Cuando sobra color

El gris es el color de la temporada en Espa?a, incluso para los que hab¨ªan olvidado su uso como eufemismo de tristes significados. Mientras el cielo no abre en las calles, en el cine espa?ol dos pel¨ªculas ¨Cnada grises¨C nos abren las puertas de un luminoso blanco y negro. Gloriosa coincidencia: la gran favorita de los pr¨®ximos Goya, Blancanieves (18 candidaturas), de Pablo Berger, y El artista y la modelo (13), de Fernando Trueba, no tienen color, o s¨ª, porque como dec¨ªa Cartier-Bresson el blanco y negro es el color de la evocaci¨®n.

Quiz¨¢ por eso es imposible entender El artista y la modelo (¡°una pel¨ªcula sobre el ¨²ltimo momento de plenitud de un ser humano¡±, ha dicho Trueba) sin ese blanco y negro que acaricia a sus personajes, interpretados por Jean Rochefort, Aida Folch y Claudia Cardinale. Ambientada en la Francia ocupada de 1943, narra la historia de un viejo escultor (Rochefort) que, desencantado de la vida y de la especie humana, recupera la esperanza, es decir la necesidad de crear, cuando una joven espa?ola (Folch), hu¨ªda del ej¨¦rcito franquista, se refugia en su casa. ¡°Es una apuesta por parar el tiempo m¨¢s de 10 segundos para mirar a las cosas y a las personas, en una ¨¦poca en que todo va muy deprisa, en la que nadie se detiene a leer m¨¢s de 10 l¨ªneas seguidas¡±.

El blanco y negro tampoco es gratuito en Blancanieves, aunque todo en este filme es un loco y deslumbrante capricho. En la gestaci¨®n de la pel¨ªcula est¨¢n dos obras maestras del blanco y negro: Avaricia, de Eric von Stroheim, una de las mejores pel¨ªculas de todos los tiempos, y una fotograf¨ªa de la serie Espa?a oculta de Cristina Garc¨ªa Rodero, aquella en la que posan un grupo de bomberos toreros. Ante la imagen, Berger ech¨® de menos a una ni?a, a su futura Blancanieves. El color, sobraba.