El mecenazgo seg¨²n Rajoy: gratis total

La primera visita oficial al Museo del Prado de Mariano Rajoy como presidente del Gobierno ha acabado en tablas. La ocasi¨®n, la firma de la donaci¨®n de un extraordinario conjunto de piezas medievales propiedad de la familia V¨¢rez Fisa (de la que ya cuelga la Virgen de Tobed, de Jaume Serra), bien merec¨ªa un subrayado como el de su presencia y sus palabras. Y sin embargo ambas se quedaron a medio camino. Solo brindaron un t¨ªmido impulso que no colm¨® los afanes del sector, ansioso por la llegada de una Ley de Mecenazgo, propuesta reina en materia cultural del PP ya desde la oposici¨®n y que un a?o despu¨¦s de tomar el poder a¨²n habita el limbo de las promesas.

¡°El mecenazgo rompe el prejuicio de reducir la cultura de un pa¨ªs al presupuesto p¨²blico¡±, ley¨® Mariano Rajoy en su discurso, dictado ante una nutrida audiencia, m¨¢s numerosa y m¨¢s emperifollada de lo habitual, y compuesta por patronos, conservadores, alcaldesas, exministros, acad¨¦micos, guardaespaldas y Jos¨¦ Mar¨ªa Lassalle, secretario de Estado de Cultura, y Jos¨¦ Ignacio Wert, ministro del ramo y tambi¨¦n titular de Educaci¨®n y Deporte.

El ¨²ltimo hab¨ªa prometido en una entrevista concedida a este diario en navidades que la norma llegar¨¢ ¡°durante esta legislatura¡±. Rajoy ¡ªprimer presidente del Gobierno que antes lo fue del Patronato del Prado, en su calidad de ministro de Cultura del gabinete Aznar¡ª fue todav¨ªa menos preciso: asegur¨® que ¡°el mecenas no debe esperar nada a cambio¡± y que ¡°la generosidad no solo depende de los incentivos econ¨®micos¡±, en lo que pareci¨® un gui?o al tambi¨¦n implicado Ministerio de Hacienda. Result¨® imposible bajar al plano de los hechos las abstractas sentencias (?cu¨¢ndo?, ?c¨®mo? y sobre todo, ?cu¨¢nto?), pues no se admitieron preguntas de los periodistas, ni tampoco su acceso al c¨®ctel posterior a la firma.

El acto, al menos, sirvi¨® a Miguel Zugaza para lanzar un aviso: ¡°En un momento como el actual la realidad presupuestaria pone en duda la capacidad del esfuerzo p¨²blico para sostener, entre otros, este pilar fundamental de nuestra cultura¡±, dijo el director de la instituci¨®n, y son¨® a un modo educado de referirse al 30% de reducci¨®n de la asignaci¨®n ministerial a la pinacoteca. Tambi¨¦n sirvi¨® como otra prueba de que los responsables del Prado hace tiempo que decidieron que si Mahoma (el Gobierno) no va a la monta?a (la ansiada ley de Mecenazgo), la monta?a (el museo) ir¨¢ a Mahoma (los mecenas).

La donaci¨®n de Jos¨¦ Luis V¨¢rez Fisa, que, a sus 84 a?os, compareci¨® en silla de ruedas, no encajar¨ªa, con todo, en el modelo legislativo que maneja la Administraci¨®n. Y no por su valor precisamente: el legado podr¨ªa rondar en el mercado un precio entre 12 y 15 millones de euros, seg¨²n fuentes expertas en la materia que se apresuran a asegurar que dar con un tesoro as¨ª en manos privadas ser¨ªa hoy d¨ªa poco menos que un milagro.

El empresario, refinado coleccionista que fue patrono del Prado y ya don¨® en 1970 un medieval San Crist¨®bal, no recibe dinero, ni exenciones fiscales por el regalo de esta docena de piezas de arte espa?ol de alta ¨¦poca, entre pinturas, retablos, esculturas y un artesonado. Y s¨ª, en cambio, el reconocimiento de contar con una sala a su nombre, acondicionada en el palacio Villanueva por Rafael Moneo.

La pr¨¢ctica es poco habitual, pero tiene antecedentes. Dos coleccionistas obtuvieron en el pasado ese honor: Pedro Fern¨¢ndez Dur¨¢n y Pablo Bosch. Sus nombres se pronunciaron ayer junto a los de otros mecenas c¨¦lebres de la historia del Prado, como Ram¨®n Errazu o el pol¨ªtico catal¨¢n Francesc Camb¨®, cuya hija asisti¨® al acto.

El conjunto donado por V¨¢rez Fisa viene a llenar una laguna importante en las colecciones de la pinacoteca. Con el legado entran en El Prado piezas fundamentales del arte medieval de Arag¨®n, Catalu?a y Valencia, hecho que sirvi¨® a Rajoy para lanzar un indisimulado alegato por la unidad de Espa?a: ¡°Quien quiera reducir la naci¨®n a lo castellano deber¨ªa admirar la pluralidad de las aportaciones art¨ªsticas de las diferentes Coronas¡±.

Ninguna de esas escuelas est¨¢ bien representada en el museo. Gabriele Finaldi, director adjunto, fue m¨¢s lejos al considerar que a partir de ahora el gran relato de las monarqu¨ªas espa?olas queda redondeada por el principio, gracias a la ¨²nica pieza que luc¨ªa ayer en las salas de pintura espa?ola del Rom¨¢nico al Renacimiento (el trato con el donante contempla que el resto cuelgue antes de un a?o). En la parte inferior izquierda de la Virgen de Tobed, Serra retrat¨® a Enrique de Trast¨¢mara, como Tiziano hizo con Carlos V o Vel¨¢zquez, con Felipe IV.

Al final de los discursos, tan solitaria qued¨® la hier¨¢tica virgen como la Gioconda del Prado, que asisti¨® a tanta agitaci¨®n pol¨ªtica con esa sonrisa suya, tan multiusos, desde el lugar estelar que ocupa en la sala 49, donde se celebr¨® el acto. Est¨¢ acostumbrada a la expectaci¨®n, s¨ª, pero tal vez no tanto a simplemente servir de mera convidada de piedra.