Experiencia, consejos y legados
Jos¨¦ Manuel Navia, Samuel Aranda y Ana Muller ocupan la segunda jornada del seminario de fotograf¨ªa de Albarrac¨ªn
La fotograf¨ªa de F¨¢tima abrazando a su hijo Zayed qued¨® grabada este a?o en el imaginario colectivo al ser galardonada con el premio World Press Photo, premio que suscita un amplio consenso en la comunidad de fot¨®grafos. Samuel Aranda (Santa Coloma, 1979), el fot¨®grafo detr¨¢s de esa mater dolorosa, ha hecho esta ma?ana en las segundas jornadas de fotografia de Albarrac¨ªn un ampl¨ªo repaso a su carrera como reportero en el mundo ¨¢rabe.
¡°Mantengo una relaci¨®n con el mundo ¨¢rabe como si fuera una novia, que discutes con ella, te cabreas, pero no puedes dejar de estar con ella cuando est¨¢s lejos¡±, arranca Aranda, que ha trabajado como fot¨®grafo para agencias de informaci¨®n como EFE o AFP, principalmente en Oriente Pr¨®ximo. ¡°Muchas veces, cuando trabajas en agencias no tienes tiempo para reflexionar sobre lo que est¨¢s haciendo porque no te paran de pedir fotos¡±, dice ,¡°En 2009, tras ganar varios premios y cubrir el bombardeo de Israel sobre L¨ªbano, la agencia AFP decidi¨® echarme, cosa que ahora agradezco".
Samuel Arada trabaja ahora como periodista 'freelance' para el 'The New York Times', y se ha instalado en T¨²nez, ¡°donde no hay m¨¢s de 500 salafistas, que son minor¨ªa, y no se para de sacarles en todos los medios¡±. Por eso Aranda es muy cr¨ªtico con esa visi¨®n negativa del mundo musulm¨¢n que se proyecta en los medios, pero a?ade: "A nivel cultural no puedes asimilar que una ni?a de doce a?os la casen con un viejo de 60 a?os en un pueblo de Yemen. A veces les entiendo, otras veces no¡±.
Trabajando para el 'Times' Aranda logr¨® capturar la imagen que le vali¨® el 'World Press Photo'. "La fotograf¨ªa con la que gan¨¦ la mand¨¦ a un dominical espa?ol con el que he trabajado mucho y en la reuni¨®n de edici¨®n, un jefe dijo: 'esta foto no tiene nada de especial'", cuenta Samuel Aranda. "El premio me lo dieron el 12 de febrero, y el reportaje se public¨® el 10 febrero con fotos de gente tomando caf¨¦ en Yemen y sin incluir la foto. Fue el ¨²ltimo reportaje que publiqu¨¦ all¨ª".
Su relaci¨®n con The New York Times le ha llevado a retratar la crisis en Espa?a. La imagen de un hombre rescatando cosas de un contenedor en portada del 'Times' molest¨® a muchos. Aranda defiende su trabajo con contundencia. ¡°Me acusaban de contar solo una peque?a parte de la crisis¡±, cuenta Aranda mientras proyecta el reportaje. ¡°Recib¨ª una llamada de la direcci¨®n del 'Times' dici¨¦ndome que estaba haciendo algo bien cuando hab¨ªan recibido muchas llamadas de pol¨ªticos quej¨¢ndose, as¨ª que me han mandado a documentar durante el a?o que viene la crisis que sufre Espa?a".
Y a Aranda se le dispara el dilema. "Parte del trabajo sobre la crisis me han pedido que las haga en Santa Coloma, de donde yo soy,¡±, dice, ¡°lo que me ha llevado a reflexionar sobre c¨®mo se puede documentar lo que est¨¢ pasando en tu propia casa",
Los consejos de Navia
Jos¨¦ Manuel Navia (Madrid, 1957) ha arrancado su intervenci¨®n con una medida apropiado de optimismo para un colectivo, el de fot¨®grafos, que vive la crisis eterna. "Parece que hubo un d¨ªa una Arcadia feliz en el mundo de la fotograf¨ªa, pero yo nunca llegu¨¦ a conocerlo¡±, dice. ¡°Cuando empec¨¦, en el a?o 84, todo el mundo ya me dec¨ªa que el reportaje est¨¢ muerto. Yo trabajaba en una editorial, ganaba bien, y todo el mundo me dec¨ªa que no lo dejara¡±, prosigue. ¡°No cabe duda de que va a seguir habiendo gente interesada en la fotograf¨ªa y en el reportaje¡±.
Alguien tan interesado como Navia en lo que pasa fuera, en el reportaje, le chirr¨ªa tanta la extensi¨®n de una fotograf¨ªa marcada por el mundo m¨¢s interior del fot¨®grafo ¡°Me sorprende, no solo en la fotograf¨ªa sino en todo el arte y la comunicaci¨®n, que hay un exceso de yo¨ªsmo, de autorreferencias. Tenemos que reflexionar, porque el mundo no se acaba en el mundo de nuestro propio yo".
"Siempre he sido demasiado artista para los periodistas, pero demasiado periodista para los artistas¡±, ha continuado. ¡°Ser fot¨®grafo es pertenecer a un oficio. No ver¨¦is en mi boca salir palabras que dividen entre arte y periodismo. Como dice Kathy Ryan, editora del Magazine de The New York Times, no hay que dar la mejor foto art¨ªstica o period¨ªstica, sino simplemente la mejor fotograf¨ªa".
Navia ha acompa?ado sus consejos hacia el auditorio con la proyecci¨®n inicial de ejemplares de la revista alemana 'Stern' en los a?os 80."Es puro trabajo de edici¨®n ¡°, comenta mientras muestra un reportaje sobre la guerra de las Maldinas. ¡°'Stern' me ha ense?ado tanto como los buenos libros de fotograf¨ªa".
A los que se inician en el mundo de la fotograf¨ªa, Navia recomienda estudiar mucho de lo que se ha hecho sobre un determinado tema. "Siempre hay que buscar algo distinto. A veces hay que seleccionar fotos que no se han visto¡±, le dice al auditorio. ¡°Hay temas muy repetidos. Ahora hay reportajes de gente que est¨¢ empezando sobre Cuba o la India. En mi ¨¦poca nos dedic¨¢bamos a fotografiar la matanza del cerdo".
Una saga llamada Muller
Ana Muller ha puesto en esta segunda jornada la emoci¨®n de mostrar el legado de su padre, el fot¨®grafo Nicolas Muller, y su propia evoluci¨®n como fot¨®grafa.
Muller padre (Orosh¨¢za (Hungr¨ªa) 1913- Asturias, 2000 ) empez¨® su andadura como fot¨®grafo huyendo a Par¨ªs de la amenaza del nazismo, para dar luego terminar en T¨¢nger, "A mi padre le recomendaron que se fuera a T¨¢nger, que entonces era un remanso de paz¡±, cuenta Ana. ¡°All¨ª se fascin¨® por la luz, y trabaj¨® para el protectorado entrando en contacto con los espa?oles. En el a?o 44 ya expuso en Madrid por primera vez fotos de Marruecos en El Palace", contin¨²a. "En T¨¢nger ten¨ªa un estudio y trabajaba con la alta burgues¨ªa jud¨ªa, y pod¨ªa vivir modestamente sin grandes lujos".
Muller hija ha contado como Nicolas termin¨® instal¨¢ndose en Madrid en 1948, abriendo un estudio La Castellana con un escaparate donde colocaba sus mejores fotos. ¡°Tuvo la suerte de conectar con los intelectuales de la 'Revista de Occidente', y hacerles fotos¡±. Pero todo se torci¨® en la d¨¦cada de los 70, con la profusi¨®n de las c¨¢maras. ¡°Se quer¨ªa jubilar y no quer¨ªa saber nada de la fotograf¨ªa¡±, cuenta Ana. ¡°En los a?os 80 se retir¨®, me qued¨¦ con lo me interesaba de su equipo y me hizo vender el resto. No volvi¨® a tocar una c¨¢mara. El final de carrera por esa competencia le abrum¨®".
Ana lleva 38 a?os viviendo de la fotograf¨ªa, con su propio estudio. ¡°Yo ayudaba a mi padre a revelar, pero casi no me pagaba porque, como el dec¨ªa, ya me daba comida, casa y me ense?aba¡±, dice Ana entre risas. ¡°Empec¨¦ a hacer fotos para poder independizarme, fotos de boda que el odiaba¡±. Muller mantiene ahora su estudio en plena calle Serrano de Madrid. "Mi padre me dio la oportunidad de hacer algo como es la fotograf¨ªa de la que me ha ido enamorando poca a poco¡¤¡± confiesa ¡°Siempre he estado en segunda fila. Mi sue?o es tener un estudio que tenga un cartel que ponga: 'las mejores fotos de carn¨¦ del mundo'", dice para arrancar las risas del p¨²blico.
En el centenario del nacimiento de su padre, no hay nadie interesado en organizar una exposici¨®n ni en ocuparse de su ingente archivo. "Teniendo un ministro como Wert, que cree que todo se tiene que hacer como el dice, y que no nos merecemos nada, no tengo mucha esperanza¡± dice. ¡°Porque tal y c¨®mo est¨¢n las cosas, no hay dinero. No me hago ilusiones. Moriremos y se olvidar¨¢n de nosotros".
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