El forastero ha llegado a la convenci¨®n
Como si fuera un 'western' crepuscular con protagonistas perdedores, 'A puerta fr¨ªa' desgrana sin misericordia dos d¨ªas de una feria comercial
Como en los westerns crepusculares, que suelen ser los buenos, la llegada del forastero a la ciudad -en este caso a la convenci¨®n- va a provocar un revuelo de rumores, roces y enfrentamientos. Xavi Puebla ha huido del drama para crear un buen thriller en A puerta fr¨ªa, dos d¨ªas salvajes en una convenci¨®n de vendedores encerrados en un hotel sevillano. Las viejas generaciones chocan con los comerciales sin escr¨²pulos; las lealtades basadas en a?os de compa?erismo no sirven de nada frente al mordisco del capitalismo. A puerta fr¨ªa tiene un buen guion, que r¨¢pidamente llevar¨¢ al espectador a recordar Smoking room -Antonio Dechent es otra conexi¨®n-, El pez gordo (con Kevin Spacey) y Glengarry Glen Ross; un buen reparto, que funciona muy bien engrasado, y sabe transmitir la necesaria sensaci¨®n de claustrofobia para la historia. En su tercera pel¨ªcula, Xavi Puebla -que ya solt¨® una buena traca anticapitalista en su anterior filme, Bienvenido a Farewell-Guttmann- da al espectador un buen sopapo de tristeza, de contar lo despiadado del mundo laboral: "Me quedaban cosas por contar, pero sobre todo me seduc¨ªa hablar de las ventas. A estos personajes les quiero m¨¢s que a los de Bienvenido a Farewell-Guttmann, porque esos eran ejecutivos y sus motivaciones eran fr¨ªas. En A puerta fr¨ªa hay cierto romanticismo". As¨ª que Puebla apuesta por esos comerciales capaces de cualquier cosa por colocar sus productos: la pel¨ªcula arranca con el despertar de uno de ellos en un prost¨ªbulo. "Pero hay un romanticismo, porque son vocacionales en su trabajo. Es bonita esta idea del desarraigo: su profesi¨®n es la prolongaci¨®n de su personalidad. Hacen kil¨®metros, pasan mucho tiempo fuera de casa, en habitaciones de hotel... Claro que todo esto tiene su coste en la vida familiar". Y luego la venta: "Me atra¨ªa mucho para explicar la cara mercantilista de esta sociedad".
En A puerta fr¨ªa hay tambi¨¦n empat¨ªa por los personajes. "Con algunos te identificas porque han ejercido la profesi¨®n desde un punto de vista m¨¢s humano. Son v¨ªctimas ahora, son apartado como apestados por un mundo para el que ya no cuentan. Yo quer¨ªa huir de una visi¨®n arquet¨ªpica para ir un poco m¨¢s all¨¢. Sus c¨®digos son como son, de moral muy laxa, pero eso s¨ª, son fieles a ellos. Dechent dice: 'Tiene su moral'. Cierto, son ¨ªntegros en su manera de entender a vida. No hay hipocres¨ªas. Se mantienen ¨ªntegros en ese pensamiento mientras que lo que les rodea se rige ahora solo por n¨²meros y cifras". Como si fueran mafiosos, "o protagonistas de un western crepuscular, con personajes anclados en el pasado, que el tiempo, indiferente, les ha superado".? Puebla habla de Peckinpah, de esos filmes de los sesenta y setenta que ensalzaron un g¨¦nero. Tambi¨¦n de El empleo del tiempo, de Laurent Cantet, "en la que se ve como la sociedad deposita en el individuo unas esperanzas y aspiraciones que no puede cumplir".
A Puebla le ha costado casi un a?o estrenar A puerta fr¨ªa: en el pasado certamen de M¨¢laga, celebrado hace once meses, obtuvo los premios de la Cr¨ªtica y al mejor actor (para Dechent): "El guion lo escrib¨ª en 2006. Entre buscar la financiaci¨®n, levantar la pel¨ªcula, posproducir, buscar distribuidor y exhibidor... Lo que menos dura es justo el hacerla, el rodaje. Es parad¨®jico: te puede el proceso burocr¨¢tico. Yo lo vivo como algo ag¨®nico. Y por eso he hecho solo tres, aunque cada vez tardo menos entre una y otra". ?A sus alumnos de cine les cuenta eso? "Desde luego, no les enga?o. En este pa¨ªs, el cine es un acto vocacional. Debes tener necesidad de hacerlo". Es curioso: aunque lo escribiera en 2006, el guion ha ido creciendo en resonancias con la actualidad. "Anthony Burgess dec¨ªa que en la antig¨¹edad el esclavo serv¨ªa por miedo al l¨¢tigo; hoy el esclavo asalariado lo hace por miedo al despido". Y contin¨²a: "Encima, con el paro, la tragedia del desempleo es peor que la esclavitud del trabajo actual. Aceptamos y agrademos trabajos esclavistas porque la realidad alternativa es peor".
Uno no puede levantarse sin preguntar por la aparici¨®n de Nick Nolte en A puerta fr¨ªa: "Buscamos a alguien con mucha presencia, que funcionara con Mar¨ªa Valverde. Desde el guion era estadounidense y el macguffin, el idioma, que serv¨ªa para demostrar que el protagonista no se ha reciclado, y que la chica servir¨ªa de enlace. Uno tiene experiencia y no le dejan. Otra tiene formaci¨®n y no llega al trabajo". Aparece Nolte y su presencia ya construye el pasado del personaje. "Era fundamental ese aura de m¨ªtico. Porque su personaje es as¨ª. Antonio P¨¦rez, el productor, fue quien lo logr¨®. Cuando firm¨¦, retoqu¨¦ el libreto para que se acercara a ¨¦l, que su autentica vida sumara el aroma de mito perdedor de ese jefe de ventas". Impagable el momento en que Nolte se cruza con Dechent y beben sin hablar en la barra del hotel. "Eso solo lo da alguien como ¨¦l... Y como Antonio".
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.