Madres
Cerca del D¨ªa de la Madre es de rigor recordar la pel¨ªcula mexicana que inmortaliz¨® la fecha
Cerca del D¨ªa de la Madre es de rigor recordar la pel¨ªcula mexicana que termin¨® de inmortalizar la fecha. El m¨ªtico cineasta Juan Orol tuvo un ¨¦xito desmedido con Madre querida, que rod¨® dos veces, melodrama que recreaba la tragedia de un ni?o que no ten¨ªa mamacita a la que obsequiar en su d¨ªa. Ese mismo autor, al que su Espa?a natal ignora de manera afrentosa, retiene su sill¨®n en la gloria con t¨ªtulos insuperables como G¨¢ngsters contra charros y El fant¨¢stico mundo de los hippies. Puede que su sensibilidad se adecuara de manera perfecta a la conmemoraci¨®n del D¨ªa de la Madre, como Cateto a babor se gan¨® el coraz¨®n de la Espa?a de su tiempo.
Antes, el D¨ªa de la Madre era una ocasi¨®n perfecta para colorear alguna l¨¢mina escolar o hacer los primeros trabajos de moldeado en arcilla. Este a?o, nos ha tra¨ªdo una feliz novedad, porque en muchos rincones se ha publicitado el libro Sombras de Grey o sus variantes m¨¢s o menos chuscas como regalo perfecto para la festividad de las madres. Recibido con asco por la cr¨ªtica especializada, la novela inspir¨® una serie de peque?os sketches al programa Saturday night live que son antol¨®gicos. Puede que su distancia con Madame Bovary sea tan enorme como la que va de un contertulio farlopero de debate televisivo con la conversaci¨®n filos¨®fica a las reuniones de la Ilustraci¨®n, pero del desprecio nunca aprendimos nada.
Que poner cachondas a las madres sea un esfuerzo comercial en el d¨ªa de su homenaje, habla muy a favor de la sociedad de consumo. Ojal¨¢ a los padres les aguarde una novedad tan sustanciosa para sacudirse en su d¨ªa el regalo de una corbata o esa colonia obligatoria. Aunque se haga a lomos de una literatura atroz, colocar el orgasmo entre la comida congelada y las recetas para la Thermomix no puede estar mal del todo. Al fin y al cabo, la festividad del D¨ªa de la Madre es tambi¨¦n mercader¨ªa y religiosidad de gran almac¨¦n. Nuestra manera de vivir tiene estas contradicciones. La calidad literaria vive al margen del estruendo medi¨¢tico y el amor de madre sobrevive a la cursiler¨ªa y el lacito rosa. Pero un poco de lencer¨ªa al fondo del armario nunca le hizo da?o a nadie.
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