Las dos vidas de Balenciaga se encuentran
El museo dedicado al dise?ador exhibe por primera vez piezas de los archivos de Par¨ªs Los vestidos procedentes de Francia ser¨¢n reemplazados para asegurar su conservaci¨®n
En la moda sucede a menudo que dos cosas con el mismo nombre no son la misma cosa. Por ejemplo, el Cristobal Balenciaga Museoa y la casa de moda Balenciaga Par¨ªs no hab¨ªan tenido hasta ahora relaci¨®n conocida. Pero la tercera rotaci¨®n de las piezas que componen los fondos del centro de Getaria cuenta con un invitado estrella: la firma francesa que todav¨ªa produce ropa con el nombre del maestro, retirado en 1968 y fallecido en 1972. En la exposici¨®n, que ayer se inaugur¨®, se muestran por primera vez cuatro vestidos de los archivos Balenciaga Par¨ªs. Ser¨¢n reemplazados por otros del mismo origen dentro de seis meses para asegurar su conservaci¨®n. Hasta ahora la compa?¨ªa, propiedad del grupo Kering (antes PPR), hab¨ªa colaborado con la instituci¨®n con documentaci¨®n e im¨¢genes, pero no hab¨ªa prestado ninguna de las 1.600 obras que atesora entre vestidos y accesorios. ?Qu¨¦ ha provocado el cambio? ¡°No lo s¨¦¡±, responde Miren Arzalluz responsable de las colecciones en el Cristobal Balenciaga Museoa. ¡°Las relaciones se van consolidando. Somos un museo joven y no ha pasado tanto tiempo desde que abrimos¡±.
El centro dedicado a Balenciaga se inaugur¨®, tras varias complicaciones, en junio de 2011 y cuenta con fondos propios obtenidos a trav¨¦s de donaciones de antiguas clientas. Fondos que contin¨²an llegando. Por eso, adem¨¢s de las cuatro piezas procedentes de Par¨ªs, esta reposici¨®n presenta otros 11 dise?os in¨¦ditos entre las 62 obras que la componen: vestidos pertenecientes a Socorro Ali?o o Margarita Mend¨ªvil.
Por su parte, el archivo de la casa tambi¨¦n ha tenido una vida azarosa. Hasta que el Grupo Gucci adquiri¨® la compa?¨ªa en 2001, la secci¨®n de patrimonio y el estudio de dise?o viv¨ªan de espaldas. La responsable del primero, Marie-Andr¨¦e Jouve, se encarg¨® de preservar la colecci¨®n, de organizar exposiciones con distintos museos y de escribir un libro que se considera la obra de referencia sobre el creador. Pero el estudio, que desde 1997 lideraba Nicolas Ghesqui¨¨re, no pudo acceder a los fondos hasta que la compa?¨ªa cambi¨® de propietario.
A partir de ese momento, Ghesqui¨¨re hizo buen uso de los archivos en varias colecciones. Algunas, como la de oto?o-invierno 2006, reflejaban sus hallazgos de forma muy expl¨ªcita. El dise?ador franc¨¦s dej¨® la firma el pasado noviembre y ha sido reemplazado por el estadounidense Alexander Wang. Este debut¨® el 28 de febrero con una propuesta inspirada en el trabajo del dise?ador vasco. ¡°La idea fue tomar las ra¨ªces de la casa y representarlas en funci¨®n del cuerpo de hoy¡±, explicaba a EL PA?S tras su desfile. Unos d¨ªas despu¨¦s, el 23 y 24 de marzo, Wang se desplaz¨® al museo para analizar los fondos. Pudo as¨ª conocer mejor los or¨ªgenes de Balenciaga ya que el punto fuerte de la instituci¨®n son las piezas m¨¢s antiguas, las que realiz¨® entre la apertura de su primer taller en San Sebasti¨¢n 1917 y su llegada a la alta costura francesa en 1937. En cambio, las referencias m¨¢s antiguas que se conservan en el archivo de Par¨ªs datan de 1938. ¡°Siempre nos ha parecido importante no obviar su etapa en San Sebasti¨¢n y hemos hecho una labor de difusi¨®n de ella¡±, asegura Arzalluz. El museo ha recibido 170.000 visitantes desde su apertura.
Los pr¨¦stamos de Par¨ªs est¨¢n llamados a reforzar un periodo concreto en la muestra, que comprende toda su carrera y tambi¨¦n pone ¨¦nfasis en el virtuosisimo t¨¦cnico que alcanz¨® en los a?os sesenta. Las piezas van desde 1938 a 1941 para demostrar por qu¨¦ obtuvo un ¨¦xito inmediato al llegar a Francia. ¡°En esa ¨¦poca estaba muy cercano a Elsa Schiaparelli¡±, analiza un portavoz del archivo que no quiere ser identificado. ¡°Su trabajo era aparentemente b¨¢sico, pero muy preciso. Aunque ten¨ªa influencias hist¨®ricas, utilizaba elementos innovadores, como la cremallera, y detalles surrealistas. Estaba entre lo pr¨¢ctico y lo on¨ªrico¡±.
Crist¨®bal Balenciaga era un apasionado de su oficio y coleccionaba trajes del siglo XIX. Esa pasi¨®n por atesorar tambi¨¦n concern¨ªa a su trabajo. Guard¨® mucho material y todo lo que conten¨ªa su taller cuando cerr¨®. Ese capital ha convertido el archivo de Par¨ªs en parada obligada para las m¨²ltiples exposiciones sobre Balenciaga de los ¨²ltimos a?os. Un tesoro que, de momento, nunca se ha abierto al p¨²blico con una muestra propia. Tal vez, ocurra en 2017 cuando se cumpla el centenario de la fundaci¨®n de Balenciaga.
Babelia
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