¡°La poes¨ªa es una forma de resistencia¡±
Con 82 a?os, el autor argentino est¨¢ m¨¢s activo que nunca. Publica ahora su 'Poes¨ªa reunida' y acaba de terminar un nuevo libro
Juan Gelman ha escrito 1.300 p¨¢ginas de poemas. Son las que tiene el colosal volumen de su Poes¨ªa reunida, reci¨¦n publicado por Seix Barral en formato adoqu¨ªn. Desde los primeros versos de Viol¨ªn y otras cuestiones, de 1956, hasta El emperrado coraz¨®n amora, de 2010, todo est¨¢ all¨ª: 29 libros. ?l, sin embargo, est¨¢ ya en otra cosa: acaba de cerrar un nuevo poemario titulado escuetamente Hoy. ¡°Ahora lo dejo en reposo¡±, dice. ¡°Un rato. Luego lo vuelvo a leer. Hay que crear distancia¡±. Espera publicarlo el a?o que viene.
Argentino de 82 a?os y afincado en M¨¦xico despu¨¦s de recorrer medio mundo de exilio en exilio, Gelman pas¨® por Le¨®n para recoger el Premio Leteo. All¨ª le acompa?¨® su amigo Antonio Gamoneda, al que en 2007 sucedi¨® en el palmar¨¦s del Premio Cervantes. Ambos coincidieron en sendos actos. En uno de ellos se habl¨® de la poes¨ªa y la vida. En el otro, el poeta leon¨¦s glos¨® al poeta argentino, que, abrumado, dio las gracias por el homenaje y se limit¨® a leer Confianzas, uno de sus poemas m¨¢s populares: ¡°se sienta a la mesa y escribe / ¡®con este poema no tomar¨¢s el poder¡¯ dice / ¡®con estos versos no har¨¢s la Revoluci¨®n¡¯ dice / ¡®ni con miles de versos har¨¢s la Revoluci¨®n¡¯ dice // y m¨¢s: esos versos no han de servirle para / que peones maestros hacheros vivan mejor / coman mejor o ¨¦l mismo coma viva mejor / ni para enamorar a una le servir¨¢n // no ganar¨¢ plata con ellos / no entrar¨¢ al cine gratis con ellos / no le dar¨¢n ropa por ellos / no conseguir¨¢ tabaco o vino por ellos // ni papagayos ni bufandas ni barcos / ni toros ni paraguas conseguir¨¢ por ellos / si por ellos fuera la lluvia lo mojar¨¢ / no alcanzar¨¢ perd¨®n o gracia por ellos // ¡®con este poema no tomar¨¢s el poder¡¯ dice / ¡®con estos versos no har¨¢s la Revoluci¨®n¡¯ dice / ¡®ni con miles de versos har¨¢s la Revoluci¨®n¡¯ dice / se sienta a la mesa y escribe¡±.
Siempre hay una insatisfacci¨®n. Es muy dif¨ªcil pescar a la se?ora esta de la poes¨ªa.
Silencio. Aplausos. Gelman: ¡°Yo creo que ya est¨¢¡±. Como el p¨²blico que llenaba el sal¨®n de actos no parec¨ªa estar de acuerdo, el poeta respondi¨® a una pregunta sobre la capacidad de intervenci¨®n social de su oficio, la famosa utilidad de la escritura. Respuesta: ¡°Hay cosas que no se le deben pedir a la poes¨ªa. Hay que ped¨ªrselas a la gente: que defienda sus derechos, por ejemplo¡±. Antes de ese coloquio en verso y prosa, sentado ante un vaso de agua en el Hostal de San Marcos ¡ªc¨¢rcel durante la Guerra Civil y hoy Parador de Turismo¡ª, el autor de C¨®lera buey habla con parsimonia.
PREGUNTA. La pregunta m¨¢s t¨®pica para un escritor es por qu¨¦ escribe, pero visto el millar de p¨¢ginas de su poes¨ªa reunida y sabiendo que tiene nuevo libro, la que se impone es: ?por qu¨¦ sigue escribiendo?
RESPUESTA. Siempre hay una insatisfacci¨®n. Es muy dif¨ªcil pescar a la se?ora esta de la poes¨ªa. ?Por qu¨¦ insistir? Para tratar de ver si finalmente puedo. Hay gente que se cansa en el camino, yo todav¨ªa no.
P. ?Insatisfacci¨®n hacia lo ya escrito o hacia lo que quiere escribir?
R. Con lo escrito. Al menos en mi caso. John Donne ten¨ªa esa imagen de la belleza como un comp¨¢s. Dec¨ªa: ¡°Yo empiezo donde termino¡±. Sor Juana In¨¦s de la Cruz, sin embargo, ten¨ªa otra visi¨®n. A ella le parec¨ªa una espiral cada vez m¨¢s abarcadora, sujeta a los vientos de la ¨¦poca. En realidad se escribe sobre pocos temas, pero a medida que pasa el tiempo, a medida que se vive m¨¢s, se lee m¨¢s, se aprende m¨¢s, cada uno de esos temas se ve desde ese punto diferente. Y ese punto nuevo exige su propia expresi¨®n, que no puede ser ninguna de las anteriores. La insatisfacci¨®n nace de ah¨ª.
P. Muchas veces usted descoyunta la gram¨¢tica y convierte en verbo un sustantivo. De mundo crea mundar, por ejemplo. ?El lenguaje se le queda peque?o?
R. En el fondo, de Cervantes a la fecha, siempre se ha dicho eso. Cervantes se inventa neologismos y defiende la necesidad de reinventar la lengua. En mi caso es un intento de pasar los l¨ªmites.
P. ?Y qu¨¦ dicen sus traductores?
R. [Se r¨ªe] Creo que he logrado que salgan de su l¨®gica. He tenido la suerte de tener excelentes traductores. Rompen sus propias lenguas para hacer el intento, aunque no siempre es posible.
P. Hay quien dice que poes¨ªa es justo lo que se pierde en la traducci¨®n de poes¨ªa. ?Est¨¢ de acuerdo?
En casa se hablaban cuatro lenguas: y¨ªdish, ruso, ucraniano y castellano
R. Depende del traductor, y cada lengua tiene su l¨®gica. Bien dec¨ªa Pavese que para hacer una buena traducci¨®n de una lengua a otra no basta con conocer las dos: hay que conocer las dos culturas¡ Yo creo que traducir poes¨ªa es m¨¢s dif¨ªcil que escribirla. Yo mismo empec¨¦ traduciendo y me fue mal.
P. ?A qui¨¦n tradujo?
R. Traduje a¡ ?c¨®mo se llama este? Usted perdone: hay gente que tiene lagunas en la memoria, yo tengo el golfo de M¨¦xico¡ Evtuchenko, el ruso. Tambi¨¦n algunas cosas de Bertolt Brecht. Y a Cavalcanti, el maestro de Dante. Tiene unos poemas extraordinarios: ¡°?qui¨¦n es esta que viene y todos miran / y hace temblar de claridad el aire?¡±. El segundo verso no es dif¨ªcil de traducir: che fa tremar di chiaritate l¡¯are. Ning¨²n problema. Pero el primero ¡ªchi ¨¨ questa che v¨¨n, ch¡¯ogni¡¯om la mira¡ª. Que todos los hombres miran¡ Con el todos m¨¢s o menos me salvo, pero el todos en castellano tambi¨¦n incluye a todas.
P. ?Habla ruso, lo digo por Evtuchenko?
R. Algo, s¨ª.
P. Sus padres llegaron a Argentina desde Ucrania. ?El hecho de vivir de una familia que hablaba en otro idioma y de exiliarse luego ha influido en su manera de ver el lenguaje?
R. Yo creo que s¨ª. En casa se hablaban cuatro lenguas: y¨ªdish, ruso, ucraniano y castellano. Nuestros padres nos dec¨ªan que habl¨¢ramos en castellano, pero viv¨ªamos en el barrio de Villa Crespo, de modo que en la calle me encontraba con el ruso, el polaco, el ¨¢rabe, el rumano¡ De esa multitud de sonidos algo debi¨® quedar.
P. Tradicionalmente, la poes¨ªa que tiene un fondo cr¨ªtico suele tener una forma clara. Su caso ha sido el contrario. Su revoluci¨®n empieza por el lenguaje. ?Es algo consciente?
R. Es dif¨ªcil contestar porque de alg¨²n modo todo eso hace presi¨®n sobre uno y la rebeld¨ªa surge. Pero no es una propuesta voluntaria, nunca puede serlo. Como una vez me dijo un amigo¡ Le cuento: yo volv¨ªa de Italia, donde hab¨ªa conocido a Pasolini, que hab¨ªa publicado su primer libro, Le ceneri di Gramsci [Las cenizas de Gramsci]. Este amigo me preguntaba: ¡°?C¨®mo es ¨¦l?¡±. Y yo: ¡°Bueno, no es muy alto, tiene una mand¨ªbula saliente¡¡±. Y mi amigo: ¡°?Una mand¨ªbula saliente? Eso es se?al de voluntad¡±. Pero la voluntad en la poes¨ªa sirve para nada. Creo que por eso se dedic¨® al cine. En poes¨ªa la voluntad sirve menos todav¨ªa que la mand¨ªbula. Mire, yo no quiero fingir una ingenuidad que no tengo, pero tampoco quiero fingir que s¨¦ lo que no s¨¦.
P. ?La rebeld¨ªa debe expresarse con un lenguaje com¨²n a todos o con uno completamente distinto?
R. Uno con la poes¨ªa no se puede proponer nada. Recuerdo que en los a?os cincuenta se desat¨® la guerra de Corea. Por supuesto, todos los poetas comunistas, entre ellos los franceses, escribieron poemas denostando el imperialismo. El ¨²nico que no lo hizo fue Paul ?luard. Los compa?eros le dijeron: ¡°?C¨®mo es que no escribes un poema sobre esto, que es tan grave?¡±. Y ¨¦l dijo: ¡°Yo solo escribo sobre estas cosas cuando la circunstancia exterior coincide con la circunstancia interior¡±. Eso es aplicable a todo.
P. Hablando con Antonio Gamoneda dijo usted que la civilizaci¨®n se va al demonio. ?No hay modelos que seguir?
R. No lo veo. Pero hay que distinguir entre civilizaci¨®n y cultura. La civilizaci¨®n occidental persigue el desarrollo extremo, y mire a d¨®nde lleg¨® la cosa. En general era la pol¨ªtica la que reg¨ªa la econom¨ªa. Hace a?os que no es as¨ª, pero ahora de un modo descarado: los jefes de Estado se re¨²nen para cumplir las ¨®rdenes del FMI. Eso me parece extraordinario. No s¨¦ c¨®mo el capitalismo mismo va a salir de esta. Seguramente, a costa de millones, y no de d¨®lares precisamente.
P. ?Qu¨¦ hacer? ?C¨®mo ve su propio pa¨ªs, Argentina?
Las calificadoras le bajan la calificaci¨®n a Argentina porque va contra la corriente
R. Lo que est¨¢n haciendo en Argentina es tratar de volver al capitalismo cl¨¢sico, que ya es un avance, porque se basa en la producci¨®n, no en la jugada financiera. ?C¨®mo puede ser que un pa¨ªs como Grecia est¨¦ al borde de la quiebra? Un pa¨ªs no es una empresa.
P. ?La pol¨ªtica puede tomar las riendas sin caer en el populismo? Es la acusaci¨®n que suele hacerse al Gobierno argentino.
R. Para el FMI, populismo es no hacer lo que ellos quieren. Son definiciones muy imprecisas. Argentina busca el regreso a un capitalismo donde los medios m¨¢s importantes ¡ªel petr¨®leo, etc¨¦tera¡ª est¨¢n en manos del Estado. El mundo lo domina la libertad de comercio, s¨ª, libertad, menos para millones y millones. Es un esc¨¢ndalo.
P. ?Y las cr¨ªticas a Cristina Fern¨¢ndez? ?Las acusaciones de querer controlar a la prensa?
R. Nunca ha habido una libertad de prensa como ahora. Si uno se entera de esas cr¨ªticas es porque cada uno dice lo que quiere. No es que este Gobierno carezca de errores. Menem, tambi¨¦n peronista, lo ¨²nico que no pudo vender es el aire, porque no hay forma de envasarlo. Las calificadoras le bajan la calificaci¨®n a Argentina porque va contra la corriente.
P. ?No hay un cierto culto a la personalidad? Tambi¨¦n eso es muy peronista.
R. Esto pasa en todos los pa¨ªses donde hay l¨ªderes.
P. ?Le parece bien?
R. Me parece una cuesti¨®n de hecho.
P. Hay cosas de hecho contra las que nos rebelamos.
No le¨ª nunca en los ep¨ªtetos policiales la palabra utop¨ªa, ni belleza, ni ternura
R. Cuando digo que es un hecho me refiero a que, por ejemplo, a m¨ª no me gusta Ch¨¢vez, pero tanto tirarse contra ¨¦l y resulta que el hombre saca los votos. Hay algo sociol¨®gico entre l¨ªder y liderado. En Masa y poder [de Elias Canetti] se explica bien.
P. Hablando de masas y minor¨ªas, usted siempre ha dicho que la poes¨ªa es una forma de resistencia por el mero hecho de existir. ?Puede haber resistencia sin gran presencia social, sin muchos lectores?
R. Es su mera existencia, la poes¨ªa, el arte, todo aquello que enriquece al ser humano es una forma de resistencia. Con la poes¨ªa no vas a poder comer ni vas a hacer la revoluci¨®n, pero enriquece interiormente a aquel que alguna vez se le acerca. El hecho es que en Internet aparecen una cantidad de poetas a los que nunca antes se pod¨ªa acceder. En todas las lenguas, grandes poetas¡ y muchos espont¨¢neos.
P. Tambi¨¦n usted empez¨® como espont¨¢neo, enviando poemas a una revista.
R. Cierto. Y trabaj¨¦ mucho tiempo como periodista. Viv¨ªa de la poes¨ªa y com¨ªa del periodismo.
P. Siempre ha tenido las palabras como materia prima. ?Nunca se bloque¨®? ?C¨®mo sentarse a escribir, por ejemplo, despu¨¦s de la desaparici¨®n de su hijo y su nuera?
R. Me deja usted pensando¡ No lo s¨¦, la verdad. Yo s¨¦ que despu¨¦s de todo esto que pas¨® no puedo volver a escribir como antes. Eso s¨ª lo s¨¦. No pude volver a escribir como antes. ?Recuerda a aquel se?or que dijo que no se pod¨ªa escribir poes¨ªa l¨ªrica despu¨¦s de Auschwitz? Pues ah¨ª est¨¢ Paul Celan.
?Usted sabe que la dictadura militar argentina quem¨® El Principito?
P. ?El hecho de que la v¨ªctima y el verdugo usen las mismas palabras es un problema para un escritor?
R. Mire, las palabras son como el aire: son de todo el mundo. El problema no es la palabra sino el tono, el conjunto del que forma parte, a d¨®nde va esa palabra, en compa?¨ªa de qui¨¦n. Claro que asesinos y asesinados usan las mismas palabras, pero yo no le¨ª nunca en los ep¨ªtetos policiales la palabra utop¨ªa, ni belleza, ni ternura. ?Usted sabe que la dictadura militar argentina quem¨® El Principito? Y yo le doy la raz¨®n. No porque no ame al Principito sino porque es un libro tan lleno de ternura que da?a a cualquier dictadura.
P. Juan Jos¨¦ Saer contaba que un general quiso prohibir la ley de la gravedad.
R. Y se quemaron libros de matem¨¢ticas modernas. Ya conoce el chiste del almirante uruguayo que durante la dictadura dijo: ¡°Est¨¢bamos frente al abismo y dimos un giro de 360 grados¡±.
P. ?Despu¨¦s del exilio no pens¨® en volver a vivir en Argentina?
R. No. Eleg¨ª vivir en M¨¦xico y por primera vez pude elegir, no que me echaran de un sitio y tuviera que irme a otro. Eso s¨ª, viajo todos los a?os a Argentina. Piso el aeropuerto de Buenos Aires y me siento muy contento¡ porque s¨¦ que me voy a los 10 o 15 d¨ªas. Tengo una hija, un nieto. Amigos quedan muy pocos, pero hay.
P. ?Cree que en Argentina se ha resuelto bien el tema de la memoria hist¨®rica? Como sabe, en Espa?a el debate sigue abierto.
R. En el caso argentino hab¨ªa una herencia de impunidad espantosa. Cambi¨® cuando N¨¦stor Kirchner anul¨® las mal llamadas leyes del perd¨®n. Mal llamadas porque no conozco ninguna v¨ªctima que haya delegado en terceros la capacidad de perdonar. Al cambiar esas leyes se han podido iniciar y concluir juicios contra represores. Aunque no est¨¢n todos los que fueron. En mi caso, en el caso de mi hijo, mi nuera, mi nieta, le dieron perpetua a un general y a cuatro agentes de los servicios de inteligencia que estuvieron en la cosa. Pero en la cosa estuvieron m¨¢s de 20 personas. La posibilidad de que la justicia se extienda es dif¨ªcil. Pero el hecho es que hay m¨¢s de 300 militares presos. Es un proceso lento y dif¨ªcil. A los 35 a?os del asesinato de mi hijo fue castigado a prisi¨®n perpetua el general responsable, que entonces era capit¨¢n. Los mexicanos tienen un dicho: justicia tardada, justicia negada. Pero entre eso y la impunidad hay una enorme diferencia.
Poes¨ªa reunida. Juan Gelman. Pr¨®logos de Julio Cort¨¢zar y Pere Gimferrer. Seix Barral. Barcelona, 2012. 1.310 p¨¢ginas. 25 euros (electr¨®nico 15,99).
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