El maldito perro de la guerra
En ocasiones, los t¨®picos y aparentes lugares comunes de la cr¨ªtica encierran una verdad irrefutable, como el que suele insistir en que Shakespeare es nuestro contempor¨¢neo. Al enfrentarse, por ejemplo, a Coriolano uno puede acabar pensando en una figura como la de Osama Bin Laden, que fue ¨²til y feroz instrumento de la pol¨ªtica exterior estadounidense en los tiempos de la Rep¨²blica Democr¨¢tica de Afganist¨¢n antes de convertirse en su principal problema y objetivo a abatir. Al ver la ¨®pera prima como director de Ralph Fiennes, este cr¨ªtico tambi¨¦n record¨® Capit¨¢n Conan (1996), la pel¨ªcula que dirigi¨® Bertrand Tavernier a partir de la novela de Roger Vercel, pues el tema es, esencialmente, el mismo: el problem¨¢tico reingreso en tiempos de paz a quien ha sido modelado y adiestrado como implacable m¨¢quina de guerra.
CORIOLANO
Direcci¨®n: Ralph Fiennes.
Int¨¦rpretes: Ralph Fiennes, Vanessa Redgrave, Jessica Chastain, Brian Cox, Gerard Butler, James Nesbitt.
G¨¦nero: tragedia. Reino Unido, 2011.
Duraci¨®n: 123 minutos.
Coriolano no habla tanto del fascismo como de la instrumentalizaci¨®n de un fascista para que ejecute el trabajo sucio que asentar¨¢ una democracia y de la traum¨¢tica incorporaci¨®n de ese sujeto a la vida civil cuando llegan tiempos de paz. William Shakespeare tradujo el problema a una cuesti¨®n de lenguaje: la tragedia de ese general que, al regresar victorioso de la guerra, desprecia al pueblo romano est¨¢ en su imposibilidad de no reconocerse en el c¨®digo protocolario de la democracia, que su naturaleza de hombre de acci¨®n identifica como simulacro.
Fiennes, que ya hab¨ªa encarnado al general en el montaje estrenado en el londinense teatro Almeida en el a?o 2000, adapta el texto a una suerte de limbo contempor¨¢neo, donde se funden las iconograf¨ªas de la indignaci¨®n de ¨²ltima hora con ecos del Sarajevo devastado. El gui¨®n de John Logan logra una eficaz integraci¨®n narrativa de informativos y debates televisivos ¡ªuna secuencia clave de la obra se ambienta, aqu¨ª, en un plat¨®¡ª, mientras los tramos en zona de guerra parecen asimilar, con naturalidad, la est¨¦tica de guerrilla del reportaje con c¨¢mara al hombro bajo el fuego de los francotiradores.
La apuesta est¨¦tica de Fiennes no resultar¨¢ tan violenta a los espectadores con cierto recorrido teatral que a esos numantinos consumidores cinematogr¨¢ficos empe?ados, parad¨®jicamente, en exigir a toda adaptaci¨®n shakespeariana una supuesta ortodoxia isabelina que no es tal, sino la perpetuaci¨®n del modelo Laurence Olivier. El juego de fuerzas femeninas que rodea al personaje central ¡ªla madre (Vanessa Redgrave) y la esposa (Jessica Chastain)¡ª est¨¢ a la altura del volc¨¢nico Fiennes.
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