James Hunter, el ¡®soulman¡¯ blanco con el sentido del humor de los Monty Python
El brit¨¢nico recala en Espa?a con la gira de presentaci¨®n de su nuevo disco ¡®Minute by minute¡¯
El nuevo disco de James Hunter Minute by minute ya est¨¢ a la venta. Si no conocen a este m¨²sico brit¨¢nico de soul, criado musicalmente al abrigo de Van Morrison a principios de los noventa, hagan la siguiente prueba. No miren la portada. Y si recurren a alguna plataforma online para escucharlo, simplemente aprieten el play. Comenzar¨¢ a sonar Chicken swift y el sonido les llevar¨¢ hasta Aretha Franklin, Solomon Burke y Etta James. Ahora ya pueden mirar la foto. A los padres del g¨¦nero les ha salido un hijo bastardo y blanco, adem¨¢s de nacido entre las v¨ªas del ferrocarril de Essex, al este de Londres. ¡°En realidad, fue como crecer con el blues de Alabama, pero en mi esquina de Gran Breta?a¡±, recuerda el m¨²sico, en conversaci¨®n telef¨®nica.
Han pasado cinco a?os desde que Hunter entregara The hard way. En este tiempo ha rebautizado a su banda como The James Hunter Six ¨C¡°llevamos 20 a?os juntos y nos ha costado 19 ponernos de acuerdo¡±, dice con la retranca que no perder¨¢ en toda la conversaci¨®n-, ha perdido a su mujer por un c¨¢ncer que se la llev¨® demasiado r¨¢pido y ha grabado por primera vez un disco en Estados Unidos. ¡°Tengo que reconocer que soy muy lento escribiendo canciones, a lo que se une que siempre es complicado encontrar un productor¡±.
El encargado de haber conseguido el sue?o americano de Hunter es Gabriel Roth, cofundador de Daptone Records, la nueva casa del soul donde graban Sharon Jones o Charles Bradley. Antes de su viaje a Los ?ngeles, donde el productor tiene un segundo estudio ¨Cel m¨¢s conocido es el de Brooklyn-, se intercambiaron consejos por tel¨¦fono. ¡°Por suerte, muchas de las ideas que me propuso ya las ten¨ªa en mente, como rebajar el sonido ska de algunas canciones e introducir ritmos m¨¢s latinos¡±, cuenta. El resultado se podr¨¢ escuchar esta noche en el Teatro Lara de Madrid, y ma?ana en Santiago de Compostela.
En Los ?ngeles, The Hunter James Six se encontraron con un gran local desvencijado, con la solera de un colegio abandonado. Lee Badau (saxof¨®n bar¨ªtono), Damian Hand (saxof¨®n tenor), Jonathan Lee (percusi¨®n), Jason Wilson (bajo) y Kyle Koehler con Andrew Kingslow en los teclados dispusieron sus instrumentos sobre la superficie di¨¢fana y comenzaron a tocar como en un concierto. ¡°El ¨²nico que se separ¨® un poco fui yo, para evitar que mi voz se mezclara con la percusi¨®n¡±, recuerda, ¡°por primera vez me puse unos auriculares para cantar, ha sido una experiencia divertida y extra?a al mismo tiempo¡±.
La condici¨®n de blanco y brit¨¢nico de Hunter provoca que lo que en tierras americanas se conciba como un clich¨¦, en las praderas inglesas a¨²n no haya adquirido esa categor¨ªa. Por eso, el m¨²sico concede doble nacionalidad a su trabajo: letras brit¨¢nicas de sonido americano. ¡°Mi m¨²sica es inglesa en cuanto a la actitud, me gusta escribir sobre situaciones, sentimientos, cosas negativas. Los brit¨¢nicos somos famosos por eso. Por suerte, gracias a los Monty Phyton los americanos nos entienden un poco mejor, y eso me ha ayudado con el p¨²blico¡±, relata con una sonora y carrasposa carcajada.
¡°Es el secreto mejor guardado del soul¡±, dijo de ¨¦l Morrison. Su amistad, reconoce, es itinerante: ¡°Siempre que nos encontramos es como si el tiempo no hubiera pasado. Nos enfadamos mucho, pero las peque?as batallas nunca se alargan¡±. Su relaci¨®n comenz¨® en los noventa, cuando el autor de Brown eyed girl le incorpor¨® a sus filas despu¨¦s de verle en un concierto en Gales. Pasaron unas cuantas giras hasta que Hunter se independiz¨® ya tocando la cuarentena. En 2006, tres a?os despu¨¦s de despedirse de su mentor y tras su necesario paso por el ferrocarril, public¨® su primer disco People gonna talk.
Lo que llegar¨ªa despu¨¦s ser¨ªa la necesaria man¨ªa de la industria y los especialistas por enclaustrarle en la etiqueta del revival del soul cl¨¢sico. Reconoce que ni en su repertorio ni en su discoteca hay rastro de m¨²sica contempor¨¢nea ¨C¡°no tengo ni radio, la verdad es que escucho canciones sueltas, pero ser¨ªa incapaz de hablar de ning¨²n artista actual¡±-. Pero no se identifica con esta escena, a la que concede la existencia. ¡°No creo que haya ning¨²n artista al que le guste que le etiqueten, va en contra de la esencia de la m¨²sica, no est¨¢ hecha para que la compartimenten o la reduzcan a reglas prestablecidas¡±.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.