De frente y a pleno sol

Bajo la identidad filopulp de su seud¨®nimo Richard Stark, el escritor Donald Westlake cre¨® en 1962 un personaje inmortal, capaz no solo de ocupar un lugar propio e insustituible en la ficci¨®n popular, sino de irradiar una influencia capaz de tocar territorios insospechados. Los dos primeros ecos cinematogr¨¢ficos que obtuvo el personaje fueron sumamente exc¨¦ntricos: el Made in USA (1966), de Jean-Luc Godard, y A quemarropa (1967), de John Boorman, dos pel¨ªculas que part¨ªan de una pur¨ªsima ficci¨®n de g¨¦nero para deconstruirla. En el caso de Boorman, la novela de Stark parec¨ªa haber pasado por una batidora dise?ada por Alain Resnais y alimentada con electricidad freudiana.

En Parker, Taylor Hackford adapta la decimonovena novela del personaje, confi¨¢ndole a Jason Statham un papel con capacidad de trascender su habitual registro est¨®lido. El personaje le da a Statham la ocasi¨®n de crecer en flexibilidad tonal y de tantear una ocasional gravedad. Hackford parece movido por un leg¨ªtimo amor por la obra de Westlake y decide irse, para entendernos, al extremo opuesto que Boorman: Parker preferir¨ªa ser Un diamante al rojo vivo (1972) que A quemarropa, pero tampoco est¨¢ a la altura de esas aspiraciones. Lo que queda es una mirada sobre Palm Beach como limbo inquietante y el brillo y la vulnerabilidad del personaje encarnado por Jennifer L¨®pez.