C¨¦sar Manrique sigue gritando a favor de Lanzarote
El documental sobre su lucha aspira a estar entre los Goya
Lanzarote es C¨¦sar Manrique, y viceversa. La lucha del artista a favor de su isla es legendaria y tuvo efectos tangibles. Exist¨ªa, pero la puso de manifiesto; su mano la convirti¨® en una de las bellezas naturales del mundo. ?l avis¨®, hasta su muerte en accidente, ocurrido en 1992 junto a la casa que construy¨® bajo la lava en Tahiche (donde desde hace veinte a?os, tambi¨¦n, est¨¢ su fundaci¨®n), de los riesgos que corr¨ªa aquel territorio que ¨¦l hizo mitolog¨ªa. Un documental que recoge la insistencia y el valor de esa lucha (Taro. El eco de Manrique, de Miguel Garc¨ªa Morales) aspira ahora a estar entre los candidatos a los Goya. La decisi¨®n de la Academia se conocer¨¢ el 10 de enero. La pel¨ªcula ha sido preseleccionada.
¡°La pel¨ªcula¡±, dice Garc¨ªa Morales, joven realizador que ha dirigido otros documentales (sobre el surrealismo en Canarias, sobre Ignacio Aldecoa en las islas, sobre el pintor Cristino de Vera¡), ¡°nace de mi compromiso con la idea de que otra Canarias es posible¡±. ?l vislumbra, como Manrique, como los surrealistas insulares, ¡°una Canarias m¨¢s universal, m¨¢s moderna, m¨¢s abierta, m¨¢s respetuosa con el entorno y menos cerrada¡ Todos los documentales previos que hemos realizado desembocan en la figura de Manrique¡±.
Manrique ¡°so?¨® una isla ut¨®pica¡±. Pero con problemas reales, amenazada como cualquier belleza; ¨¦l contribuy¨® a poner de manifiesto esa belleza sustancial de Lanzarote, y dedic¨® su vida a defender su mejor obra: el cuidado de su tierra. ¡°C¨¦sar decidi¨® regresar a su isla, desde Nueva York, cuando ten¨ªa 48 a?os, para empezar a dar forma a su sue?o: crear una isla/obra que fuera ¨²nica en el mundo. Supo descubrir a los dem¨¢s una nueva forma de ver el territorio. Es lo que contamos en Taro: ense?¨® a ver la belleza donde no era evidente¡±.
La corrupci¨®n fue para este Quijote el molino m¨¢s insistente, pues creci¨® a medida que la isla era m¨¢s bella y por tanto m¨¢s apetecible desde el punto de vista tur¨ªstico. ¡°La ¨²ltima etapa de C¨¦sar es la m¨¢s combativa, contra lo que ¨¦l llamaba la mafia especulativa, que lleg¨® a amenazar varias veces al artista¡±. La pel¨ªcula muestra a C¨¦sar paralizando obras que atentaban contra la belleza del lugar, denunciando, manifest¨¢ndose, utilizando el altavoz (que es un s¨ªmbolo en el filme) para reivindicar la ecolog¨ªa y la sostenibilidad, t¨¦rminos que entonces a¨²n no se hab¨ªan abierto paso. ¡°El mensaje de Taro, en ese sentido, es muy actual¡±.
C¨¦sar Manrique, indica el director de Taro. El eco de Manrique, ¡°lleg¨® a ver con sus propios ojos el desastre de la especulaci¨®n y el crecimiento desmedido; de eso se habla en el documental¡±, patrocinado, entre otras entidades, por la Fundaci¨®n que ¨¦l cre¨®. ¡°C¨¦sar fue un faro de su tiempo. Su ejemplo de compromiso ya es inexistente en el arte actual. Su voz deber¨ªa ser nuestra inspiraci¨®n para la guerra que a¨²n nos queda por librar ante la poca visi¨®n de futuro el abuso¡± que se cierne a¨²n sobre Lanzarote. Este ¨²ltimo aspecto se puso de manifiesto en el ¨²ltimo festival de medio ambiente, Langaia, celebrado en Lanzarote, en el que fue exhibido este documental que reproduce el grito de Manrique, ¡°que sigue gritando¡±, como indica el realizador Garc¨ªa Morales.
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