra At Sea de Peter Hutton; la degradaci¨®n paisaj¨ªstica y el problema medioambiental recogida en las obras de Alex¨¢nder Ap¨®stol y el colectivo CLUI; la dominaci¨®n petrolera a trav¨¦s del intenso olor de aceite quemado del estanque de la mexicana Marcela Armas, y la intensa y dram¨¢tica pel¨ªcula de Werner Herzog, con el paisaje de Kuwait en llamas, inciden en el conflicto como lenguaje de reflexi¨®n, ofreciendo todos ellos la cara m¨¢s amarga del saqueo a la naturaleza, principal manifestaci¨®n de la inviabilidad ambiental del modo de producci¨®n capitalista.
El desaf¨ªo de enfrentarse a las reglas del juego de la globalizaci¨®n se plasma en el combate de algunos artistas implicados activamente en instigar el cambio social y pol¨ªtico con trabajos conmovedores; humanizando y contextualizando las manifestaciones sociales. Es el caso de Andrea Bowers, presente con una rotunda pancarta, Alaskans still fighting, utilizada durante el accidente del petrolero Exxon Valdez en 1989 en la costa de Alaska o el v¨ªdeo de Carles Guerra, Los ¨²ltimos d¨ªas de diciembre, con Allan Sekula, un documento humano sobre la camarader¨ªa y la frustraci¨®n de quienes recog¨ªan el alquitr¨¢n en las costas gallegas. El soporte fotogr¨¢fico resulta fundamental para la divulgaci¨®n de estos desastres, en el caso del Prestige se reconocen en las im¨¢genes de Xurxo Lobato, Manuel Send¨®n y Allan Sekula sobre las labores de limpieza, int¨¦rpretes silenciosas de una situaci¨®n angustiosa, descontrolada y agotadora del individuo frente al crudo.
El futuro est¨¢ presente a trav¨¦s de piezas clave como la de Hans Haacke en la que desarma la estructura empresarial de una petrolera, relacion¨¢ndola con varios pa¨ªses africanos. El contundente lema Less Oil More Courage, de Rirkrit Tiravanija, ocupa la pared central, arropado por las divertidas m¨¢scaras de Romuald Hazoum¨¦, realizadas con recipientes de pl¨¢stico, o las protestas contra las empresas petroleras en Nigeria de Ken Saro-Wiwa, ponen el punto final al itinerario para hablar de denuncia social, de implicaci¨®n y de comuni¨®n del ser humano con la naturaleza. As¨ª sucede con los dibujos de Manfred Gn?dinger (Man), sus libros, fotograf¨ªas con intervenciones paisaj¨ªsticas realizadas en su vivienda de Camelle (A Coru?a) poco antes de morir, se dice, triste y derrotado por el drama del Prestige. Visibilizar su obra supone un viaje de vuelta iniciado en la entrada del museo donde nos recibe una bita recuperada de la cubierta del Prestige junto a parte del esqueleto de una ballena, obra de Man. La misma ballena negra con la que so?aba y que cre¨ªa iba a devorarlo. Acertada met¨¢fora del arte actual, sobre la fragilidad del sistema y la imposibilidad de protegerse del mismo.
A balea negra. X Aniversario do Marco. Museo de Arte Contempor¨¢nea. Pr¨ªncipe, 54. Vigo. Hasta el 31 de marzo de 2013.
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