La Tierra permanece
Es ciencia ficci¨®n que pertenece a otro g¨¦nero: al de Tom Cruise como marca garante de un nuevo ejercicio de artiller¨ªa pesada
Tron: legacy, secuela tard¨ªa del (parad¨®jico) g¨¦nesis anal¨®gico de la revoluci¨®n digital, fue tan aparatosa como frustrante. Cuesta recordar alg¨²n detalle de su argumento: en ella, el clon digital de Jeff Bridges actuaba peor que su modelo, se citaba mucho a Julio Verne y los Daft Punk no revolucionaron el arte de la banda sonora. El debutante Joseph Kosinski ejercitaba, eso s¨ª, una mirada algo subkubrickiana sobre las arquitecturas inmateriales de un neouniverso con sangre de ne¨®n. Tron: legacy garantiz¨® a Kosinski el salto a la gran liga del blockbuster, como sella ahora su presencia al frente de Oblivion, pel¨ªcula de ciencia ficci¨®n que, en realidad, pertenece a otro g¨¦nero: en concreto, a Tom Cruise como g¨¦nero o marca garante de un nuevo ejercicio de artiller¨ªa pesada para arrasar taquillas, sin renunciar a una cierta mirada adulta y a una cierta ambici¨®n creativa.
OBLIVION
Direcci¨®n: Joseph Kosinski.
Int¨¦rpretes: Tom Cruise, Olga Kurylenko, Morgan Freeman, Andrea Riseborough, Nikolaj Coster-Waldau.
G¨¦nero: ciencia ficci¨®n. EE UU, 2013.
Duraci¨®n: 126 minutos.
Una Tierra devastada tras la guerra con una raza extraterrestre sirve de escenario a esta pel¨ªcula que, aunque basada en una novela gr¨¢fica a¨²n no publicada del propio Kosinski, conviene no malinterpretar como cine de autor. Entre otras cosas, porque la mano de Cruise parece tan presente en la voz en off que abre Oblivion, con su obsesi¨®n por no dejar ni un cabo suelto ¡ªimponi¨¦ndose como interferencia a lo mejor del conjunto: la mirada del arquitecto Kosinski sobre ese mundo de ruinas, torres tecnol¨®gicas, drones y naves burbuja¡ª, como en las componendas de su desenlace. Oblivion conf¨ªa demasiado en la eficacia de dos giros de gui¨®n, estrat¨¦gicamente colocados, que el aficionado a la ciencia ficci¨®n ya habr¨¢ intuido antes de su revelaci¨®n. La marca Cruise da lo que uno espera ¡ªes entretenimiento s¨®lido y generoso¡ª, pero ni un aliciente m¨¢s.
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