?lmer Mendoza: ¡°La narcoliteratura no es oportunista¡±
El autor de 'Nombre de perro' defiende el compromiso social del g¨¦nero y arremete contra la guerra de Calder¨®n
El Zurdo Mendieta ha vuelto. El detective tiene esta vez que resolver el caso de una mujer que busca venganza por la muerte de su amante y para ello deber¨¢ sumergirse en la guerra contra el narco, esa tragedia diaria de la realidad mexicana en los ¨²ltimos seis a?os que como dice su creador, el escritor ?lmer Mendoza (Culiac¨¢n, 1949), solo ha servido para ¡°crear enconos inconcebibles y exacerbar la violencia de las bandas¡±. Mendoza present¨® el domingo por la noche en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara su ¨²ltima novela, Nombre de perro (Tusquets), llamado a ser otro hito de la narcoliteratura, un g¨¦nero del que es padre por derecho propio.
Travieso, de hablar suave y actitud inocente, Mendoza rechaza que la narcoliteratura se est¨¦ convirtiendo en un g¨¦nero para oportunistas. Al contrario, para el autor de Balas de plata y La prueba del ¨¢cido, se trata de novelas que restituyen la verdad en toda su complejidad social. ¡°Es una est¨¦tica de la violencia que se est¨¢ dando en el cine y la m¨²sica pero tambi¨¦n en la ¨®pera, la danza, las artes pl¨¢sticas y el teatro. Es todo un movimiento, no es oportunismo. Es como descubrir una veta de metales: habr¨¢ quien saque las mejores pepitas y quienes solo rasquen. Me gusta la palabra narcoliteratura porque los que estamos comprometidos con este registro est¨¦tico de novela social tenemos las pelotas para escribir sobre ello porque crecimos all¨ª y sabemos de qu¨¦ hablamos¡±.
Acaba el sexenio del presidente Felipe Calder¨®n con su reguero de m¨¢s 60.000 muertos asociados al combate contra el crimen organizado. El pr¨®ximo s¨¢bado, el Partido Revolucionario Institucional (PRI) volver¨¢ al poder de la mano de Enrique Pe?a Nieto. El novelista no perdona los llamados ¡°da?os colaterales¡± de la etapa que termina: ¡°Comparto la indignaci¨®n de los 50 millones de mexicanos sometidos a la angustia de ver al Ej¨¦rcito en sus calles. En mi ciudad jam¨¢s hab¨ªa estallado una bomba y m¨¢s de 60 polic¨ªas fueron asesinados. La guerra contra el narco cre¨® terror y una atm¨®sfera de desconfianza. Dicen que la van ganando, pero la guerra no afect¨® a las actividades principales de las bandas. Todos tenemos la esperanza de que se acabe esta guerra, por eso vot¨¦ al PRI, porque queremos recorrer las calles sin ir mir¨¢ndonos la espalda¡±.
Hombre del norte, de la frontera, Mendoza se explaya contra la guerra de Calder¨®n. ¡°Alter¨® mi mundo, se rompieron los c¨®digos. En el norte est¨¢bamos acostumbrados a los traficantes. Los sicarios son siempre indeseables, siempre est¨¢n fuera de s¨ª. Los narcos quieren que se les note, que las chicas guapas se fijen en ellos, quieren convertirse en h¨¦roes. El sicario siempre mira de abajo arriba, no tiene esa opci¨®n¡±. Y tambi¨¦n contra la lacerante desigualdad de M¨¦xico: ¡°Tenemos casi 60 millones de pobres. La pobreza es la mayor derrota de un pa¨ªs. Nuestros j¨®venes no tienen sue?os. Cuando pregunto a mis alumnos donde quieren estar dentro de 50 a?os no lo saben, no tienen proyecto de vida¡±.
?lmer Mendoza iba para ingeniero y empez¨® a publicar tarde, a los 50 a?os, pero desde los 28 supo que ser¨ªa escritor y empez¨® a estudiar Literatura en la UNAM. ¡°Siempre fui un acomplejado para arriba¡±, dice ri¨¦ndose de s¨ª mismo. ¡°Era feo, pero era el ¨²nico de mis amigos que se atrev¨ªa a hablarle a la chica que nos gustaba y si me pon¨ªa a entrenar para atleta pensaba en ir a los Juegos Ol¨ªmpicos. Si no fuera escritor, me hubiera gustado ser cient¨ªfico y ganar el premio Nobel¡±. Cuando empez¨® a escribir no pensaba dedicarse a la violencia. Su primer proyecto literario ten¨ªa que ver con la guerrilla, pero su ilusi¨®n era y es crear una novela de ciencia ficci¨®n. ¡°He hecho siete intentos y he fracasado, pero la tengo que hacer¡±.
?Tiene ya la trama? ¡°Ser¨ªa una novela de anticipaci¨®n del futuro. Ocurre en Culiac¨¢n dentro de cien a?os. No hay comida ni agua y miles de autos se acumulan en el centro de la ciudad. Hay acaparadores de alimentos, controladores de la escasez y un proyecto cient¨ªfico para reducir la talla de la gente¡, pero no me sale¡±, concluye entre bromas.
Edgar el zurdo Mendieta vuelve con una nueva historia, con su picaresca, su sarcasmo y su habla popular, pero sobre todo vuelve el estilo de Elmer Mendoza. ¡°Un autor no depende de las tramas pero s¨ª de un estilo, y cuando agarras uno no puedes dejarlo. Yo creo que lo consegu¨ª¡±.
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