Ideas
Todos los articulistas tenemos un lector favorito. El m¨ªo es una se?ora de un pueblo de Teruel a la que llamamos La Feli. Su reacci¨®n ante los est¨ªmulos medi¨¢ticos es la que utilizamos para tomarle la temperatura al pueblo. Nos ahorramos as¨ª las consultas demosc¨®picas y el desconcierto personal. Ante la acumulaci¨®n en estas semanas de sobres con sobresueldos en el partido gobernante, cuentas en Suiza de su tesorero, falsos ERE andaluces, articulistas fantasma de la Fundaci¨®n Ideas, cruzadas imposturas del Instituto Noos, la urgencia similar en privatizar el sistema de salud que en comprar al peso un ¨¢tico en Marbella, los cursos inexistentes para desempleados de la Academia Pallerols, las ITV y ciertos negocios exclusivos a cuenta de hospitales catalanes y hasta la foto ficticia de Hugo Ch¨¢vez intubado, La Feli ha vuelto a dar en el clavo al exclamar: ¡°?Pero ser¨¢ verdad tanta mentira?¡±
Esta pregunta contiene al espa?ol medio. Que si de natural ya tiende a esc¨¦ptico, los ¨²ltimos acontecimientos le obligan a salir con escafandra a la calle. L¨¢stima que no exista una m¨¢quina de detectar billetes falsos aplicable a la realidad. Pasas un suceso por la maquinita y lo devuelves por tratarse de una falsificaci¨®n. Cuando escuchamos la comparecencia de la ministra de Trabajo, con su agilidad dial¨¦ctica tan similar a la de un caracol en el salto de vallas, en lugar de tranquilizarnos frente a los espeluznantes datos del paro, tenemos una sensaci¨®n de impostura. Esto no nos est¨¢ pasando, ?verdad? La reforma laboral es en realidad una reforma del desempleo, porque va a lograr que salte por los aires nuestro sistema de refugio social empuj¨¢ndonos de nuevo a la pesadilla de Darwin.
Las fundaciones de los partidos tienen la misi¨®n de buscar ideas. Las llaman tanques de pensamiento, en un ox¨ªmoron tan deleznable como preciso. La FAES, por ejemplo, paga tan bien las conferencias que hay profesores que se inventan conclusiones conservadoras a sus teor¨ªas solo para poder renovar el lavavajillas en casa. Tonte¨¢bamos con la realidad virtual y aterrizamos en Estafalandia. Lo peor es que nos hemos acostumbrado a llamar ideas a las mentiras. Una idea aspira a conocer la realidad. La mentira, a ocultarla en beneficio propio. Necesitamos con urgencia ideas. Cambiamos una buena por mil mentiras.
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