Stephen Reckert, iberista
El fil¨®logo angloamericano era una autoridad en literatura comparada
El pasado 17 de enero nos dej¨® Stephen Reckert, aunque nunca ser¨¢ para siempre ni por entero, porque de ¨¦l nos queda sobre todo la vasta mirada comparatista hacia los textos que con tanta minucia y buen tino filol¨®gicos fue estudiando a lo largo de una vida tan dilatada como fruct¨ªfera. Quienes le conocimos o quienes lo lean pensar¨¢n que Reckert se ley¨® toda la poes¨ªa de Occidente y de Oriente, y que la manejaba, conoc¨ªa e interpretaba como nadie.
Hab¨ªa nacido en 1923 en Indiana, un 31 de mayo, mes que, como sucede con otros datos fortuitos de su biograf¨ªa, se nos antoja premonitorio respecto a uno de los ¨¢mbitos de la literatura que mejor supo interpretar: el de la lyra minima. Los fil¨®logos adoptan hace d¨¦cadas esta expresi¨®n para hablar de los poemas breves no narrativos y, en concreto, para referirse a las antiguas cantigas galaico-portuguesas. Pertenece a uno de sus libros m¨¢s reveladores, y un cl¨¢sico ya para entender el sentido primigenio de la poes¨ªa peninsular, que public¨® en 1970, al poco de hacerse cargo de la c¨¢tedra Cam?es en la Universidad de Londres: Lyra minima: structure and symbol in iberian traditional verse.
Fue durante su viaje de novios a Madrid cuando, junto a su primera esposa, Olwen Roberts, madre de sus tres hijos (Nicol¨¢s, Victoria y Juli¨¢n), oy¨® cantar a unos estudiantes una cantiga del rey Dinis I de Portugal, el ¨²ltimo gran trovador. De este viaje ¡°inici¨¢tico¡±, porque adem¨¢s le puso en relaci¨®n de amistad y trabajo con tres grandes de la filolog¨ªa hisp¨¢nica (D¨¢maso Alonso, Rafael Lapesa y Eugenio Asensio), nos queda otro regalo inconmensurable de su oficio: Do cancioneiro de amigo (1976). La selecci¨®n de cincuenta cantigas que hizo junto a Helder Macedo y acompa?¨® de minuciosos comentarios constituye una renovada aportaci¨®n al g¨¦nero de la poes¨ªa m¨¢s antigua de Europa: el de la chanson de femme. La realidad semi¨®tica que descubre en ellas (fue miembro fundador del Gabinete de Estudos de Simbologia da Universidade Nova de Lisboa) las abri¨® a unos horizontes art¨ªsticos que van m¨¢s all¨¢ del uso que el paralelismo o las reiteraciones fon¨¦ticas imponen a la delicada y breve cancioncilla gallega y portuguesa medieval. El estudio de los versos de Mendinho, Martin Codax o el propio Dinis le llev¨® a pensar que este tipo de construcci¨®n formal pertenec¨ªa a una sociedad con un modo de pensar y sentir fundamentalmente dualista, quiz¨¢ no ajena a las tensiones entre un cristianismo todav¨ªa precario y un animismo residual pagano de ra¨ªz celta.
La inmensa erudici¨®n del iberista angloamericano, que dibuja en este libro el panorama hist¨®rico del g¨¦nero de amigo (con alusiones que van de la Odisea a Vin¨ªcius de Moraes, y m¨¢s en particular a la l¨ªrica de China y Jap¨®n), es una constante en todos sus trabajos. La finura, sensibilidad y abierta perspectiva con que interpreta y relaciona las formas minimalistas de l¨ªrica universal (ruba'i, kharja, refr?o, villancico, ju¨¦ j¨´, tanka, haiku) en Beyond chrysanthemums: perspectives on poetry east and west (Oxford, 1993), cuya tercera edici¨®n, ampliada, se titula M¨¢s all¨¢ de las neblinas de noviembre (Madrid, 2001), son virtudes que empez¨® a cultivar de ni?o en un colegio de Exeter, New Hampshire, con la mejor biblioteca escolar de EE.UU. Sobre esta base, Stephen pudo desarrollar luego su talento para la filolog¨ªa, fruto del cual ser¨ªa su Gil Vicente: esp¨ªritu y letra (1977), un estudio capital sobre el dramaturgo m¨¢s importante, por el volumen y car¨¢cter innovador de su obra, de los comienzos del teatro moderno.
El padre de Stephen Reckert, Frederick Carl, tuvo que renunciar a ense?ar Qu¨ªmica en Yale para hacerse cargo de la f¨¢brica de sus t¨ªos, en Terre Haute, gracias a la cual ellos le pagaron los estudios. Por fortuna, Stephen solo hubo de interrumpir temporalmente su carrera en la misma universidad durante la II Guerra Mundial, para servir en la Royal Air Force como traductor de japon¨¦s. Despu¨¦s de editar con D¨¢maso Alonso la Vida y obra de Medrano, en 1958, ocup¨® la c¨¢tedra de Espa?ol de la Universidad del Pa¨ªs de Gales y, poco despu¨¦s, la c¨¢tedra Cam?es de la Universidad de Londres, donde conoci¨® a su ¨ªntimo amigo Allan Deyermond. En 1965, se cas¨® con D¨ªdia Marques, quien desde entonces le ha dedicado cada minuto de su vida y ha traducido al portugu¨¦s la primera edici¨®n de Beyond chrysanthemums.
Adem¨¢s de catedr¨¢tico en el King's College, Stephen fue profesor visitante en distintas universidades europeas, hasta que empez¨® a sentirse como David Lurie, el protagonista de Desgracia, de J. M. Coetzee: un humanista (cl¨¦rigo, learned, clerc en el sentido que Julien Benda da a esta palabra) en una ¨¦poca posterior a las humanidades, cuando estas comenzaban a ser sustituidas por la comunicaci¨®n y la burocracia.
Stephen Reckert era miembro correspondiente de la Real Academia Espa?ola, Academia das Ci¨ºncias de Lisboa y la Hispanic Society, y fue galardonado con la medalla Nobiling de Estudios Medievales (1978) y la Orden do Cruzeiro do Sul (1979), en Brasil, as¨ª como con la Gr? Cruz de la Orden do Infante D. Henrique (1990), en Portugal.
Manuel Calder¨®n es investigador del Centro de Estudios de Teatro en la Universidad de Lisboa y Gema Vall¨ªn es profesora de Filolog¨ªa Rom¨¢nica en la Universidad de A Coru?a.
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