Todos los versos de un libertino que fue beato
'La musa furtiva¡¯ re¨²ne la obra po¨¦tica de Vicente Molina Foix
Ya no es el joven que tiene maestros Vicente Molina Foix. Pero se ha puesto a rebuscar entre sus papeles po¨¦ticos y se ha visto desnudo, de cuerpo entero, un joven que descubri¨® ¡°el g¨¦nero chico¡±, que tuvo amores contrariados y que todo lo fue contando en forma de poes¨ªa. ¡°Dej¨¦ de ser beato y me hice libertino¡±, dice para explicar la principal bifurcaci¨®n de su vida.
La autobiograf¨ªa po¨¦tica que se encontr¨® est¨¢ ahora en La musa furtiva, su poes¨ªa reunida (Vandalia, Fundaci¨®n Jos¨¦ Manuel Lara), en la que est¨¢ lo que ya public¨® a lo largo de su vida y tambi¨¦n lo que estaba oculto en esos papeles que ahora le han devuelto las caras que tuvo.
Que haya sido apasionado creyente antes de ser abiertamente libertino (un libertino que miraba para todos los lados del sexo) lo atestiguan esos poemas inmaculados y un objeto, el cilicio que usaba en aquellos tiempos dedicados a la Virgen. Las carpetas se fueron llenando; las vaci¨® para que figuraran algunos de sus versos en la antolog¨ªa Los nueve nov¨ªsimos de Josep Maria Castellet; luego, en 1990, public¨® Los esp¨ªas del realista, hasta que en 2001 public¨® Vanas penas de amor. La poes¨ªa siempre es biogr¨¢fica, de modo que aqu¨ª se le puede encontrar de cuerpo entero, y parece que desnudo. ¡°La poes¨ªa exuda lo m¨¢s ¨ªntimo de la persona¡±, dice, ¡°de modo que ah¨ª estoy: es el espejo m¨¢s claro de mi pensamiento y de mi sentimiento¡±.
Tiene Molina Foix una sensaci¨®n ¡°de mirada hacia atr¨¢s¡± que incluye poemas c¨ªnicos (contra aquellos amantes que merecieron despecho) o, como los llam¨® un colega suyo, ¡°poemas del dandy gore¡±, como aquel que titula Comedia ligera: ¡°S¨®lo soy una pobre v¨ªctima/ del g¨¦nero/ chico¡±.
¡°El cinismo¡±, explica, ¡°es una pasi¨®n muy antip¨¢tica, lo s¨¦, pero es que soy c¨ªnico y cruel conmigo mismo¡±¡ En el libro hay ¡ªes su vida¡ª ¡°mucha herida amorosa, ?pero me pongo verde! Hay muchos finales de historias, y todo final de historia remite a goces y a enga?os. Es el libro en el que cuento cu¨¢ndo dej¨¦ de ser beato y me hice libertino. Y a partir de ah¨ª no ahorro en el relato de amarguras y p¨¦rdidas¡±. ?Amarguras? ¡°No, no soy de car¨¢cter amargo; pero me afecta el paso del tiempo, el fin de las cosas, de las personas¡±.
¡°La relaci¨®n de los padres mayores que se fueron en plenitud es un recuento que me construye y me destruye porque as¨ª pas¨® con nuestra generaci¨®n¡±. Nombra a Juan Benet, a Garc¨ªa Hortelano, a Guillermo Cabrera Infante, a Carmen Mart¨ªn Gaite, a Jaime Gil de Biedma, ¡°que se fueron j¨®venes a¨²n¡±, a Jaime Salinas¡ ¡°Ahora me veo como un impostor, vivo sobre los a?os que ya ellos no tendr¨¢n¡±, lamenta. Esas ausencias ¡°crearon entre nosotros, aparte del dolor personal, un gran desconcierto. Eran nuestros padres simb¨®licos. Ya no eres el joven que tiene maestros, ya no est¨¢n cerca¡±.
Se produjo, dice el poeta, ¡°una devastaci¨®n tras esas muertes, y hubo un efecto explosivo en los escritores que tanto dependimos de ellos. Era un derrumbe, se hab¨ªa roto un edificio a cuyo lado hab¨ªamos crecido¡±. ¡°Me veo no tan sabio como ellos, pero s¨ª tan viejo¡±, cree ahora Molina Foix.
Los poetas de aquel tiempo, los que constituyeron los nov¨ªsimos de Castellet, fueron un ant¨ªdoto para el realismo de los 60 y los 70 del siglo XX: ¡°?ramos comprometidos, ¨ªbamos a las manifestaciones, acab¨¢bamos en las comisar¨ªas o en las c¨¢rceles, pero no hac¨ªamos poes¨ªa comprometida¡±. Ahora, tantos a?os despu¨¦s, en esas carpetas que descubren al Molina Foix m¨¢s desnudo, se hallan poemas sobre los inmigrantes, sobre la guerra de Irak; ¡°no es panfletaria, pero es realista esa poes¨ªa¡±.
El tiempo permite ¡°mostrarme en el terreno amoroso a mi manera; nunca tuve dudas en hacerlo, jam¨¢s ocult¨¦ mi propia sexualidad¡¡±. En ese campo de minas que es la confesi¨®n ante el espejo de sus carpetas hay tambi¨¦n poemas ¨ªntimos, por ejemplo uno sobre el hijo que no tuvo¡ ¡°Ese hijo que no naci¨® ha vuelto, ha vuelto quiz¨¢ por no haber nacido¡±. Esta Musa furtiva ¡°es el libro de lo que yo he sido y tambi¨¦n de lo que yo no he sido¡ Pertenezco a una etapa en la que no ha sido preciso ocultar mi desordenada vida amorosa, que tambi¨¦n aparece claramente en narrativa, por ejemplo en mi novela El vampiro de la calle M¨¦xico¡±. Con cinismo, con iron¨ªa y con amargura, los vaivenes del amor de un libertino que fue beato.
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