El Juli: El drama y la gloria
El diestro ha sido intervenido por una cornada en el muslo derecho Antonio Nazar¨¦ se cerr¨® por dos veces la Puerta del Pr¨ªncipe
La corrida que hab¨ªa despertado la mayor expectaci¨®n de todo el ciclo ferial se convirti¨® por el azar del destino en un c¨²mulo de sensaciones. De la fundada esperanza de que El Juli corroborara su extraordinario momento como mandam¨¢s del toreo, a la desolaci¨®n producida por una tremenda cogida que lo mand¨® a la enfermer¨ªa y trastoc¨® todos los planes; del drama de la fiesta a la gloria de toros y toreros, pues hasta cuatro toros de Victoriano del R¨ªo expresaron una exquisita nobleza y suprema calidad para el toreo de hoy, lo que provoc¨® el triunfo de Nazar¨¦ y Manzanares. Y una sensaci¨®n m¨¢s: Antonio Nazar¨¦ tuvo abierta la Puerta del Pr¨ªncipe por dos veces, y las dos se la cerr¨® ¨¦l solo. Mala cosa. Quiz¨¢, el suyo sea un triunfo amargo, porque demostr¨® que es un artista, pero fue incapaz de dar ese aldabonazo necesario para salir disparado hacia el estrellato.
DEL R?O-CORT?S/EL JULI, MANZANARES, NAZAR?
Cinco toros, -el tercero como sobrero-, de Victoriano del R¨ªo, correctamente presentados, astifinos, blandos, cumplidores en los caballos y nobles; rajado el tercero; segundo, cuarto, quinto y sexto, de enorme calidad en el tercio final. Y dos, primero y segundo -devuelto-, de Cort¨¦s, blando, manso y deslucido.
El Juli: cogido por el primer toro durante la faena de muleta.
Jos¨¦ Mar¨ªa Manzanares: media tendida y un descabello en el toro que mat¨® por El Juli (silencio); estocada ca¨ªda (ovaci¨®n); estocada ca¨ªda (oreja).
Antonio Nazar¨¦: media y dos descabellos (palmas); estocada tendida (dos orejas); pinchazo y estocada (ovaci¨®n).
Parte m¨¦dico: 'Herida por asta de toro en cara interna del 1/3 inferior pierna derecha con trayectoria ascendente de 15 cm. afectando m¨²sculo vasto interno y alcanzando paquete vascular femoral, provocando herida de vena femoral. Tras control vascular se realiza venorrafia con control satisfactorio del sangrado, revisi¨®n y hemostasia del lecho quir¨²rgico. Pron¨®stico grave'.
Plaza de la Maestranza. 19 de abril. D¨¦cima corrida de feria. Lleno de 'no hay billetes'.
Imaginen la escena. Un d¨ªa de calurosa primavera; la Maestranza de bote y bote con el cartel de ¡°no hay localidades para hoy¡± en las taquillas. La ilusi¨®n, en las alturas. El Juli, con un vestido nuevo catafalco y plata (lagarto, lagarto¡), y sale ese primer toro de Cort¨¦s, corret¨®n y suelto, que no permite ni un solo capotazo largo. Es blando de remos y solo lo se?ala el piquero; huye en el tercio de banderillas y acude con un molesto cabeceo y sin emplearse. El Juli toma la muleta, y desprende, no se sabe porqu¨¦, una sensaci¨®n de seguridad, de conocimiento, de t¨¦cnica¡ Y con esos mimbres lo va metiendo en la franela. Ya en la segunda tanda, el animal echa la cara arriba y avisa que carece de clase. Al inicio de la tercera con la mano derecha, El Juli cita y un derrote imprevisto, seco e instant¨¢neo lo levanta del suelo y lo lanza contra la arena; el torero da varias vueltas sobre s¨ª mismo, el animal no hace por ¨¦l, y cuando Juli¨¢n se levanta busca con la mirada el auxilio de sus hombres que corren veloces hacia los medios. Se deja caer en sus brazos, ya con la cara l¨ªvida, y desde la grada se puede percibir que lleva el muslo derecho ensangrentado y sus gestos de dolor.
El toro lo mat¨® Manzanares y el festejo qued¨® en un mano a mano imprevisto. Se acababa de romper el encanto de la corrida m¨¢s esperada, pero, por fortuna, comenz¨® otra. He aqu¨ª la grandeza de esta fiesta. Mientras un hombre se pone en manos de los m¨¦dicos con una pierna abierta, otros toros salen al ruedo para que sus compa?eros compitan por la gloria.
Y as¨ª fue. El destino, la suerte o la casualidad, qui¨¦n sabe, quiso que la vida torera de Antonio Nazar¨¦ tuviera un antes y un despu¨¦s de la cogida de El Juli. Porque es con el segundo toro del lote del torero herido con el que Antonio alcanza ese triunfo so?ado de las dos orejas en Sevilla. Duende era el nombre del animal, muy flojo de remos, pero de embestida templad¨ªsima en la muleta, a la que embisti¨® incansable con fijeza y recorrido en una faena excesivamente larga. Nazar¨¦ lo hab¨ªa recibido con unos capotazos sin alma, y lo mulete¨® con mucho aroma, con elegancia, con esmero, pero sin contundencia. Tiene maneras de torero muy caro, pero carece de la osad¨ªa de los h¨¦roes. Su gusto es exquisito con el capote y en el toreo fundamental en el ¨²ltimo tercio, muletazos largos y hondos, en tandas muy cortas ¡ªgrave defecto¡ª y en los adornos. Lo cierto es que le concedieron de manera benevolente dos orejas porque no dio el paso al frente que sus circunstancias exig¨ªan, porque no conmocion¨® a la plaza y porque no se rompi¨® toreando. Tore¨® muy bien, pero ya est¨¢.
Algo parecido le ocurri¨® con su primero, otro carret¨®n con las fuerzas muy justas y el arte en las entra?as. Demostr¨® otra vez que su concepci¨®n est¨¢ basada en la cadencia y el buen gusto tanto como en una aparente displicencia o conformismo. Tandas cort¨ªsimas todas, incapaces de calentar el ambiente. La ovaci¨®n m¨¢s sentida se la gan¨® el toro, y el cerrojo de la Puerta del Pr¨ªncipe se volvi¨® a echar.
Y una tercera oportunidad ante el sexto, otro merengue, que le permiti¨® el lucimiento de los artistas. Brotaron de nuevo los muletazos hondos, la ligaz¨®n y el empaque, las trincherillas, los ayudados y los remates; y junto a estos destellos, la frialdad, la ausencia de enfado, y la posibilidad de la gloria a hombros volvi¨® a esfumarse tras un pinchazo. Se impone, pues, una seria reflexi¨®n. Oportunidades como estas solo las aprovechan las aut¨¦nticas figuras. Y ojal¨¢ estas palabras se las tenga que comer el que las firma.
Quedaba el quinto toro, ¡ªpues el primero de Manzanares fue un manso que se raj¨® pronto y no quiso pelea¡ª, otro noble y, esta vez, muy encastado animal, que cumpli¨® en varas, galop¨® en banderillas y embisti¨® con dulce fiereza en la muleta, aunque solo por el lado derecho. Manzanares compuso una faena de menos a m¨¢s en la que destacaron pasajes de toreo elegante, ligado y hondo. No quiso el toro embestir por el lado izquierdo, pero a¨²n retaba al torero con mirada altiva momentos antes de su muerte. Faena de oreja y no de dos como pidi¨® parte del p¨²blico.
En la anochecida, El Juli adormecido por la anestesia; Manzanares, reconciliado consigo mismo, y Nazar¨¦¡ Ay, Antonio, lo que puedes llegar a acordarte de la tarde en que un toro hiri¨® a Juli¨¢n L¨®pez¡ El drama y la gloria.
Cartel para hoy: Toros de Torrestrella, ¡ªtres rechazados de los nueve presentados en el primer reconocimiento¡ª, para Manuel D¨ªaz El Cordob¨¦s, Juan Jos¨¦ Padilla y El Fandi.
OVACI?N: Nuevo ¨¦xito de Juan Jos¨¦ Trujillo con las banderillas; sin duda, el triunfador de la feria.
PITOS: La reprimenda se le lleva 'Ebanista', el toro manso y desclasado que hiri¨® a El Juli.
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