¡®Punk¡¯ salvaje en el sal¨®n de casa
Jorge Roelas estrena en Madrid 'Lastres', el encuentro de tres mujeres tras a?os de desavenencias
"Hasta que no te pones a ello, no sabes d¨®nde puedes llegar", dice Luc¨ªa, mientras se afana en poner en pr¨¢ctica los ¨²ltimos pasos que ha aprendido en clase de ballet. Esta mujer de entre cuarenta y cincuenta a?os, encerrada en un discreto vestido azul pastel, gira sobre su eje frente a dos amigas de la infancia a las que no ve¨ªa desde hac¨ªa siete a?os y dos meses. Teresa, cardado infinito, medias verdes y vestido rojo, contraataca con Rafaella Carr¨¤. Y la escena sobre las tablas del Teatro Bellas Artes de Madrid se torna en un multicolor exc¨¦ntrico, propio de una pel¨ªcula de Pedro Almod¨®var. "?Quer¨¦is una pasti?, me las pilla mi hija por YouTube", ofrece Teresa al tiempo que la tercera amiga, Concha, rellena por segunda vez las copas con vodka.
Todo el presupuesto inicial de las obra de teatro Lastres: tres amigas de la infancia que se re¨²nen por iniciativa de una de ellas; se va desmoronando por el peso de los problemas que acarrean y se desploma a medida que la verdad atraviesa el disfraz del autoenga?o."Estos tres personajes muestran c¨®mo aunque la vida pasa, si los resentimientos se larvan y enquistan, terminan por salir de manera explosiva", explica?Anabel Alonso, parte activa en el papel de Concha, encargada de transformar en obra una lectura del tambi¨¦n actor Jorge Roelas. "Estoy haciendo una obra como actor que se llama Educando a Rita, y en un momento mi personaje dice: 'Gracias por la confianza, pero si rascas un poco descubrir¨¢s que hay menos de m¨ª en m¨ª de lo que parece a primera vista", recita Roelas, en una par¨¢bola teatral y explicativa de lo que suceder¨¢ hasta el 31 de marzo, en Madrid.
Las falsas apariencias, muy exacerbadas por el vestuario, parapeta el acoso que recorre la obra en las vivencias de este tr¨ªo, que completan las actrices Ana Fern¨¢ndez y Marta Belenguer. La carga dram¨¢tica se rebaja por mediaci¨®n de Heidi Steinhardt. La directora argentina recibi¨® el texto una madrugada austral y aterriz¨® en Espa?a dispuesta a hacer del humor la mejor terapia para superar el dolor. "La obra tiene mucha crueldad, pero a la vez es muy graciosa", explica la dramaturga. "El atractivo es que a¨²n con ese trasfondo serio o sensible, uno se r¨ªe todo el rato, la gente sale reflexionando porque en apariencia uno asiste a una an¨¦cdota m¨¢s, y no lo es". O en palabras de Alonso: "Es una comedia salvaje y punk, no hay tregua en la hora y media que dura la funci¨®n".
Para conseguir este tono animal que se reproduce en di¨¢logos y maneras, Alonso y el equipo de producci¨®n redireccionaron el guion hacia tierras argentinas en busca de una batuta que no se limitara a poner en escena palabras. "En Espa?a, en general, aunque haya gente muy v¨¢lida, siempre se suele hacer un trabajo de ce?irse al texto, m¨¢s formal, con menos enjundia", opina la actriz. El curriculum de?Steinhardt se labra en la escena off de un pa¨ªs con una cartelera teatral de gran tama?o, enfocada en la direcci¨®n de actores. "El reto de la obra tambi¨¦n ha sido enfrentarme a una manera distinta de trabajar", cuenta la directora, "y en esto Jorge ha sido muy generoso al ir reescribiendo el texto, adapt¨¢ndolo seg¨²n avanzaban los ensayos".
Lastres entra en la capital como un torbellino punk contra la crisis, los efectos del IVA cultural y la desaz¨®n generalizada ante tanta mala noticia. "Ahora, lo que m¨¢s demanda tiene es la comedia", explica Anabel Alonso, "para que una producci¨®n privada sea factible, es decir, que no suponga un gasto desmedido, es mejor optar por estos montajes".
Teatro se escribe con a
"Puede que sea una coincidencia, aunque tambi¨¦n es cierto que en este pa¨ªs hay m¨¢s actrices que actores... y mejores", dice con jocosidad Anabel Alonso, mientras se atusa la melena rubia platino que luce en la obra Lastres. La temporada teatral se escribe en femenino y con un reparto de personajes muy perfilados.
"Igual ha llegado el momento de que nosotras digamos cosas", contin¨²a la int¨¦rprete. "Son funciones contempor¨¢neas en las que nos pasan cosas, no somos las hijas, las madres o las hermanas, somos las protagonistas". Alonso se refiere a la coincidencia en cartel de Sofocos, Hermanas, El manual de la buena esposa, Lifting y Lastres. Muchas de las mujeres que se suben a las tablas rondan los 40 a?os y no les importa compartir con el patio de butacas, con independencia del sexo, de la menopausia, sus problemas matrimoniales y personales.
La f¨®rmula del manual como Mon¨®logos de la vagina o Confesiones de una mujer de 30 a?os da paso ahora a comedias, en la mayor¨ªa de los ejemplos, con trama que, a fin de cuentas, redundan sobre lo mismo, pero de madera dramatizada.
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