Leer a Newton y poner los cuernos
En ¡®Voltaire enamorado¡¯ la escritora brit¨¢nica Nancy Mitford hace un agudo retrato de los personajes y tiempos de la Ilustraci¨®n Francesa
Me estoy preguntando si de este libro no se ha hecho ya una pel¨ªcula. Lo tiene todo: desde los di¨¢logos y los ambientes a los personajes secundarios. Con Voltaire enamorado (Duomo), que se edit¨® por primera vez en 1957, casi todos hemos sido injustos. Probablemente es que ha tenido que caer otro siglo (el XX) para que entendamos ¡°El Gran Siglo¡± (el XVIII) de una manera a la vez m¨¢s relajada y objetiva. La bi¨®grafa, ensayista y novelista Nancy Mitford (Londres, 1904 ¨C Versalles, 1973) lo vio desde su sofisticada postura (fue modelo ocasional de Dior y Lanvin adem¨¢s de coleccionar tocados de Elsa Schiaparelli), un poco antes, dir¨ªase que le experiment¨® a trav¨¦s de su cultura y sus lecturas, de su casi pasional empat¨ªa con todo lo que sonara a franc¨¦s, al punto que se despeg¨® de esa generaci¨®n de escritores ingleses a la que pertenece, con muchos apellidos, elaborados jardines, abundante porcelana Wedgwood y vidas desdichadas. Evelyn Waugh y Anthony Powell, por citar dos de ellos, son sus exactos contempor¨¢neos.
En los ¨²ltimos a?os, ha sido la editorial barcelonesa Libros del Asteroide quien ha ofrecido hasta cinco novelas de Nancy Mitford en cuidadas traducciones, la m¨¢s reciente Trifulca a la vista (en noviembre de 2011), a la que precedieron en orden inverso,?No se lo digas a Alfred (junio, 2009); La bendici¨®n (abril, 2008); Amor en clima fr¨ªo (mayo, 2006) y A la caza del amor (abril, 2005). Es obvio que la recuperada novelista eclipsa a la ¡°historiadora social¡± como alg¨²n cr¨ªtico brit¨¢nico, no del todo bien intencionado, la llam¨® en su momento, pero esta recuperaci¨®n por la editorial Duomo de Voltaire enamorado puede poner las cosas en su justo sitio.
Ya la vida de Nancy Mitford ha dado materia para dos biograf¨ªas, la de Harold Acton en 1976 y diez a?os despu¨¦s la de Selena Hastings. Ambos bi¨®grafos coinciden en la descripci¨®n de su rutinario matrimonio de cart¨®n piedra con Peter Rodd (una hermana de Nancy describi¨® a Rodd as¨ª: ¡°le escandalizaba trabajar y no entend¨ªa por qu¨¦ hab¨ªa que gastar las energ¨ªas en algo espec¨ªficamente productivo¡±) y en el hecho crucial de cuando la escritora conoce en Londres, en plena guerra mundial, al coronel Gaston Palowski, muy cercano al General De Gaulle. Rodd pas¨® a ser enseguida un cornudo tranquilo y Nancy sigui¨® a Par¨ªs a su coronel. La pasi¨®n dur¨® unos a?os hasta que el coronel encontr¨® a otra condesa.
Esta historia est¨¢ el¨ªpticamente dentro de Voltaire enamorado, que cuenta los amores entre el pensador franc¨¦s y la Marquesa de Ch?telet, conocida como ?mile, sobre todo en su castillo de Cirey, ¡°con su paciente y cornudo marido instalado en el cuarto de invitados¡±.
Mucho se ha denostado a esta zona de ¡°no ficci¨®n¡± de la escritura de Mitford, sobre todo por el hecho de tenerla encasillada en las ¡°fuentes secundarias¡±. A su favor ha decirse, y de este libro en especial, que no es justo ni exacto. Para Voltaire enamorado Nancy se quem¨® las pesta?as con libros antiguos y con todo papel original que se le puso por delante, entre ellos, las famosas cartas manuscritas de Voltaire, un hallazgo tan accidental como feliz donde est¨¦n quiz¨¢s muchas de las claves de este libro y su raz¨®n de ser ¨²ltima. Siendo este el mejor, Milford dej¨® otros tres libro ¡°franceses¡±: Luis XIV, Madame de Pompadour y Federico el Grande. El rey flautista de Prusia tambi¨¦n adoraba todo lo franc¨¦s.
Pero si fascinante es la escritura (por elegante y afilada y de la que se puede disfrutar a plenitud por la traducci¨®n de Miguel de Hernani, atento e ese humor fino donde transparenta la intenci¨®n), de Mitford en Voltaire enamorado, el pr¨®logo de Adam Gopnik que recoge esta edici¨®n no le va a la zaga, siendo tambi¨¦n una joya mod¨¦lica que pone muchas cosas en su justo sitio. Gopnik escribi¨® este pr¨®logo para la edici¨®n norteamericana y vuelve sobre una serie de argumentos vigentes.
Gopnik adora el libro desde lo inteligente y se?ala c¨®mo Nancy Mitford coloca estrat¨¦gicamente a la Marquesa ¡°como el principio activo intelectual de la pareja¡± y hasta esos dos consiguieron ¡°que Newton pareciera fascinante¡±. Es verdad que el libro est¨¢ lleno de chismes y de habladur¨ªas al estilo ¡°ancien regime¡±, pero a la vez, las descripciones de ambiente son impagables, respiran todav¨ªa algo del aliento rococ¨®, sabiendo d¨®nde estaba un cuadro de Watteau. La palabrer¨ªa de dardo resulta hilarante, pues ¡°el torrente de palabras amargas resulta c¨®mico porque nadie va a morir a causa de ellas¡±. Tambi¨¦n es verdad que Voltaire enamorado es una obra maestra a peque?a escala sobre la historia antiheroica, la que con toda probabilidad el gran historiador desechar¨ªa. En los agradecimientos. Nancy cita a Cipriani (que le dio de comer y sobre todo de beber en el Harry¡¯s Bar de Valaresso, Venecia) y a la condesa Carl Costa de Beauregard, donde, en su castillo de Fontaines, acab¨® el libro. No eran malos sitios para imaginar las cuitas de un Voltaire a veces iracundo y otras simplemente, vencido por la pasi¨®n.
Una vez le¨ªdo Voltaire enamorado la sugerencia es una: ir a las cartas de Nancy, pues Mitford cultiv¨® el g¨¦nero epistolar y all¨ª es donde se sabr¨¢ de verdad lo que pensaba sobre un mont¨®n de cosas y hasta d¨®nde era capaz de llegar.
* Voltaire enamorado. Nancy Mitford. Traducci¨®n Miguel de Hernani. Pr¨®logo de Adam Gopnik. Ediciones Duomo, Barcelona 2012. 274 p¨¢ginas. 18 euros
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