Valerie Eliot, guardiana del legado de un Nobel
Tras la muerte del poeta brit¨¢nico T. S. Eliot, se convirti¨® en su albacea
Valerie Eliot (Leeds, Reino Unido, 1926), albacea del afamado poeta brit¨¢nico Thomas Stearns Eliot, era conocida en los c¨ªrculos literarios de Reino Unido por haber sostenido enconadas pugnas con editores y cr¨ªticos para que se cumplieran escrupulosamente las ¨²ltimas voluntades del premio Nobel de literatura. La viuda del escritor falleci¨® el pasado 9 de noviembre en Londres a los 86 a?os.
Siendo una adolescente, Valerie Fletcher ¡ªsu apellido de soltera¡ª dej¨® huella en el colegio Queen Anne al declarar que de mayor quer¨ªa ser secretaria de T. S. Eliot. Valerie cre¨ªa que sab¨ªa c¨®mo era el poeta a ra¨ªz de la lectura de sus poemas, impresi¨®n que subray¨® en una de las pocas entrevistas que concedi¨® en su vida, al diario The Independent en 1994: ¡°sent¨ª que lo conoc¨ªa como persona¡±. En 1949, un a?o despu¨¦s de que T. S. Eliot recibiera el Nobel de literatura, la por entonces joven Valerie Fletcher acudi¨® a una entrevista de trabajo respondiendo a la solicitud de un puesto de secretaria del poeta en la editorial Faber and Faber. Encadenando un cigarrillo con otro, el propio Eliot dio su visto bueno a que ella se hiciera con el trabajo. Despu¨¦s de un trato escrupulosamente profesional e incluso distante entre los dos, en 1956 decidieron dar un paso adelante y confesarse sus sentimientos mutuos. Se casaron un a?o despu¨¦s pese a que el poeta era 40 a?os mayor.
En 1965 muri¨® Thomas y Valerie se erigi¨® en albacea y, como tal, en fiel guardiana del legado literario de su difunto marido. En 1974 promovi¨® y supervis¨® una edici¨®n de una de las obras maestras de T. S. Eliot, La tierra bald¨ªa (C¨¢tedra, 2005). En 1988 comenz¨® la edici¨®n de las cartas de su marido, que se publicar¨ªan en tres vol¨²menes, el ¨²ltimo aparecido este a?o tras una demora de m¨¢s de dos d¨¦cadas. Lo hizo porque el poeta, en un principio reticente a que estas misivas vieran la luz, solo concedi¨® permitir su publicaci¨®n si ella se ocupaba de todo, como finalmente hizo. Los detractores de lo que en aquella ¨¦poca se conoci¨® como las viudas literarias comenzaron a verter sus cr¨ªticas y, como pudo ocurrir en otros casos sonados como el de Vannessa Orwell ¡ªviuda de George Orwell¡ª, especularon sobre la cualificaci¨®n de Valerie Eliot para hacerse cargo de tan preciada herencia.
Ante el cariz que tom¨® la situaci¨®n, la viuda opt¨® por salir del primer plano y llevar una existencia tranquila y solitaria en la casa que pose¨ªa el matrimonio. Tal actitud no signific¨®, ni mucho menos, una renuncia a ejercer la labor que se hab¨ªa impuesto: la indignaci¨®n de la cr¨ªtica fue may¨²scula cuando se neg¨® a que se incluyeran fragmentos de los poemas de Thomas en ninguna biograf¨ªa autorizada por ser este uno de los pocos encargos realmente rotundos que le dej¨® su esposo. La situaci¨®n, lejos de mejorar, se agrav¨® cuando, sin embargo, permiti¨® el uso de algunos poemas para el musical Cats de Andrew Lloyd Webber.
Aparte de esta cautelosa y contenida labor de difusi¨®n, Valerie Eliot don¨® 15.000 libras para poner en marcha el premio T. S. Eliot, el galard¨®n literario mejor dotado econ¨®micamente de Reino Unido, adem¨¢s de fundar la organizaci¨®n ben¨¦fica Old Possum Practical¡¯s Trust.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.