El fara¨®n Kefr¨¦n recibe de nuevo
Egipto reabre, tras tres a?os de restauraci¨®n, su segunda pir¨¢mide m¨¢s grande La reapertura y la de otras seis tumbas de Giza buscan reactivar el turismo
Buenas noticias de Egipto: la pir¨¢mide de Kefr¨¦n, la segunda en tama?o de las tres tan famosas de la meseta de Giza, vuelve a ser visitable despu¨¦s de una laboriosa restauraci¨®n que ha durado tres a?os. Al mismo tiempo, se han abierto en la gran necr¨®polis seis otras tumbas correspondientes a miembros de la familia real y altos funcionarios. La limpieza y cuidado de las pir¨¢mides, que pese a su aspecto de imponente eternidad sufren lo indecible, es un asunto que se lleva a cabo peri¨®dicamente y que las hace estar cerradas siguiendo una estricta rotaci¨®n, como sucede, para adecuarlos y darles descanso, con muchos otros monumentos del pa¨ªs. Pero la reapertura de la pir¨¢mide de Kefr¨¦n y el bombo que le han dado ahora las autoridades egipcias no se puede separar del empe?o por conseguir el regreso del turismo ca¨ªdo en picado tras la revoluci¨®n iniciada en 2011.
En busca del turismo perdido, el ministro de Antig¨¹edades egipcio, Mohamed Ibrahim, inaugur¨® el jueves la reapertura de la pir¨¢mide y las seis tumbas con una llamada a los turistas para que vuelvan a disfrutar de las maravillas del Antiguo Egipto garantizando que el pa¨ªs es totalmente seguro. Ibrahim anunci¨® que en los pr¨®ximos meses se abrir¨¢n otros sitios arqueol¨®gicos.
Recorrer el angosto pasadizo del fara¨®n es una experiencia inolvidable
En general, turistas y profesionales de la egiptolog¨ªa que han viajado en los ¨²ltimos meses se?alan que el ambiente en el pa¨ªs es bueno y que la ocasi¨®n es inmejorable para visitar sus monumentos. ¡°No te imaginas la experiencia que es recorrer Karnak solo¡±, comenta al respecto un egipt¨®logo espa?ol. Las que est¨¢n sufriendo en realidad son las much¨ªsimas familias egipcias que dependen del turismo para subsistir. Las estatuillas de dioses y faraones se amontonan sin vender en los puestos y en zonas como Luxor hasta un tercio de la gente empleada en la industria tur¨ªstica ha tenido que marcharse. Seg¨²n fuentes del sector, el turismo ha ca¨ªdo en un 35 %, aunque la situaci¨®n es mucho peor si no se tienen en cuenta los destinos de ocio en el Mar Rojo.
Los que acudan a la reabierta pir¨¢mide de Kefr¨¦n (limpia y con nueva iluminaci¨®n) tendr¨¢n que enfrentarse a un enemigo invisible que acecha entre las viejas piedras: la claustrofobia. Efectivamente, en pocos monumentos se puede pasar tan mal si se es susceptible al miedo a los espacios cerrados y razonablemente pusil¨¢nime como en la estrecha serie de pasadizos subterr¨¢neos que conducen hasta la c¨¢mara funeraria del fara¨®n. Vamos, es que las galer¨ªas de la vecina Gran Pir¨¢mide de Keops son un dechado de amplitud en comparaci¨®n.
A la pir¨¢mide de Kefr¨¦n ¡ªque dispone de dos entradas¡ª se accede por un estrecho pasillo descendente por el que has de avanzar encorvado hasta llegar a un peque?o tramo en horizontal que presenta el acceso a una c¨¢mara serdab (para estatua) y que asciende luego hasta otro angosto pasaje que conduce a la c¨¢mara sepulcral, peque?ita, donde poco puede verse aparte del sarc¨®fago de granito negro incrustado en el suelo y el grafiti dejado por el desilusionado Belzoni al entrar en 1818 y descubrir que ya no hab¨ªa nada que depredar a excepci¨®n de unos huesos que resultaron ser no del fara¨®n sino ?de un toro! (una ofrenda probablemente). La experiencia de hacer el recorrido jadeando y sudando entre otros turistas resulta inolvidable y m¨¢s si te encuentras de frente a una francesa gorda que trata de salir despavorida.
La pir¨¢mide de Kefr¨¦n, que ten¨ªa 143 metros, era tres metros m¨¢s baja que la de su padre (hoy se ha reducido a 76 cent¨ªmetros), pero parece m¨¢s alta al estar situada sobre un lecho de roca de diez metros de altura y ser m¨¢s empinada. La construcci¨®n no es tan primorosa como la de Keops ¡ªhubo que hacer una correcci¨®n en la cima¡ª pero presenta todav¨ªa parte del fastuoso recubrimiento original. La segunda pir¨¢mide de Giza no ha suscitado tanto revuelo como la primera, aunque se especula con que tambi¨¦n pueda ocultar c¨¢maras secretas. Kefr¨¦n o Khafre, cuarto fara¨®n de la IV Dinast¨ªa, hace 4.500 a?os, sucedi¨® a su hermano de padre Djedefre, que se construy¨® su pir¨¢mide (incompleta) en Abu Rawash y no en Giza. Tras ¨¦l, rein¨® su hijo Micerinos.
El ministro de Antig¨¹edades anuncia que abrir¨¢ otros yacimientos
En cuanto a las tumbas restauradas, hay que destacar la de Meresankh III, esposa de Kefr¨¦n (y sobrina), que posee una bell¨ªsima decoraci¨®n, incluidas estatuas talladas en la roca viva, que la representan a ella, su madre y sus hijas.
Babelia
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