El regreso de Pablo Escobar
Una serie de televisi¨®n basada en la vida del narcotraficante colombiano causa pol¨¦mica en su pa¨ªs natal: ?memoria hist¨®rica o apolog¨ªa del delito?
De lunes a viernes, casi como un rito, do?a Julia se sienta en una mecedora de su casa en Bogot¨¢, se cubre las piernas con una manta, y enciende su televisi¨®n a las 21.00. Entonces llama a su nieta Alejandra, que apenas ronda los 16, y le dice: ¡°Ya que no te gustan los libros de historia del colegio, sentate aqu¨ª conmigo para que aunque sea sep¨¢s qui¨¦n fue Pablo Escobar¡±. La mujer, quien dice haber vivido ¡°todas las violencias de este pa¨ªs¡±, trata de vencer el sue?o para no perderse Escobar, el patr¨®n del mal,la serie de televisi¨®n m¨¢s cara que se ha hecho en Colombia (130.000 euros por cada d¨ªa de rodaje) y que recrea la vida del narcotraficante m¨¢s poderoso de la historia de este pa¨ªs.
Como ella, son miles los colombianos que desde el pasado 28 de mayo est¨¢n hipnotizados con la ficci¨®n televisiva que relata la ¨¦poca del terror en la d¨¦cada de los ochenta y parte de los noventa a manos de Pablo Escobar Gaviria (1949-1993). Escobar, el patr¨®n del mal, basada en el libro La par¨¢bola de Pablo, de Alonso Salazar, cuenta la historia del capo desde su infancia hasta su muerte, y recupera cap¨ªtulos dolorosos de la historia reciente de Colombia como los asesinatos del ministro Rodrigo Lara Bonilla y del candidato presidencial Luis Carlos Gal¨¢n o los atentados contra la sede del Departamento Administrativo de Seguridad, DAS, el peri¨®dico El Espectador y un avi¨®n de la compa?¨ªa Avianca.
Esta no es la primera vez que se hace una producci¨®n sobre el capo de capos. Sin embargo, es la primera vez que dos v¨ªctimas de Escobar han decidido hacer memoria hist¨®rica en una serie de televisi¨®n: Camilo Cano, es hijo de Guillermo Cano, director de El Espectador asesinado en 1986, Juana Uribe es sobrina de Luis Carlos Gal¨¢n, asesinado tres a?os despu¨¦s. En 2009, ambos sintieron la necesidad de contar la historia bajo la perspectiva de las v¨ªctimas y comenzaron a darle forma a esta serie que hoy se emite por la cadena Caracol. En principio fue pensada para 50 cap¨ªtulos, pero se extender¨¢ 70 m¨¢s y terminar¨¢ a finales de noviembre.
Para Uribe, el objetivo de Escobar, el patr¨®n del mal es ayudar a entender mejor, sobre todo a los j¨®venes, las dimensiones de lo que el narcotr¨¢fico hizo en Colombia y lo que signific¨® para el mundo. Camilo Cano, sostiene que han logrado ¡°que por primera vez en su historia reciente, Colombia piense en lo que ha pasado, analice si est¨¢ pasando y decida si quiere que vuelva a pasar. En una naci¨®n donde la memoria colectiva es corta o inexistente, bien hace que no se nos olvide qui¨¦n fue qui¨¦n¡±.
Aun as¨ª, desde junio el pa¨ªs americano asiste a una pol¨¦mica en torno a la serie: para unos es una forma de que las nuevas generaciones conozcan parte de su historia m¨¢s reciente, para otros no es m¨¢s que una apolog¨ªa del delito.
?mar Rinc¨®n, cr¨ªtico de televisi¨®n en el diario El Tiempo y uno de los m¨¢s influyentes de Colombia, escribi¨® poco despu¨¦s del estreno que si los responsables ¡°quer¨ªan una versi¨®n de las v¨ªctimas, de los buenos, y que Escobar fuese el mal encarnado, debieron haber presentado desde el inicio a los superh¨¦roes Cano, Gal¨¢n y Lara en paralelo con Escobar, las cuatro historias en simult¨¢neo para amar a los h¨¦roes y odiar al villano¡±. Carolina San¨ªn, en la revista Arcadia, recrimin¨® a los creadores el no haberse preguntado ¡°c¨®mo, y sobre todo cu¨¢ndo, puede convertirse al victimario de toda una naci¨®n en un personaje de telenovela: cu¨¢nto tiempo tiene que pasar entre los hechos y su representaci¨®n en un medio masivo; c¨®mo se asume la sustituci¨®n de la memoria hist¨®rica por la fantas¨ªa dram¨¢tica¡±. Alonso Salazar, el autor del libro en el que se basa la serie, quiso zanjar la pol¨¦mica de una manera sencilla: ¡°Pensamos que los medios nos van a hacer mejores o peores personas. Siento mucho decir que antes de la serie, de los libros y de las pel¨ªculas, ya ¨¦ramos lo peor¡±.
Do?a Julia poco sabe de estas discusiones. Ella solo se queda dormida en la mitad de la emisi¨®n. Su nieta Alejandra, entre tanto, no parpade¨® durante el cap¨ªtulo en el que Escobar ordena volar en mil pedazos la principal agencia de inteligencia del Estado en Colombia. A duras penas puede creer que en Bogot¨¢, en la vida real, ese 6 de diciembre de 1989 murieron m¨¢s de 70 personas.
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