Todo empez¨® en los garajes
Vuelve a editarse 'Nuggets: Original artyfacts from the first psychedelic era, 1965-1968', la recopilaci¨®n de Lenny Kaye de 'singles' del 'garage rock'
Pese a su manifiesta ubicuidad, el rock es hoy un lenguaje tan fosilizado como un d¨ªa lo fue el jazz, pero sus m¨¢s potentes ecos resuenan en presente con la brava trascendencia de un fogoso origen. Cualquiera que se exponga a los 27 temas atiborrando la antolog¨ªa Nuggets: Original artyfacts from the first psychedelic era, 1965-1968, recopilada en 1972 por Lenny Kaye, sentir¨¢ en propia piel el j¨²bilo con que toda una generaci¨®n vivi¨® esta m¨²sica. El desembarco de los Beatles en Estados Unidos, en 1964, galvanizar¨¢ a la poblaci¨®n adolescente tras su primera aparici¨®n en la peque?a pantalla. En cuesti¨®n de d¨ªas, los garajes y s¨®tanos de Am¨¦rica son ocupados por mocosos ensayando sus ma?as rocanroleras, contagiados por la avanzadilla de la Invasi¨®n Brit¨¢nica: Rolling Stones, Them, Kinks¡ Pocos fen¨®menos explican m¨¢s v¨ªvidamente el poder catalizador del rock como aquel florecimiento musical, garage rock se le llam¨®, una explosi¨®n tan expansiva que hasta en su periferia se tamizaban pepitas de oro. Pedruscos que se reproducir¨ªan en consecutivos revivals a partir de los 80, con especial incidencia en nuestro pa¨ªs y epicentro en los bares de Malasa?a.
No se volver¨¢ a palpar tan vehemente concentraci¨®n hasta que estalle el punk
El propio Kaye, guitarrista y mano derecha de Patti Smith, parece el primer sorprendido por la recuperaci¨®n de Nuggets en su cuarenta aniversario. Entre bastidores tras el reciente concierto de la Smith en Barcelona, se maravillaba de que un disco de tales caracter¨ªsticas siga interesando. ¡®¡¯Es como si en 1972 alguien hubiese recopilado la m¨²sica de los a?os 30 para mostr¨¢rsela a los j¨®venes¡¯¡¯, dice mientras Patti, m¨²sicos e invitados revoloteamos alrededor de una mesa bien surtida. Minutos antes, durante el recital de presentaci¨®n de Banga, nuevo ¨¢lbum de la neoyorquina, Lenny ha interpretado un popurr¨ª de Nuggets, enlazando euforizantes t¨ªtulos de Strangeloves, Blues Magoos o Seeds. La autora de ?ramos unos ni?os baila desenfadada en un rapto que parece devolverla a la adolescencia, cuando estas elementales gemas sonaban por la radio o desde un peque?o tocadiscos, olvidando quiz¨¢s adrede que estamos en el ilustre Palau de la M¨²sica.
¡®¡¯Aquella escena se fundament¨® en m¨¦todos anticuados¡¯¡¯, escribi¨® Kaye en las notas de la antolog¨ªa. ¡®¡¯El ¨¦nfasis en el formato single para lanzar a un conjunto, o la sumisi¨®n de las exhibiciones instrumentales a las necesidades de la canci¨®n misma, lo que las hac¨ªa a¨²n m¨¢s prominentes: la fascinaci¨®n por la sobreamplificaci¨®n electr¨®nica, veladas referencias a la experiencia psicod¨¦lica junto a conceptos m¨¢s mundanos, y una sensaci¨®n de que las cosas iban a ser de alg¨²n modo distintas a partir de aquel momento¡¯¡¯. El rock experimenta una edad dorada en la que predominan los grupos sobre los solistas; conjuntos de j¨®venes melenudos sin aptitudes profesionales, m¨¢s pendientes del impacto directo y la urgencia expresiva que interesados en hacer carrera. Aquel revuelo hormonal, y un futuro que se adivina revolucionado, se traduce en el bizarro esplendor de temas compactos, pues deben limitarse a los dos minutos acotados por las emisoras AM, atentos empero a dispares influencias externas, al contrario que los homog¨¦neos g¨¦neros tradicionales. No se volver¨¢ a palpar tan vehemente concentraci¨®n hasta que estalle el punk.
¡®¡¯Es como si en 1972 alguien hubiese recopilado la m¨²sica de los a?os 30 para mostr¨¢rsela a los j¨®venes Lenny Kaye
Hay en Nuggets imitaciones de Beatles, Bob Dylan y Beach Boys, por supuesto. Pero as¨ª mismo tremebundas resacas de ¨¢cido lis¨¦rgico: "I Had Too Much to Dream Last Night", confiesan Electric Prunes. Alguna que otra certificada leyenda: The 13th Floor Elevators y su You¡¯re Gonna Miss Me, Dirty Water por The Standells, o The Count Five, rotundos ejecutores del mostrenco Psychotic Reaction. Incluso primeras zancadas de futuras estrellas, el b¨¢rbaro Ted Nugent liderando Amboy Dukes, el talentoso Todd Rundgren con sus Nazz. Cuarenta a?os despu¨¦s, aquellos discos a 45 rpm., cuidadosamente seleccionados bajo el amparo del sello Elektra, vuelven a estar disponibles en CD y elep¨¦. ¡®¡¯Cuando escuch¨¦ la primera digitalizaci¨®n de Nuggets en los 80, me deprim¨ª profundamente¡¯¡¯, explica Kaye. ¡®¡¯Ahora se ha corregido ese aspecto, y tambi¨¦n se publica en vinilo, el modo m¨¢s adecuado de disfrutarla¡¯¡¯.
La ingenuidad de una ¨¦poca infiltrada por la inminencia de tiempos socialmente convulsos y musicalmente expansivos, esto es lo que finalmente atrap¨® Nuggets, colecci¨®n articulada como edificante experiencia auditiva m¨¢s que exploraci¨®n historicista. Quiz¨¢s por ello siga rasgando luminosa, como entonces, la turbia realidad de este presente atenazado.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.