Fulgurante estrella, espl¨¦ndida persona
Conoc¨ª a Tony Leblanc hace ya tiempo, no recuerdo exactamente cu¨¢nto. La imagen que me viene a la cabeza es que por aquel entonces hab¨ªa tenido un accidente de coche, y andaba con una especie de muleta. Pero no es as¨ª como lo recuerdo. ?l fue un actor que ha sido un pilar de la comedia en este pa¨ªs. Eso, y ante todo, una muy gran persona.
Desde entonces siempre fue un placer ver c¨®mo desarrollaba su trabajo de int¨¦rprete, y comprobar en cada ocasi¨®n c¨®mo era alguien capaz de levantar ¨¦l solo una pel¨ªcula. Aunque no tuve la oportunidad de trabajar directamente con ¨¦l, ni como productor ni como t¨¦cnico, ese mundo en el que ambos nos mov¨ªamos, el del cine, facilit¨® nuestro encuentro, como ocurre con todos los que participamos de esta maravillosa profesi¨®n.
A pesar de ello, Leblanc es un hombre al que siempre tengo presente, a trav¨¦s de las muchas pel¨ªculas suyas que guardo. Como c¨®mico, solo puede defin¨ªrsele como una gran estrella, y no solo del cine, sino tambi¨¦n del teatro y la televisi¨®n espa?oles. De entre sus much¨ªsimas actuaciones, rescato una en el Florida Park del Retiro madrile?o. Hab¨ªa un espect¨¢culo que presentaba Jos¨¦ Mar¨ªa ??igo, que le invit¨® a subir al escenario, y ¨¦l se puso a comer una manzana durante varios minutos. Ha sido un gran personaje. Tanto, que el hueco que deja tras de s¨ª dif¨ªcilmente podr¨¢ volverse a llenar.
En aquellos sesenta y sesenta del cine espa?ol, donde las pel¨ªculas sol¨ªan ser corales, con un elenco abultado, Leblanc fue, junto con otros grandes nombres como los de Antonio Ozores o Alfredo Landa, uno de los int¨¦rpretes con los que me he llegado a sentir m¨¢s identificado. De toda aquella generaci¨®n, creo que Leblanc lleg¨® a trabar, si no con todos, con casi todos, y no hubo con quien no mantuviera fant¨¢sticas relaciones.
Tras un tiempo alejado del cine, en una ¨¦poca en la que se dedic¨® m¨¢s al teatro y las revistas, su regreso con Torrente demostr¨® que el p¨²blico jam¨¢s lleg¨® a olvidarse de ¨¦l. De hecho, creo que en los ¨²ltimos tiempos el cari?o se hab¨ªa acrecentado, probablemente porque los que hemos vivido el cine espa?ol siempre hemos pensado en ¨¦l como un rostro agradable de ver. Pero aquel no fue su ¨²nico trabajo destacable: no puedo dejar de nombrar Sab¨ªan demasiado, con Concha Velasco, o Los tramposos, con Ozores.
No solo quiero rendir homenaje a su trabajo. Por su car¨¢cter, de una simpat¨ªa constante, siempre agradable, dio lugar a multitud de an¨¦cdotas. Solo hab¨ªa que verle para saber que aquel hombre pod¨ªa hacer de todo. Me quedo con una frase muy suya, que me soltaba cuando habl¨¢bamos por tel¨¦fono o nos encontr¨¢bamos en persona [el propio Leblanc fue jugador de f¨²tbol en su juventud]: ¡°Enrique, rezo por ti y por el Atleti¡±
Enrique Cerezo es productor cinematogr¨¢fico y presidente del Atl¨¦tico de Madrid
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