Mi nombre es Secretan¡ James Secretan
Un borrador de Ian Fleming revela que el escritor bautiz¨® inicialmente a su personaje Bond con el apellido de Secretan en honor del fil¨®sofo suizo Charles Secr¨¦tan
¡°Mi nombre es Secretan¡ James Secretan¡±. Por mucho que hoy nos chirr¨ªe esta carta de presentaci¨®n, el esp¨ªa m¨¢s famoso de todos los tiempos no respond¨ªa en su g¨¦nesis literaria al apellido Bond sino a otro bien distinto que su creador, Ian Fleming, tom¨® prestado de un fil¨®sofo del siglo XIX. El escritor brit¨¢nico cambi¨® finalmente de opini¨®n antes de entregar el manuscrito definitivo de Casino Royale (1953), libro inaugural de la saga, tal como revelan sus correcciones de pu?o y letra sobre un borrador que acaba de salir a la luz.
En puridad, el agente 007 se llam¨® Bond desde un primer momento, pero Fleming le busc¨® un sobrenombre para ocultar su verdadera identidad ante los oscuros personajes con los que suele lidiar en sus aventuras. As¨ª, la versi¨®n preliminar de Casino Royale contiene una escena en la que el esp¨ªa se presenta a un colega de la CIA bajo la cobertura y seud¨®nimo de James Secretan. La sobrina del autor y responsable de la difusi¨®n del borrador, Kate Grimond, conjetura que su t¨ªo lleg¨® a la conclusi¨®n de que esa duplicidad (Bond para sus jefes de los servicios de inteligencia MI6, y Secretan como alias en el trabajo de campo) pod¨ªa generar confusi¨®n entre los lectores. Acab¨® descartando esa opci¨®n con una tachadura bien visible en el original y que quiz¨¢ tambi¨¦n cambi¨® el curso de una de las franquicias m¨¢s exitosas de las ¨²ltimas d¨¦cadas: resulta muy dif¨ªcil imaginar al protagonista de los catorce libros de Fleming y de hasta la fecha veintitr¨¦s pel¨ªculas con otro apelativo que no sea el de James Bond.
Ian Fleming (1908-1964) utilizaba con frecuencia los nombres de la gente conocida, o bien una amalgama de los mismos, para bautizar a sus personajes de ficci¨®n. En el caso de su principal criatura literaria recurri¨® al apellido del fil¨®sofo suizo Charles Secr¨¦tan -cuya obra hab¨ªa estudiado en Eaton y en universidades de Alemania y Suiza-, aunque despoj¨¢ndolo del acento en su adaptaci¨®n a la lengua inglesa. Esa elecci¨®n inicial no prosper¨®, como tampoco lo hizo la de Miss Pettavel o Petty (nombre inspirado en la asistente personal del entonces m¨¢ximo responsable del MI6, Kathleen Pettigrew) para denominar a la entra?able secretaria del jefe de Bond. La sobrina del escritor, que hizo estas revelaciones en una entrevista concedida al Sunday Times, no ha podido procurar pistas sobre la decisi¨®n final de Fleming de llamarla Moneypenny.
S¨®lo 70 a?os despu¨¦s de la salida al mercado de Casino Royale, los millones de seguidores de la serie de 007 acaban de enterarse de que su h¨¦roe pudo no llegar a pronunciar nunca la famos¨ªsima tarjeta de visita ¡°Mi nombre es Bond¡James Bond¡± a lo largo de una singladura que parece no tener fin. Junto a la serie f¨ªlmica que en los ¨²ltimos tiempos ha buscado inspiraci¨®n m¨¢s all¨¢ de los libros de Ian Fleming, la vertiente literaria sigue alimentada por autores de prestigio que han venido accediendo a prolongar la vida de James Bond. Despu¨¦s de Sebastian Faulks ha tomado el testigo William Boyd, quien acaba de desvelar el t¨ªtulo de la ¨²ltima entrega de 007, Solo, en ese esfuerzo de los herederos por exprimir al m¨¢ximo el legado de Fleming.
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