?Delincuente?

Me manejo con inconsciencia adolescente en los sem¨¢foros y en los pasos de cebra. O sea, doy por supuesto como peat¨®n que puedo cruzar al otro lado cuando el sem¨¢foro se pone verde y que los coches tienen la obligaci¨®n de parar cuando atravieso un paso de cebra, actitud que obedece a la l¨®gica pero que demuestra escaso sentido de la supervivencia, ya que en demasiadas ocasiones he sentido que han estado a punto de atropellarme. Y, por supuesto, jam¨¢s anda cerca un polic¨ªa que d¨¦ la bronca y multe al que conduce ese arma letal. Y te preguntas qu¨¦ urgencia vital, qu¨¦ inaplazable problema de vida o muerte, qu¨¦ sagrado objetivo embarga a esos tarados y homicidas potenciales para cometer esa infracci¨®n, para no respetar los derechos del peat¨®n, para amenazar su existencia. Tambi¨¦n compruebo que la mayor¨ªa de ellos no hacen un gesto de disculpa sino que mantienen su vista al frente o la desv¨ªan al otro lado. Y curiosamente, la mayor¨ªa no tienen pinta de delincuentes ni de andar colocados, sino que poseen inequ¨ªvoca pinta de gente de orden.

Testifican que el dirigente de las nuevas generaciones peperas hab¨ªa perdido todos los puntos del carn¨¦ de conducir, lo cual evidencia una contumaz y transparente vocaci¨®n transgresora. Pero no hay pruebas de que se comportara como un b¨¢rbaro en el accidente de Cuba. Que le condenaran a cuatro a?os de c¨¢rcel obedece al estercolero pol¨ªtico, a ejemplificar en un chivo expiatorio, a los problemas que le crea al Gobierno cubano que los muertos fueran los l¨ªderes de la disidencia interna. Es altamente dudoso que hubieran sido igual de severos en su castigo si ese accidente lo hubiera protagonizado Oliver Stone, un dirigente de Izquierda Unida, o un amigo de la causa, tr¨¢gicamente acompa?ado por pesos pesados del r¨¦gimen.

Afirma Esperanza Aguirre en la visita que ha hecho al extraditado Carromero en la c¨¢rcel de Segovia (aunque haya abandonado su cargo pol¨ªtico esta se?ora se las ingenia para seguir teniendo abusiva presencia en los medios de comunicaci¨®n) que el entrullado no es un delincuente. Es probable que solo sea un hombre con mala suerte. Y Aguirre, como cualquiera que haya ocupado el poder durante tanto tiempo, debe de acumular experiencia y sabidur¨ªa sobre delincuentes. Eso s¨ª, de guante blanco.