Charli XCX, ¡®True romance¡¯

La historia de la brit¨¢nica Charlotte Aitchison se ha repetido constantemente en los ¨²ltimos a?os. Joven solista y compositora de estilo por perfilar pero gusto por el pop electr¨®nico amalgamado con las ¨²ltimas tendencias coloca un par de canciones en los blogs de moda, consigue el benepl¨¢cito de Pitchfork y los interinos de la industria brit¨¢nica que elaboran la lista BBC Sound of ¨Cponga aqu¨ª su a?o- y los fieles seguidores del indie de consumo y el pop underground (s¨ª, pero no, no, pero s¨ª) dicen am¨¦n. Pronto declarar¨¢ que lo suyo no tiene nada que ver con el rollo hipster y que aspira a las listas de ¨¦xitos desde que era una ni?a, fichar¨¢ por una multinacional si no lo hab¨ªa hecho ya, su ¨¢lbum de debut se esperar¨¢ con tensi¨®n hasta que sea publicado, resultar¨¢ ser bastante bueno, alcanzar¨¢ el top 10 en el Reino Unido y a las dos semanas desaparecer¨¢ de ¨¦l sin dejar rastro, devorado por alg¨²n aburrid¨ªsimo cantautor ac¨²stico y todos los productos de Pitbul y will.i.am. La expectaci¨®n se desinflar¨¢, sus siguientes v¨ªdeos ser¨¢n comentados tibiamente y su carrera quedar¨¢ atrapada entre un fracaso comercial generado por unas expectativas seguramente excesivas y el desd¨¦n de los que apoyaron sus inicios, ya en busca de la siguiente starlette a que adorar. El baj¨®n ser¨¢ may¨²sculo y su carrera parecer¨¢ peligrar. A alguna le tocar¨¢ la loter¨ªa (Ellie Goulding ha acabado triunfando en EEUU porque el Pisuerga pasa por Valladolid), otras se pondr¨¢n a la defensiva y tardar¨¢n a?os en volver a dar se?ales de vida y otras volver¨¢n a tropezar con la misma piedra a pesar de intentarlo por otras v¨ªas (Marina & The Diamonds). Y la rueda seguir¨¢ girando.

En realidad la historia de Charli XCX no llega todav¨ªa hasta este triste final, as¨ª que cabe la esperanza de que este excitante True romance colme sus expectativas. Su personaje es bastante m¨¢s interesante que la media y sus transparentes y pol¨¦micas opiniones demuestran que realmente no se casa con nadie. Nacida en 1992, ha crecido musicalmente a principios de este siglo, la ¨¦poca en la que muchos de los prejuicios hist¨®ricos acerca de lo que estaba bien y lo que estaba mal en la m¨²sica pop y expresiones rid¨ªculas como ¡°placer culpable¡± comenzaron a caer por su propio peso. As¨ª, los samples escogidos para You (Ha Ha Ha) y So far away son de artistas tan dispares como Gold Panda y Todd Rundgren, respectivamente. En su estilo musical (ayudan varios productores, en especial Ariel Rechtshaid, que contin¨²a su imparable auge) pueden verse trazas de hip-house, de r¡¯n¡¯b sofisticado que triunf¨® la pasada d¨¦cada, o de rave old skool, aunque ciertamente es rico en efectos tipo ¡°aullidos en el bosque¡± y ¡°chillout bajo el agua¡±, tan del gusto indie contempor¨¢neo. Y su sentido de la moda es, como m¨ªnimo, particular. Sin embargo, su propuesta resulta sorprendentemente conjuntada. Adem¨¢s, sus composiciones y estructuras son audaces e incluso arriesgadas, hasta el punto de que a veces parece romper la magia deliberadamente para no resultar excesivamente directa. Una capacidad ya demostrada en su colaboraci¨®n con las suecas Icona Pop en I love it, un hit de rompe y rasga que todav¨ªa no ha terminado su recorrido.

Canci¨®n a canci¨®n, True romance sube la apuesta de sus singles de adelanto, que lucen incluso mejor rodeadas de sus nuevas compa?eras. A You¡¯re the one, Nuclear seasons y la estupenda balada Stay away (que vaticina un casi seguro ¨¦xito como compositora para artistas mainstream, si la necesidad apretase), hay que sumar otros grandes momentos como Take my hand, el emocional estribillo de Grins y el synth-pop rom¨¢ntico de Lock you up. Pop contempor¨¢neo de categor¨ªa. Qui¨¦n sabe, quiz¨¢ esta vez s¨ª un disco realmente refrescante consiga la suerte que merece.

Valoraci¨®n: 0 ABERRANTE, el mundo ser¨ªa mejor sin ¨¦l; 1 PRESCINDIBLE, nadie se acordar¨¢ de ¨¦l; 2 PASABLE, para incondicionales; 3 ACONSEJABLE, en su estilo merece la pena; 4 INDISPENSABLE, un ¨¦xito asegurado; 5 OBRA MAESTRA, uno entre un mill¨®n.