Dec¨¢logo para la vida
Selecciono p¨¢gina en blanco para hablar de Bigas, y se llena de dibujos de tinta china, de palos y hojas encontrados en la playa y repletos de sentido cosidos a esta hoja. Selecciono p¨¢gina en blanco para hablar de lo que yo s¨¦ de Bigas Luna, que es muy poco, y aparece su dec¨¢logo para la vida, su manera de cocinar y enredar a cada persona que rozaba su vida en su red de creatividad y compromiso extremo con el presente.
Su cine lo ver¨¢n ustedes, y hablar¨¢n de ¨¦l gentes que se dedican a ello, yo quiero que quede un rastro suyo en cada gesto de quienes le conocimos y, si es posible, en quienes no llegaron a tener la suerte de compartir mesa con ¨¦l.
El asombro constante, la ¡°infatuaci¨®n¡± con cada detalle cotidiano, el descubrimiento de cualquier m¨²sica o filosof¨ªa, la pasi¨®n por las teor¨ªas que explicaban su universo. Reconozco que pod¨ªa convencerme de cualquier versi¨®n de la realidad que quisiera, porque la contaba con tanta fe y tanta pasi¨®n que era imposible no creerle.
La primera vez que vi a Bigas Luna fue en su reino de Tarragona, la ¨²ltima vez fue all¨ª tambi¨¦n, en su casa, su universo. Las dos veces sal¨ª cargada de verduras, dibujos, t¨ªtulos de libros que hab¨ªa que leer y ganas infinitas de ser consciente de cada cosa que ten¨ªa y hac¨ªa en mi vida. De poseer (como ¨¦l pose¨ªa) cada minuto de su existencia y cada objeto que le rodeaba. De ser capaz de reencarnar a sus padres en dos palmeras que le daban sombra cada d¨ªa, de sorprenderse con el rumor de las ramas de los naranjos o el escote de una camarera, de disfrutar de el diente de ajo o una infusi¨®n de an¨ªs.
Porque con Bigas nada era gen¨¦rico, no era Un diente de ajo m¨¢s, era El diente de ajo: milagro de la parte por el todo, del sabor de civilizaciones enteras resumidas en su paladar.
Pintar, tocar, escuchar, grabar, mirar, tallar, plantar, criar, interpretar, entender, cultivar con una profunda intenci¨®n de cambiar el mundo que le rodeaba, de hacerlo mejor, y m¨¢s divertido. Generoso, apasionado y curioso.
Me pesa no haber aprovechado m¨¢s su presencia, me alivia haberle conocido, aligeraba la vida y la embellec¨ªa.
Dec¨¢logo:
Equilibrio
Medida
Ritmo
Deseo de Dios
Ejercicio
Comida sana
Desear lo que se tiene
Del propio paisaje al invierno estelar
Vivir con lo m¨ªnimo necesario
Descansar
Babelia
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