Romero y Julieta

A veces s¨®lo hay que cambiar el punto de vista de lo ya trillado para que el relato entre en una nueva dimensi¨®n. "?Por qu¨¦ ando as¨ª? ?Por qu¨¦ no puedo enderezar mi cuerpo? ?Por qu¨¦ no me salen las palabras?", piensa, entre la desmitificaci¨®n y la sorna, el muerto viviente de Memorias de un zombie adolescente. Ellos, que siempre fueron el coro, monosil¨¢bico y terror¨ªfico, por supuesto, son ahora el eje. Y dan pena, y risa, y producen empat¨ªa, a pesar de la levedad de la pel¨ªcula. Sobre todo si, en una suerte de Romeo y Julieta con contaminados y no contaminados en lugar de Capuletos y Montescos, la pel¨ªcula deriva hacia el romance, con secuencia de balc¨®n incluida.

As¨ª que cuidado con lo que se espera, porque el tr¨¢iler vende una comedia despendolada y no lo es; tampoco tiene nada que ver con el romanticismo neokitsch de los crep¨²sculos; y a¨²n menos con la acci¨®n (apenas una secuencia de disparos y mordidas). Complicad¨ªsimo de encontrar por parte de sus autores, su tono se halla entre el romance, la nostalgia, el chiste espor¨¢dico y una ligera cr¨ªtica (jocosa) a una sociedad en la que parecemos muertos vivientes por la falta de comunicaci¨®n verbal. Romeo se ha encontrado finalmente con Romero.