Apolog¨ªa de la ¡®pornolectora¡¯
En 'Las buenas chicas no leen novelas' la ensayista italiana Francesca Serra desmenuza el concepto de ¡®pornolectora¡¯
?Qu¨¦ es una pornolectora? Si usted es una lectora ¡ªojo, que no lector: lectora¡ªusted tambi¨¦n lo es. Al menos eso es lo que expone la ensayista italiana Francesca Serra en el libro Las buenas chicas no leen novelas (Pen¨ªnsula). ¡°Todas lo somos, incluidas las monjas y las solteronas¡±. ?Y qu¨¦ encierra el estramb¨®tico concepto? ¡°Los libros pensados como productos de consumo para un estereotipo femenino¡±, explica en una librer¨ªa en el centro de Madrid. Un sistema que comenz¨® ¡°desde la Revoluci¨®n Industrial¡± pero cuyo ejemplo m¨¢s flagrante y m¨¢s reciente es la serie Cincuenta sombras de Grey, que ha vendido la friolera de 20 millones de libros en todo el mundo.
Si bien las andanzas del poderoso-guapo-dominante-macho Grey y la sumisa Anastasia son quiz¨¢ el caso m¨¢s nuevo de la existencia de eso que Serra llama pornolectora, el antecedente m¨¢s antiguo ser¨ªa Madame Bovary, la tan liberada como desgraciada hero¨ªna de Gustave Flaubert. La publicaci¨®n por entregas de la novela, a mitad del siglo XIX en plena Revoluci¨®n Industrial, marca la irrupci¨®n de la lectora (o de lo que los editores pensaban que deb¨ªa ser una lectora), seg¨²n describe Serra. Emma Bovary es una chica mala: ¡°Una gran lectora, una gran ad¨²ltera y con una sexualidad a flor de piel¡±, dibuja. Y tambi¨¦n ¡°una consumidora voraz¡±. ?C¨®mo las chicas de Sexo en Nueva York? ¡°?Exacto!¡±, exclama. Ropa, cosm¨¦ticos, sexo, mucho sexo y much¨ªsimo drama. En sus palabras: ¡°Madame Bovary fue la primera chica Cosmo¡±. Un feminismo empaquetado y listo para llevar. Y que, evidentemente, no es exclusivo al mundo literario. ¡°Es un producto para satisfacer a un nicho del mercado¡±.
Las buenas chicas no leen novelas desgrana con inteligencia, iron¨ªa y mucho sentido del humor los estereotipos que rodean al feminismo de zapatos de tac¨®n. Se trata de un ensayo que va al grano y que responde con inteligencia y elegancia a los m¨¢s rancios estereotipos de la mujer ¡°rebelde¡± que sue?a con su Rodolphe Boulanger, su Christian Grey o su Mr. Big. Una lectura interpretada ¡°como una emancipaci¨®n¡± y que, reconoce, lo es hasta cierto punto pues el libro hab¨ªa sido considerado como un producto ¡°elitista y masculino¡±, pero que aun as¨ª coloca a las lectoras como un uniforme p¨²blico femenino. ¡°Nadie le pregunta a un hombre qu¨¦ hace adem¨¢s de ver f¨²tbol¡±, ejemplifica.
La pornolectora no lee por conocer, sino por vicio o culto
La pornolectora, explica la cr¨ªtica italiana, se encuentra en la imagen de Marilyn Monroe leyendo el Ulises de Joyce y en el enjambre de lectoras que rodean al escritor. Leen no solamente con la cabeza, sino con todo el cuerpo, ¡°a diferencia de los hombres intelectuales, que leen ensayos y poes¨ªa¡±, explica. ¡°La pornolectora no lee por conocer, sino por vicio o culto¡±, comenta. Como dice en uno de los apartados de su ir¨®nico ensayo: ¡°Los libros y las prostitutas se llevan a la cama¡±. Destaca que no habla de las muchas escritoras que escapan a la corriente, sino que su intenci¨®n es solamente ¡°alertar¡± de lo que se define como ¡°literatura femenina¡±.
De Emma Bovary a Carrie Bradshaw, ?se ha avanzado? Serra mira el vaso medio lleno, aunque subraya que ¡°muchas de las mujeres, acostumbradas siempre al anonimato, siguen siendo consumidoras pasivas¡±. La fantas¨ªa vendida en muchas de estas novelas, ¡°de dominaci¨®n¡±, es predominantemente ¡°masculina¡±, comenta. Al igual que las mujeres que ocupan puestos de poder y decisi¨®n ¡°no solamente en el mundo editorial¡± son una clara minor¨ªa. ¡°La lectura, la buena lectura, sigue siendo para una ¨¦lite¡±. Eso s¨ª, mientras que tras su intensa vida, Madame Bovary no escap¨® a un destino tr¨¢gico, la hero¨ªna de Sexo en Nueva York, Carrie Bradshaw, termin¨® su cuento de hadas vestida de Dior y ¡ª?d¨®nde m¨¢s?¡ª en Par¨ªs. Algo se habr¨¢ avanzado.
* Las buenas chicas no leen novelas. Francesca Serra. Editorial Pen¨ªnsula. 144 p¨¢ginas..
Babelia
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