Nim
Nim es un juguete roto, en la tradici¨®n humana de quienes reciben el cari?o y despu¨¦s el desd¨¦n
La carencia de documental cient¨ªfico es una de las verg¨¹enzas por las que ser¨¢n recordados los directivos de las cadenas de televisi¨®n en Espa?a de estos ¨²ltimos quince a?os. Incapaces de no humillar la ambici¨®n profesional con el beneficio monetario, apenas dejar¨¢n algo notable para el futuro. Pero si usted se sinti¨® concernido por el rostro estupefacto del simio inmovilizado que los iran¨ªes lanzaron al espacio d¨ªas atr¨¢s, ha aterrizado al tiempo en Canal + y ciertas salas un documental llamado Proyecto Nim. En ¨¦l, James Marsh prolonga su querencia por personajes en el filo como el de Man on a Wireque le vali¨® el merecido Oscar en 2008. Retrato de la vida de un chimpanc¨¦ que sirvi¨® de experimento sobre el lenguaje de signos en los imprevisibles a?os 70 y termin¨® su vida rescatado, con m¨¢s buena intenci¨®n que acierto, de un destino cruel.
Nim fue un chimpanc¨¦ criado en una familia consentidora y de relajadas costumbres, en intermitente vigilancia de los estudiosos de la Universidad de Columbia, entre aprendices de cient¨ªfico y chicas de compa?¨ªa. Pronto muestra su inclinaci¨®n hacia los rasgos humanos m¨¢s consolidados: el deseo sexual, la exigencia, la violencia, pero tambi¨¦n el instinto para el juego, la socializaci¨®n, incluidas las caladas a los porros y el alcohol. Las indagaciones sobre su aprendizaje comunicativo terminan bruscamente, entre el fracaso y la frustraci¨®n. Cuando su vida carece de inter¨¦s para la ciencia, es devuelto a la jaula que nunca antes hab¨ªa conocido.
Faltar¨ªa un Herzog para retratar a la fauna humana que lo rodea en sus 26 a?os de vida, con sus transgresiones y sus proyecciones personales a costa del animal. Pero ah¨ª queda ese chimpanc¨¦ complejo que muestra rastros de cordura cuando destruye el televisor con el que aspiran a paliar su aislamiento y es capaz de trepar hasta la esquina inalcanzable, donde le colocan un segundo aparato, para estamparlo contra la pared. Nim es un juguete roto, en la tradici¨®n humana de quienes reciben el cari?o y despu¨¦s el desd¨¦n de los dem¨¢s. Personaje que casi dicta con su vida el argumento de El origen del planeta de los simios, su peripecia demasiado humana le emparenta con Kok¨®, el gorila que habla, aquella pel¨ªcula de Barbet Schroeder.
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