Superdetective en Par¨ªs

Cierto cine estadounidense de los ochenta dej¨® huella en una generaci¨®n de chavales. Aquel que, armado de efervescencia, gracia, descaro y ausencia de complejidad, llev¨® hasta la categor¨ªa de mito a pel¨ªculas como Regreso al futuro, La jungla de cristal, Los cazafantasmas, Arma letal o Superdetective en Hollywood, aparentes chorradas que se quedaron clavadas en la memoria de cr¨ªos como el franc¨¦s David Charon, ahora de 41 a?os, que deb¨ªa tener unos 12 cuando se estren¨® esta ¨²ltima. Tanto que la homenajea incluso expl¨ªcitamente, a trav¨¦s de los di¨¢logos, en su segundo trabajo como director: Incompatibles,veh¨ªculo comercial al servicio de la reciente estrella Omar Sy, que intenta repetir, sin conseguirlo del todo, el tono y las maneras de la pel¨ªcula de Martin Brest protagonizada por Eddie Murphy.

Como en aquella Superdetective en Hollywood, Incompatibles se nutre del choque cultural, ¨¦tnico y social surgido entre los habitantes de dos zonas radicalmente opuestas: all¨ª, la decadente y diversa Detroit, enfrentada a la elegante y orgullosa Beverly Hills; aqu¨ª, la exquisitez del Par¨ªs cl¨¢sico, en plena confrontaci¨®n con los suburbios, lo que ellos llaman la banlieue. Un contraste que es justo lo mejor de una pel¨ªcula que, eso s¨ª, se pone ¡°demasiado¡± en casi todo: demasiado blanda cuando quiere ser dulce; demasiado chusca cuando quiere hacer denuncia; demasiado sobreactuada cuando Sy va de chistoso, y m¨¢s graciosilla que c¨®mica cuando acude a la risa.