Miserables de hoy
Hay tal cantidad de adaptaciones al cine de Los miserables (m¨¢s de 50) que choca la sorpresa ante el nuevo estreno
Hay tal cantidad de adaptaciones al cine y a la televisi¨®n de la novela Los miserables (m¨¢s de 50) que choca la sorpresa o el entusiasmo ante la pel¨ªcula que reproduce ahora, casi paso a paso, la versi¨®n musical que desde hace 30 a?os recorre con ¨¦xito los teatros de medio mundo. ?xito no exento de pol¨¦mica ya que hay quienes consideran, y creo que con raz¨®n, que una versi¨®n tan resumida y finalmente tan amable de la dura novela de Victor Hugo le hace flaco favor.
No es este el sitio para criticar la pel¨ªcula, pero cabe recordar que en todas las adaptaciones, incluidas la del cine mudo, se ha producido parecido debate. La longitud habitual de una pel¨ªcula comercial no permite recoger todas las situaciones y matices del grueso libro, de modo que cada adaptador elige desde su punto de vista. En cualquier caso parece que la historia trata de un tema perenne. As¨ª se hac¨ªa notar en el subt¨ªtulo La leyenda nunca muere, en la versi¨®n del dan¨¦s Bille August de 1998, o El inspector de hierro, que fue como se llam¨® en Espa?a la del norteamericano Lewis Milestone de 1952, o Testigo de excepci¨®n, t¨ªtulo espa?ol de la curiosa adaptaci¨®n del franc¨¦s Claude Lelouch de 1995, que os¨® trasladar la historia a los tiempos de la II Guerra Mundial¡
La justicia o, mejor dicho, la injusticia constante; el hecho de que un hombre sea condenado a la c¨¢rcel por solo robar un pan para dar de comer a su familia; el que los revolucionarios ya no luchen por la libertad como anta?o, sino por la inmediata supervivencia; el que las mujeres pobres se vean obligadas a prostituirse para subsistir; el que la honestidad no sea nunca recompensada¡ son algunos elementos de esta versi¨®n musical que, transmutados, pertenecen al hoy en d¨ªa, en el que de nuevo abundan los ¡°miserables¡±.
L¨¢stima que el melodrama acabe anegando, canciones aparte, el tel¨®n de fondo de la acci¨®n dram¨¢tica, o que la obra se considere ante todo una pieza de culto. Una nueva versi¨®n ser¨ªa m¨¢s que veros¨ªmil en nuestro contexto actual. Y seguramente acabar¨¢ haci¨¦ndose. Si el cine viene prestando atenci¨®n a la novela de Victor Hugo desde 1909, su recorrido por las pantallas no est¨¢ ni mucho menos agotado.
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