El ¨²ltimo colmillo rosa
Lo que Stephenie Meyer hizo con el vampiro es lo mismo que E. L. James ha hecho con el sadomasoquismo
¡°As¨ª es como nos representan. ?Incre¨ªble!¡±, exclamaba Dr¨¢cula en la pirot¨¦cnica y divertid¨ªsima Hotel Transilvania, tras atisbar unas im¨¢genes de la saga Crep¨²sculo en la pantalla de un avi¨®n. Era uno de los gags m¨¢s incisivos de la pel¨ªcula dirigida por Genndy Tartakovsky, pero, al mismo tiempo, tambi¨¦n era una carga de profundidad sobre la que es necesario detenerse.
En efecto, la serie de pel¨ªculas basada en el ciclo de novelas de Stephenie Meyer ha supuesto un giro en la representaci¨®n del arquetipo vamp¨ªrico que, sin duda, los te¨®ricos del futuro analizar¨¢n como algo que va mucho m¨¢s all¨¢ de la moda coyuntural o del fen¨®meno idiota: Crep¨²sculo es un signo de los tiempos, una mitolog¨ªa para la era de un nuevo sentimentalismo empe?ado en absorber todo poder de transgresi¨®n. Lo que Meyer hizo con el vampiro es lo mismo que E. L. James ha hecho con el sadomasoquismo.
A lo largo de sus cuatro entregas cinematogr¨¢ficas, la saga Crep¨²sculo ha funcionado como imbatible objeto de seducci¨®n para iniciados y como eficaz acicate para la risa floja a los ojos de los profanos, como, sin ir m¨¢s lejos, este cr¨ªtico. Cuesta olvidar, en ese sentido, la primera aparici¨®n de Robert Pattinson en modo Derek Zoolander en la pel¨ªcula que abri¨® el fuego. Estructurada como una sostenida oda a las virtudes de la retenci¨®n seminal, la saga ha activado su inter¨¦s para los descre¨ªdos una vez sus personajes han logrado aliviar su calentura. Tras el parto que cerraba la entrega anterior ¡ªun momento que se situaba entre la versi¨®n Super Pop del Lars von Trier de Anticristo y un Ordet de centro comercial¡ª, este cap¨ªtulo final ofrece toda la diversi¨®n delirante que necesitaba ser liberada.
CREP?SCULO: AMANECER 2
Direcci¨®n: Bill Condon.
Int¨¦rpretes: Kristen Stewart, Robert Pattinson, Taylor Lautner, Michael Sheen, Dakota Fanning.
G¨¦nero: terror. EE UU, 2012.
Duraci¨®n: 115 minutos.
En Crep¨²sculo: Amanecer parte 2, incluso el brillante Michael Sheen parece un actor de chichinabo, pero el conjunto se mantiene en tal din¨¢mica de movimiento perpetuo e insensateces constantes que resulta realmente dif¨ªcil aburrirse: transformaciones, saltos, hip¨¦rboles, met¨¢foras sexuales, afectaci¨®n, decapitaciones y absurdos di¨¢logos explicativos se suceden al amparo de una est¨¦tica que recicla el kitsch nativoamericano para otros usos. Tras un cl¨ªmax con truco, el ep¨ªlogo y los cr¨¦ditos finales parecen una invitaci¨®n a encender el mechero, como quien escucha una untuosa balada emo.
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