Apocalipsis a los 40
El debut de Jorge Torregrossa se queda en medio de ninguna parte
A pesar de que las pel¨ªculas sobre el Apocalipsis suelen estar protagonizadas por criaturas que viven su propio cataclismo personal, la asunci¨®n de lo fant¨¢stico en un entorno real no siempre es f¨¢cil. Ll¨¢mese magia, poes¨ªa, trascendencia o enjundia narrativa, requiere pautas que hagan converger la psicolog¨ªa de la intriga con la psicolog¨ªa de los personajes. Y Fin, debut de Jorge Torregrossa, basado en la novela de David Monteagudo, se queda en medio de ninguna parte: entre las afiladas explicaciones a lo Shyamalan y la ausencia total de justificaciones a lo Picnic en Hanging Rock; por un lado le falta la arquitectura necesaria para que todo encaje, y por otro, complejidad existencial para que, por ejemplo, estemos en el nivel de Take shelter.
FIN
Direcci¨®n: Jorge Torregrossa.
Int¨¦rpretes: Maribel Verd¨², Daniel Grao, Clara Lago, Carmen Ruiz, Andr¨¦s Velencoso.
G¨¦nero: drama sobrenatural. Espa?a, 2012.
Duraci¨®n: 90 minutos.
Fin comienza como una reuni¨®n de amigos tras m¨¢s de 20 a?os de resquemores y ausencias; gente que se quiere por lo que vivi¨® m¨¢s que por lo que vive; en la crisis de los cuarenta, unos sin crecer, otros creciendo demasiado. Torregrossa, cortometrajista de universo formal especial¨ªsimo, al que le ha costado diez a?os m¨¢s de lo debido dar el salto al largo, se mueve con elegancia en su primera mitad. T¨¦cnicamente impecable, la pel¨ªcula se ve con creciente inter¨¦s hasta la llegada del elemento sobrenatural. Entonces comienza la irregularidad, entre el buen momento de los carneros y la falta de tensi¨®n en el montaje y la puesta en escena de la persecuci¨®n en las bicis.
Quiz¨¢ la novela de Monteagudo no daba para m¨¢s, quiz¨¢ sus creadores han confiado demasiado en el entretenimiento y poco en la espiritualidad. En Fin hay angustia juvenil, pero nunca angustia metaf¨ªsica. Los j¨®venes requerir¨¢n explicaciones concienzudas; el adulto, m¨¢s profundidad. Y la pel¨ªcula est¨¢ en medio de ambas.
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