Concertgebouw, sonido del tiempo
La orquesta, una de las de mayor prestigio mundial, celebra sus 125 a?os La formaci¨®n visita Madrid dentro de su gira por los cinco continentes
¡°M¨²sicos y directores han ido cambiando a lo largo del tiempo, pero el Concertgebouw es una gran familia con buen ambiente que ha mantenido la calidad de su sonido¡±. Gustavo Gimeno (Valencia, 1976) desvela con naturalidad el secreto de la orquesta holandesa, que cumple 125 a?os entre las mejores del mundo. Camino de un concierto al que acude en bici, el percusionista admite que la selecci¨®n previa es dur¨ªsima y muchos colegas se quedan por el camino. ¡°Una vez dentro, sin embargo, todo el mundo contribuye a que te sientas c¨®modo para dar lo mejor¡±. La receta, en apariencia sencilla, no cuajar¨ªa sin la complicidad del director. Y el let¨®n Mariss Jansons, titular desde 2004, es un buen ejemplo de las bondades de la distensi¨®n y confianza mutua.
Durante un reciente ensayo extraordinario abierto al p¨²blico, tarareaba melod¨ªas, marcaba cadencias y ped¨ªa una vuelta m¨¢s al mismo pasaje, con un estilo cercano y concienzudo. El resultado era pleno: la orquesta, vestida de manera informal, sonaba como en un d¨ªa de estreno.
Unida al edificio que le da nombre, la Real Orquesta del Concertgebouw, apelativo oficial, suma 120 miembros de 22 pa¨ªses. Actualmente hay otros dos espa?oles: Lucas Mac¨ªas Navarro (oboe), y Miriam Pastor Burgos (cuerno ingl¨¦s). La ac¨²stica de su Sala Grande (Grote Zaal), su gran baza, suele presentarse como un misterio que nadie est¨¢ dispuesto a desvelar. Hasta la documentaci¨®n del centro cita, bromeando, ¡°artes oscuras¡±, cuando aborda el asunto. Aunque tal vez la explicaci¨®n derive de una feliz coincidencia. Adolf Leonard van Gendt, el arquitecto, carec¨ªa de o¨ªdo. En su casa bromeaban diciendo que era ¡°tan musical como una vaca¡±, pero logr¨® un sonido redondo. Protegido con mimo desde 1888, cada remodelaci¨®n ha exigido dejar intacto el dise?o original, de 44 metros y con un aforo de 2.137 asientos. Tal es el cuidado puesto, que no se tocan ni los motivos decorativos de paredes y techo.
La descripci¨®n t¨¦cnica de la Sala Grande cifra en 2,8 segundos el tiempo de reverberaci¨®n del sonido (2,2 segundos, sin p¨²blico). Seg¨²n los expertos, ¡°una atm¨®sfera ideal para el repertorio de compositores como Mahler, o Benjamin Britten¡±, que dirigieron tambi¨¦n sus obras en ?msterdam. En 1983 se comprob¨® que el edificio entero se hund¨ªa lentamente en el suelo arenoso de ?msterdam y cundi¨® la alarma. ?C¨®mo evitarlo sin da?ar la venerada ac¨²stica? Entre 1983 y 1988 las obras de renovaci¨®n mantuvieron en marcha el calendario de conciertos, y al pa¨ªs en vilo. Una vez controlado el hundimiento, se hizo una ampliaci¨®n para acoger a un p¨²blico cada vez m¨¢s numeroso. El dise?o, firmado por el arquitecto Pi de Bruijn, inclu¨ªa cristal transparente, acero y tonos grises. Visto con la perspectiva actual, nada m¨¢s adecuado para mezclar modernidad y estilo renacentista holand¨¦s. Pasado el frenes¨ª inicial, el reto visual planteado por la nueva cristalera supone un atractivo m¨¢s de la plaza de los Museos (junto al de Van Gogh, Stedelijk y Rijksmuseum), donde se ubica.
¡°Cuando me hicieron una prueba, en 2001, estaba en una encrucijada profesional. Si lo consegu¨ªa, mi vida dar¨ªa un vuelco. En percusi¨®n somos tres. Para los amantes de la m¨²sica este es uno de los lugares m¨¢s apetecidos. Porque lo del sonido es verdad. Es incomparable¡±, asegura Gimeno, que estudi¨® entre Valencia y ?msterdam y viene de familia de m¨²sicos. Su padre tocaba el clarinete y su hermano es director. La actividad fraterna da pie para mencionar a su jefe. ¡°Mariss Jansons figura siempre entre los tres mejores del mundo. ?Qu¨¦ puedo a?adir? Es un privilegio¡±, afirma.
Una de las caracter¨ªsticas de la orquesta holandesa es lo bien que parece tratar a sus maestros. En 125 a?os ha tenido solo seis y ha habido de todo. Desde el primero, Willem Kes, titular durante siete a?os, al legendario Willem Mengelberg, que permaneci¨® 50 y consolid¨® a Gustav Mahler como artista de cabecera de la orquesta. Su sucesor, Eduard van Beinum, abri¨® la puerta a la obra de Bruckner y la m¨²sica francesa, y muri¨® dirigiendo.
Despu¨¦s de la experiencia de Mengelberg, estricto hasta el autoritarismo, la p¨¦rdida de Van Beinum, muy querido por los m¨²sicos, fue doblemente dram¨¢tica. Bernard Haitink y Riccardo Chailly, los directores que le sucedieron, dejaron su impronta, respectivamente, con los conciertos televisados ¡ªen buena parte de Europa¡ª y la ¨®pera. Sin olvidar la aportaci¨®n de Nikolaus Harnoncourt, con su clara querencia por el repertorio del siglo XVIII.
Mariss Jansons, al frente desde 2004, ha mantenido la tradici¨®n de Mahler, Bruckner, Richard Strauss y Brahms, y sumado obras del siglo XX, con Shostak¨®vich y Messiaen. A Jansons le han sido encargados tambi¨¦n los conciertos del jubileo, que llegar¨¢n a los cinco continentes. Ser¨¢ el primer conjunto en lanzarse a un viaje tan largo (el Auditorio Nacional de M¨²sica de Madrid les espera hoy y ma?ana con dos programas distintos, en torno a Bart¨®k, Chaikovski, Bruckner y Strauss), ¡°en busca del poder unificador de la m¨²sica¡±, en palabras de Jan Raes, director gerente.
En ?msterdam, las celebraciones tendr¨¢n su momento estelar el 10 de abril con un concierto doblemente especial. La orquesta reunir¨¢ a m¨²sicos del Concertgebouw y de las Filarm¨®nicas de Berl¨ªn y Viena. Entre los solistas invitados aparecen la violinista holandesa Janine Jansen, el pianista chino Lang Lang y el bar¨ªtono estadounidense Thomas Hampson. ¡°Suena t¨®pico, pero esta ser¨¢ una larga gira que no te puedes perder¡±, apostilla el m¨²sico espa?ol Gustavo Gimeno.
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