De la Iglesia: ¡°Busquemos soluciones ya¡±

No se ha quitado el collar pegado al cuello que le han regalado sus hijas hace pocos d¨ªas. Bajo la camisa negra, la corbata negra y la chaqueta tambi¨¦n del mismo color, se intuyen unas cuentas de colores que componen el nombre de ?lex. Aunque algo escondido, es el primer collar que luce orgulloso el realizador ?lex de la Iglesia que esta noche recibe en M¨¢laga el premio a su trayectoria. Un galard¨®n que le entregar¨¢ su amigo del alma, Santiago Segura, en una gala en la que estar¨¢ acompa?ado de colegas y compa?eros que han hecho con ¨¦l este recorrido cinematogr¨¢fico que comenz¨® con Mirindas asesinas en 1991, sigui¨® con Acci¨®n mutante, El d¨ªa de la bestia, La comunidad, Los cr¨ªmenes de Oxford y tantas otras. En total 19 largometrajes que han hecho de este realizador bilba¨ªno uno de los m¨¢s originales en el panorama espa?ol. Su ¨²ltimo trabajo, Las brujas de Zugarramurdi, cuyo montaje termina la semana pr¨®xima, estar¨¢ listo para su estreno a finales del mes de septiembre.

A De la Iglesia le queda todav¨ªa mucho por contar. Eso es lo que ha intentado hacer ver a la gente del festival ¨C¡°hasta les he agarrado de las solapas¡±, cuenta divertido- para que esperaran un poco a este reconocimiento. Bromas aparte, el realizador, de 47 a?os, se siente orgulloso de que le reconozcan un trabajo realizado por un ¡°ej¨¦rcito¡± comandado por ¨¦l. ¡°Vamos a poder proclamar entre todos que hemos hecho unas pel¨ªculas y un cine y celebrar la inmensa suerte de trabajar juntos¡±, confiesa en la soleada terraza del hotel de M¨¢laga donde se aloja desde la que, a pesar de estar en el 15? piso del edificio, se pueden escuchar los gritos de las adolescentes a la espera de la llegada del actor Mario Casas, el protagonista de La mula, una de las dos pel¨ªculas que se han proyectado hoy en el certamen, y que tambi¨¦n forma parte del reparto de Las brujas de Zugarramurdi.

Rechaza la palabra madurez y m¨¢s cuando se refiere a su carrera cinematogr¨¢fica. ¡°Quiz¨¢s deber¨ªa de decir que s¨ª he alcanzado la madurez, pero es que no la soporto. La madurez no es mi objetivo, no respeto a los que se vanaglorian de su madurez. Me gusta la gente que est¨¢ en tr¨¢nsito, que se est¨¢ moviendo, que es insegura, que va de un lado a otro. Me gusta el proyecto mucho m¨¢s que llegar a alg¨²n sitio, porque es como si se acabara la fiesta. Concibo el cine como una fiesta. No es una frivolidad. Para m¨ª la diversi¨®n es uno de los objetivos de la vida, el humor y la risa son las armas que tenemos para vivir. Conseguir que una pel¨ªcula sea una fiesta es hacer la vida m¨¢s agradable a los dem¨¢s. Me aterran los directores que pretenden contar su mundo interior. Mi objetivo es contar una historia que sea lo m¨¢s atractiva posible para el mayor n¨²mero de personas y eso no significa renunciar a nada, sino simplemente hacer tu oficio¡±.

Viniendo en tren esta ma?ana a M¨¢laga, De la Iglesia, que tiene 333.000 seguidores en Twitter, public¨® lo siguiente: ¡°Leer el peri¨®dico es peor que ver Evil Dead¡±. Se r¨ªe pero dice que la situaci¨®n actual es tan desesperante que tiene la sensaci¨®n de que en lugar de estar en los rincones de la pel¨ªcula My fair lady, estamos en Posesi¨®n infernal. ¡°Est¨¢ claro que no vivimos en una comedia, sino en una tragedia dantesca escrita por adolescentes. Como los personajes en Posesi¨®n infernal, nuestro primer objetivo es sobrevivir¡±.

Como espectador de cine, el director califica de ¡°patada en los dientes¡± el cierre de la distribuidora Alta Films y el de algunos de los cines de la cadena Renoir, propiedad de Enrique Gonz¨¢lez Macho, que sustituy¨® a De la Iglesia al frente de la Academia de Cine. ¡°Me da todo mucho miedo. Pero dicho esto, ante el miedo no vale el rechazo ni el cerrarse en una posici¨®n imposible. Busquemos soluciones ya. Hace dos a?os era tarde, ahora ya mucho m¨¢s¡±, a?ade el realizador para quien hay que convertir los problemas en ventajas. ¡°Ya lo dije cuando era presidente de la Academia y lo vuelvo a repetir. La soluci¨®n pasa por un cambio de modelo de mercado y un cambio de modelo de financiaci¨®n. Hay que buscar al p¨²blico, en lugar de que el p¨²blico nos busque a nosotros. Hay que abrir las ventanas¡±, finaliza. Y la apertura de esas ventanas al espectador en Internet solo viene por una negociaci¨®n con todos los sectores. ¡°No hay que tener miedo a los cambios. No podemos seguir vendiendo hielo por las calles cuando la gente tiene neveras¡±.