Afectuosamente, Karen Blixen
La correspondencia desde Dinamarca de la autora de ¡®Memorias de ?frica¡¯ abre las puertas de su intimidad durante los ¨²ltimos a?os de su vida
Cuando ¡®memsabih¡¯ hablaba como la lluvia el tiempo se deten¨ªa en su casa de Nairobi. All¨ª, en aquella sencilla y maravillosa casa de una planta (hoy convertida en un delicioso museo), Karen Blixen encontr¨® a la mujer que quer¨ªa ser. Medio siglo despu¨¦s de su muerte y con la reciente edici¨®n por N¨®rdica de su correspondencia desde Dinamarca, fechada desde 1931 hasta su muerte, en 1962, la fuerte y a la vez delicada personalidad de la escritora queda perfilada con estas pinceladas epistolares a su biograf¨ªa.
De su loco affair con ?frica a las tensas relaciones que mantuvo con sus editores o a c¨®mo la enfermedad fue cercando su fr¨¢gil salud, las cartas de Karen Blixen nos ofrecen el lado ¨ªntimo y cercano de una mujer que, como indica Frans Larsson en el pr¨®logo a la edici¨®n, vivi¨® ¡°con la sombra de la tragedia¡±. Seg¨²n la investigaci¨®n m¨¢s reciente sobre su enfermedad, llevada a cabo por el profesor Kaare Weismann, jefe m¨¦dico del hospital de Bispebjerg, lo que mat¨® a la escritora no fue una fase avanzada de la s¨ªfilis que padeci¨® de joven sino el envenenamiento progresivo que padeci¨® por los tratamientos con mercurio a los que estuvo sometida en ?frica primero y Dinamarca despu¨¦s para frenar aquella enfermedad ven¨¦rea.
Dos meses antes de morir, Blixen (que en los ¨²ltimos cuatro a?os de su vida apenas pesaba 35 kilos y ten¨ªa las piernas casi paralizadas) escrib¨ªa la carta que cierra esta edici¨®n. El remitente era su fiel sirviente en Kenia, Kamante. ¡°¡ Me habr¨ªa gustado estar con vosotros en mi antigua casa para poder hablar de los viejos tiempos. Te envi¨® un poco de dinero, para ayudarte [¡] Sigo viviendo en la vieja casa donde nac¨ª. Esto es muy bonito y estoy muy bien [¡] Pido a dios que est¨¦is bien [¡] Ojal¨¢ os pudiera volver a ver. Baronesa Blixen¡±.
Me habr¨ªa gustado estar con vosotros en mi antigua casa para poder hablar de los viejos tiempos. Te envi¨® un poco de dinero, para ayudarte [¡] Sigo viviendo en la vieja casa donde nac¨ª
La escritura y la familia le ofrecieron a la escritora el calor que tanto necesitaba lejos de ?frica. Pero cualquier conexi¨®n con el pasado despertaba su memoria de manera estremecedora. En una carta a su amiga Ingrid, vecina en ?frica, escrita al morir su marido Gillis, Blixen vuelca todo su amor y nostalgia por su amiga y sobre todo por la tierra que pisa: ¡°¡eres tan luminosa, Ingrid, que esparces luz a tu alrededor incluso cuando se piensa en ti llena de dolor. [¡] el mundo necesita esa luz, es imposible que se pierda. Saluda de mi parte a todos los que a¨²n se acuerden de m¨ª, tambi¨¦n al paisaje que tienes alrededor, al bosque detr¨¢s de la casa donde viv¨ªan los N`derobo, y a los viejos ¨¢rboles retorcidos y llenos de flores blancas de la sabana. Tambi¨¦n, si vieras a alguno de aquellos animales que en mis a?os a¨²n pod¨ªamos encontrar all¨¢ arriba, y que siempre he pensado que eran los aut¨¦nticos due?os de aquellas tierras¡±.
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