Nostalgia mecanografiada

En el primer episodio de la serie Mad men, Joan Holloway le hace una visita guiada por su nuevo entorno laboral a la reci¨¦n llegada Peggy Olson, que culmina en su mesa de secretaria, presidida por una aparatosa m¨¢quina de escribir IBM. ¡°Intenta no agobiarte con toda esta tecnolog¨ªa. Parece complicada, pero la dise?aron para que pudiera usarla incluso una mujer¡±, remata Joan Holloway en uno de esos fragmentos de di¨¢logo que delatan, en la serie creada por Matthew Weiner, la mirada de un moralista contempor¨¢neo sobre una ¨¦poca cuyas desigualdades ¡ªde sexo, raza y estatus¡ª considera totalmente superadas. Mad men levanta, as¨ª, su discurso sobre una contradicci¨®n: la fascinaci¨®n, no solo est¨¦tica, por un universo al que parece estar reprendiendo en cada l¨ªnea de di¨¢logo.

Algo ligeramente distinto sucede en Populaire, debut en la direcci¨®n de R¨¦gis Roinsard, comedia rom¨¢ntica mezclada con la ¨¦pica de las pel¨ªculas de competici¨®n deportiva ¡ªen este caso, el torneo es dactilogr¨¢fico¡ª que podr¨ªa haberse inspirado en otra frase de la Holloway: ¡°Fingen querer una secretaria, pero la mayor¨ªa de las veces buscan algo entre una madre y una camarera¡±. La pel¨ªcula se ambienta en unos a?os cincuenta, donde un puesto de secretaria pod¨ªa significar el mayor grado de triunfo profesional y emancipaci¨®n del entorno familiar para una mujer. A diferencia de Weiner, Roinsard no juzga ese microcosmos y le sale una pel¨ªcula tan luminosa como in¨²til, un anacronismo escrito en un estilo visual que recuerda a esa l¨ªnea clara de s¨ªntesis que practicaron algunos historietistas europeos en los ochenta.