Luces, c¨¢mara... presidencia
Un repaso por los actores y las pel¨ªculas que han retratado la presidencia y el gobierno de Estados Unidos a lo largo de la historia del cine
¡°Henry Fonda¡±, contesta Woody Harrelson en la pel¨ªcula The walker (2007), de Paul Schrader, ante el interrogante: ?Qu¨¦ actor ha interpretado m¨¢s veces a un presidente de Estados Unidos? Error, solo cuentan mandatarios reales. La respuesta, aunque sorprendente, es Rip Torn. Antes de que se abran las urnas el pr¨®ximo 6 de noviembre y a alg¨²n guionista se le encienda la bombilla, las videotecas sirven de archivo para repasar c¨®mo los hombres que se sientan a gobernar el mundo desde una gran mansi¨®n blanca han sido retratados en celuloide.?
Torn se hace con el galard¨®n despu¨¦s de interpretar a tres presidentes: Lyndon Johnson en el biopic J. Edgar Hoover (1987); Ulysses S. Grant en la miniserie sobre la guerra civil The blue and the grey (1982) y Richard Nixon en Blind ambition (1979). ¡°El mejor es la versi¨®n que John Ford hace de Abraham Lincoln en El joven Lincoln (1939), protagonizada por Henry Fonda¡±, dice el escritor y catedr¨¢tico de Comunicaci¨®n Audiovisual en la universidad Aut¨®noma de Barcelona, Rom¨¢n Gubern. ¡°Es una pel¨ªcula brillante, con un Fonda m¨¢s que consistente¡±.
El tercero en las quinielas, Anthony Hopkins, para muchos el mejor Nixon en pantalla grande, tambi¨¦n se ha puesto el traje de presidente en tres ocasiones: John Quincy Adams en Amistad (1997), George Washington en Freedom: a history of US (2002) y en Nixon (1995) de Oliver Stone ¨Cautor de otras dos pel¨ªculas del g¨¦nero W. y JFK, caso abierto-.
A lo largo de la historia del cine estadounidense han sido Abraham Lincoln, Franklin Roosevelt y John F. Kennedy los mandatarios que m¨¢s veces han ocupado los carteles de estreno. El primero de ellos, tan mentado por el actual presidente Barack Obama, vuelve en noviembre a las pantallas con un Daniel Day-Lewis trasmutado hasta la canibalizaci¨®n a las ¨®rdenes de Steven Spielberg en Lincoln. "Daniel me pidi¨® un a?o para investigar sobre el personaje", cuenta Spielberg en una entrevista en la revista Time. "Llegu¨¦ un d¨ªa a trabajar y Lincoln estaba sentado en su mesa, preparado para trabajar". El director recuerda en esta conversaci¨®n c¨®mo durante todo el rodaje llam¨® a su actor protagonista Mr. President y vest¨ªa con un traje -"no suelo hacerlo en mis pel¨ªculas"- para no desentonar con el resto del vestuario.
¡°Hollywood es un agente de primera magnitud en el apoyo y compromiso a la pol¨ªtica estadounidense, generalmente de apoyo dem¨®crata¡±, dice Gubern. ¡°Siempre ha habido bastante sinton¨ªa entre la Casa Blanca y el cine; los estudios estaban en California, pero la banca en Nueva York¡±. Durante la II Guerra Mundial, en especial desde el ataque a Pearl Harbor, las directrices de Washington resonaban en los rodajes. ¡°Se plantearon dos consignas: pel¨ªculas de evasi¨®n y patri¨®ticas¡±, explica el catedr¨¢tico. Filmes como Las uvas de la ira (1938), Los viajes de Sullivan (1941) y Sucedi¨® una noche (1935) reflejaban los problemas dom¨¦sticos de un pa¨ªs que entr¨® muy tarde en el conflicto internacional sin involucrarse directamente en lo que suced¨ªa en Washington.
¡°Durante el macarthismo, los productores reunidos en Nueva York decidieron evitar que se les pudiera acusar de comunismo. Cuando se produce la guerra de Irak, profesionales como Sean Penn o Susan Sarandon vieron c¨®mo se cancelaban algunos de sus contratos por oponerse a la invasi¨®n¡±, recuerda Gubern. Entre medias, la ¨¦poca de los sesenta se desquit¨® de los horrores de la guerra y las cazas de brujas gracias al glamour de John Fitzgerald Kennedy. La crisis de los misiles con Cuba y su posterior asesinato terminaron de rubricar cinematogr¨¢ficamente su legado con filmes que retrataron el ambiente de locura nuclear como Punto l¨ªmite (1964) o Tel¨¦fono rojo, volamos hacia Mosc¨² (1964). A?os despu¨¦s, en 2000, Trece d¨ªas recrear¨ªa la crisis con Kevin Costner y Bruce Greenwood en el papel de Kennedy. ¡°Ronald Reagan, sin embargo, aunque hab¨ªa sido actor, se convirti¨® en el gran comunicador de la Casa Blanca¡±, apunta el experto.
El presidente Nixon, adem¨¢s de haber sido objeto de an¨¢lisis de Oliver Stone, se ha manifestado en los rostros de Philip Baker Hall en Secret honor (1984), Bob Gunton en Elvis y Nixon, ?vaya d¨²o! (1995), Beau Bridges en Kissinger and Nixon (1995), Dan Hedaya en Dick (1999), y por Frank Langella en su ¨²ltima aparici¨®n cinematogr¨¢fica en El desaf¨ªo - Frost contra Nixon (2008).
La entrada de los Bush en Washington trajo consigo otra manera de retratar en el cine. Desde Roger y yo (1989), Michael Moore explota a partir del g¨¦nero documental la concienciaci¨®n a trav¨¦s de la realidad. Despu¨¦s llegar¨ªan Bowling for Columbine (2002) y Fahrenheit 9/11 (2004) para alegr¨ªa de la familia Bush. El ¨²ltimo atisbo sucedi¨® a principios de 2008. Barack Obama, candidato dem¨®crata a la presidencia de Estados Unidos, pronunciaba las tres palabras que le lanzar¨ªan al despacho oval de la Casa Blanca: Yes we can (s¨ª, podemos). En aquel momento, Hollywood y la industria musical con sede en California reinterpretaron el mensaje en forma de canci¨®n viral hartos de una administraci¨®n republicana que les hab¨ªa enfangado hasta las rodillas en la guerra y cuya pol¨ªtica econ¨®mica comenzaba a apellidarse crisis.
El tr¨¢iler de aquella pel¨ªcula a¨²n no se ha estrenado en pantalla grande. Lincoln, la nueva pel¨ªcula de Steven Spielberg, termina diciendo: ¡°?Debemos parar esta sangr¨ªa?¡± Poco tiene que ver la tarea a la que Barack Obama y Mitt Romney se enfrentan a partir del pr¨®ximo 6 de noviembre. Por suerte el cine a¨²n tiene tarea para perpetuar en la memoria las haza?as de esos hombres que se sientan a gobernar el mundo desde el despacho oval.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.