Derrame
Convencido el ciudadano de que ha sido abandonado a su suerte por el poder, donde ya ni reclamaciones humanitarias tienen eco en la agenda de la degradaci¨®n social, la televisi¨®n se alza como ¨²nico espacio para la superaci¨®n y la alegr¨ªa. Y la noche del martes el programa Hay una cosa que te quiero decir logr¨® ambos milagros por el procedimiento del espect¨¢culo humano. Desde el verano ten¨ªa grabada esta inyecci¨®n de optimismo con forma de programa, pero la emisi¨®n ha coincidido con una cima de amoralidad por parte del poder: la toma de partido por el sistema bancario frente a los desahucios y la expulsi¨®n de los sin papeles del sistema sanitario.
Sharon Stone serv¨ªa de estrella luminosa para una mujer entra?able e inteligente que se recupera de un derrame cerebral como el que sufri¨® ¡°su ¨ªdola¡± en 2001. Pero m¨¢s all¨¢ de la sorpresa emotiva del encuentro inimaginable, se lograron dos hitos en la pantalla actual. El primero fue un silencio de 30 segundos cuando la mujer descubri¨® a su marido en el plat¨®. Permanecieron mir¨¢ndose a trav¨¦s de las pantallas gigantes, que a un tiempo los un¨ªa y los separaba. Ese silencio, sin la machacona melod¨ªa dulzona, sin los aplausos forzados del p¨²blico, dijo m¨¢s que toda la rimbombancia de las declaraciones de afecto.
Pero a¨²n hubo otro logro m¨¢s insospechado. Sharon Stone, que como actriz lo mejor que ha interpretado es a s¨ª misma y suma un gramo de belleza por cada a?o que cumple, departi¨® con Jorge Javier V¨¢zquez sin las urgencias de la promoci¨®n ni el vodevil ese de la tele, donde por cada esquina sale alguien haciendo malabares. Se permiti¨® una defensa abierta de la fiesta de los toros, como turista antropol¨®gica frente al antitaurinismo del presentador y, lo que es m¨¢s inusual, utiliz¨® su presencia pagada en Telecinco para repasar con evocadora claridad sus visitas a los mejores museos madrile?os y a algunas pinturas de maestros. Puede que en muchos hogares fieles a la cadena llevaran a?os sin escuchar un tono tan distendido y asuntos de calado cultural. Hasta la c¨¢mara de la actriz perdi¨® el foco en varios momentos. Son milagros en el erial. Ser¨ªa indecente dejar pasar un derrame as¨ª sin festejarlo.
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